Els, de milagro
El surafricano gana en el segundo desempate tras desperdiciar una gran ventaja
Ernie Els casi perdi¨®, casi gan¨®, casi perdi¨® de nuevo y finalmente gan¨® la 131 edici¨®n del Open Brit¨¢nico en los diab¨®licos links de Muirfield tras dos desempates. L¨ªder destacado a falta de dos hoyos para acabar el recorrido de la ¨²ltima jornada, al surafricano no se le ocurri¨® cosa mejor que abandonar la prudencia y cometer un accidentado doble bogey en el hoyo 16. Uno de esos errores que recuerdan los libros con la apostilla de un ?ay, qu¨¦ l¨¢stima, ah¨ª se le escurri¨® la victoria!. Una sucesi¨®n de bolas desventuradas volando de bunker a bunker. Elkington, Appleby y el franc¨¦s Levet, se lanzaron entonces como perros de presa sobre el rubicundo Els y le superaron por un golpe. El campe¨®n de dos abiertos estadounidenses hab¨ªa perdido, lanz¨® el palo lo m¨¢s lejos que pudo y descompuso el gesto bajo la gorra. Pero resucit¨®. Un birdie en el 17, un suspiro de alivio y un empate en el ¨²ltimo instante. 'Nunca hab¨ªa sentido tanta presi¨®n como antes de salir del 17', declar¨® despu¨¦s. No hac¨ªa falta, se le not¨® en la cara. Poco antes del desempate, un Els cardi¨¢co tuvo que llamar a su esposa y a su psic¨®logo de c¨¢mara: 'No me encontraba c¨®modo'.
La segunda ca¨ªda a los infiernos de Els lleg¨® en el segundo hoyo del desempate. Ernie perdi¨® la posibilidad de birdie al caer encayado junto al enorme talud de un bunker. Naufragio. Mientras, Levet, el ¨²nico con la suficiente valentia o inconsciencia de salir del tee armado con el driver, consegu¨ªa el birdie con un putt largu¨ªsimo y se met¨ªa medio Open en el bolsillo. Levet no paraba de sonre¨ªr, de hacer gestos a los aficionados, de saludar a su padre, un antiguo ciclista profesional, y de bromear con los ¨¢rbitros. Estaba contento.
Por entonces Elkington ya se hab¨ªa descolgado definitivamente. El australiano, que conserva en su palmar¨¦s una victoria en el torneo de la PGA, fall¨® su en¨¦simo putt corto, su cruz durante toda la jornada, y fue el primero en despedirse de la jarra de plata. El orfebre encargado de grabar el trofeo sosten¨ªa el punz¨®n y esperaba el momento de grabar el nombre del m¨¢s desconocido del cuarteto, del franc¨¦s Levet.
Els volvi¨® a lanzar uno de sus palos con rabia, se ve¨ªa de nuevo perdido y recordaba c¨®mo hab¨ªa tirado el Open con ese incomprensible doble bogey cuando el viento corr¨ªa a su favor. Appleby, el australiano que perdi¨® a su mujer al volver en coche tras un Abierto Brit¨¢nico, fue el siguiente en arrojar la toalla. Dos entradas en los bunkers del complicad¨ªsimo hoyo 18 (el ¨²ltimo del desempate) le arrojaban fuera del torneo. S¨®lo quedaba Els con la remota esperanza de que fallase Levet. Y fall¨®. El franc¨¦s se volvi¨® a empe?ar en salir con el driver y perdi¨® calle. Se meti¨® en uno de los bunkers, un verdadero callej¨®n sin salida o, en el mejor de los casos, con salida por la puerta trasera. Con la bola de nuevo en la calle pero un d¨¦ficit de tres golpes, Levet consigui¨® meter la bola en el antegreen. Un putt largo fallado y otro de cerca de dos metros le supon¨ªa cometer un bogey. El bogey que serv¨ªa para hacer real la segunda resurrecci¨®n de Ernie Els.
La muerte s¨²bita entre los dos supervivientes coron¨® al surafricano. Levet volvi¨® a visitar la zona donde la hierba cubre hasta las rodillas y Els se limit¨® a cruzar los dedos y a hacer una buena transici¨®n de tee a green. El tiempo de los experimentos hab¨ªa pasado. Un putt de poco m¨¢s de un metro le dio la victoria al surafricano que, m¨¢s expresivo en la desgracia que en la alegr¨ªa, se limit¨® a levantar los brazos y a abrazar a su caddie. Els pudo perder, estuvo a punto de perder, pero gan¨® y se reivindic¨® como el ¨²nico jugador que verdaderamente tiene un nivel de golf cercano al de Woods. Un nivel de juego similar, pero una cabeza muy distinta.
El espa?ol Sergio Garc¨ªa estuvo muy cerca de entrar en ese selecto grupo de cuatro hombres que se jugaron el Open. Acab¨® a dos golpes de la cabeza y completa su tercer grande en el pelot¨®n de arriba. 'Este a?o he hecho dos postes y un larguero', coment¨® el joven jugador, en referencia a su cuarto puesto el Open de Estados Unidos y su octavo lugar en el Masters. El putt ha sido el verdadero culpable de que el juego de Garc¨ªa no haya rendido hasta los primeros lugares de la clasificaci¨®n. 'No he ganado nunca un grande sobre todo por el putt, pero tambi¨¦n por otros aspectos del juego'. 'Lo que est¨¢ claro es que si no metes los putts que tienes para birdie no puedes ganar nunca', reconoci¨® el espa?ol.
Por su parte, el estadounidense Tiger Woods realiz¨® una de las mejores vueltas, con 65 golpes, de la jornada. Arropado por el sol y la falta de tensi¨®n por su p¨¦simo recorrido del pasado s¨¢bado, el estadounidense lav¨® su imagen y volvi¨® a mostrar el mismo juego sin fisuras con el que acostumbra a asombrar en el circuito.
Segundo desempate. 1. Ernie Els (Sur.) (Par). 2. Levet (Fra) (+1); Primer desempate. 3. Elkington (Aus.) (+1); Appleby (Aus.), (+1).
1. Els (Sur.) 278 (70+66+72+70); Levet (Fra.), 278 (72+66+74+66); Appleby (Aus.), 278 (73+70+70+65); Elkington (Aus.), 278 (71+73+68+66). 5. Evans (Ing), 279 (72+68+74+65); Harrington (Irl.), 279 (69+67+76+67); Maruyama (Jap.), 279 (68+68+75+68). 8. Garcia, 280 (71+69+71+69)
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