Media vuelta en isla Perejil
Vayamos primero a las palabras, tan decisivas en una crisis como la que hemos atravesado, sobre todo de car¨¢cter simb¨®lico. Examinemos c¨®mo a partir del descubrimiento del d¨ªa 11 de julio se ha producido ante nuestros ojos un cambio terminol¨®gico muy significativo que nos ha ido llevando desde una primera denominaci¨®n, de aire vulgar y despectivo, como la de la isla del Perejil a otra intermedia sin duda m¨¢s neutra, donde se eliminaba el art¨ªculo determinado el, cuyo rastro se advierte en la contracci¨®n del, resultante de condensar la preposici¨®n y el art¨ªculo, para dejar de modo provisional el nombre del que tratamos en isla de Perejil. Un t¨ªtulo muy ef¨ªmero, pues apenas dur¨® unos d¨ªas despu¨¦s para ser descartado a favor de la m¨¢s digna de todas las versiones, la de isla Perejil, con la que ya pueden sentirse c¨®modos nuestros diplom¨¢ticos, habituados como est¨¢n desde su ingreso en la carrera a referirse, por ejemplo, a la Embajada en Vaticano o en Santa Sede, pero jam¨¢s ante la Santa Sede o en el Vaticano.
Por eso, instalados de modo definitivo, al menos desde el punto de vista ling¨¹¨ªstico, en isla Perejil, la crisis de las banderas plantadas sucesivamente all¨ª permite avanzar algunas conclusiones provisionales como, por ejemplo, las siguientes:
1. Hemos podido comprobar de nuevo c¨®mo s¨®lo son v¨¢lidas para ambas partes las garant¨ªas ofrecidas por Estados Unidos. A la hora de telegrafiar estas l¨ªneas, la nota de la Secretar¨ªa de Estado es la ¨²nica referencia compartida por Espa?a y por Marruecos, cuyas canciller¨ªas dan, por lo dem¨¢s, versiones distintas del acuerdo alcanzado. Visto queda que en el Estrecho nada puede prevalecer y mucho menos articularse de forma militar sin el consentimiento activo de Washington.
2. Enternece de todas formas el inter¨¦s de la parte espa?ola para eludir el t¨¦rmino mediaci¨®n a la hora de aludir a las gestiones llevadas a cabo por Colin Powell. La abierta preferencia de Moncloa y del palacio de Santa Cruz por el recurso al vocablo consultor¨ªa, tal vez pudiera concluir en una relevante innovaci¨®n ling¨¹¨ªstica mediante su incorporaci¨®n de aqu¨ª en adelante a las nuevas ediciones del diccionario diplom¨¢tico.
3. Aceptemos que en ¨¦sta como en otras ocasiones la diplomacia de Rabat ha encontrado inmediata respuesta a los urgentes requerimientos lanzados a Colin Powell, sin duda muy atento para evitar cualquier desaire a un Mohamed VI tan necesario. M¨¢s a¨²n tal y como est¨¢ la situaci¨®n en Palestina y con la intervenci¨®n ya pr¨®xima que Bush tiene decidida sobre el Irak de Sadam Husein. Del rey de Marruecos fuera del c¨ªrculo de los ¨ªntimos de Camp David puede decirse que ha logrado poner a Bush de su parte en la cuesti¨®n del S¨¢hara, pese a las razones de Aznar y a las resoluciones en contrario de la ONU.
4. La palabra de Washington sobre isla Perejil, de claras resonancias salom¨®nicas, permitir¨ªa que isla Perejil regresara al statu quo con sus cabras y sin bandera alguna, pero debe considerarse una minucia en comparaci¨®n con otras palabras pronunciadas antes, por ejemplo en 1975, cuando dijo Kissinger aquello de 'el S¨¢hara para Marruecos' y se hizo la luz, y la Marcha Verde s¨®lo lleg¨® a detenerse a cambio de forzar nuestra retirada del territorio.
5. Despu¨¦s del ¨²ltimo semestre de la presidencia espa?ola del Consejo de la UE se hubiera esperado de nuestro primer ministro Aznar mayores ventajas en el momento de aflorar este nuevo desencuentro hispano-marroqu¨ª. Sin embargo, pese a la invocaci¨®n de la inaceptabilidad de pol¨ªticas de hechos consumados, est¨¢ pendiente de averiguar qu¨¦ han percibido en Par¨ªs y en Bruselas para rehusar el alineamiento incondicional con su socio de Madrid y pretender alguna clase de comprensiva equidistancia con Mohamed VI.
6. Por una vez, en medio de tantos d¨¦ficits de los servicios diplom¨¢ticos o de los de inteligencia, la maquinaria que parece haber funcionado con toda precisi¨®n ha sido la militar, aunque se haya percibido enseguida, como ya sab¨ªamos de antemano, que es obligada su subordinaci¨®n al poder hegem¨®nico norteamericano.
7. La operaci¨®n rel¨¢mpago de isla Perejil con cero bajas habr¨ªa tenido en cambio da?os colaterales considerados como abuso de confianza y venta de amistad, que se impondr¨ªa reparar desde ahora mismo, con el ruego avanzado al p¨²blico de que disculpe las molestias, evite an¨¦cdotas y mantenga la atenci¨®n en las cuestiones fundamentales. Continuar¨¢.
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