El hombre del sombrero

Conviene recordarlo: suyas eran la voz y la guitarra del Chan chan de Buena Vista Social Club. Ser¨¢ guajiro, pero no tonto, y pronuncia el nombre m¨¢gico que abre el cuarto de los dineros. Le cant¨® al Cuarto de Tula y el c¨¦lebre son de Compay Segundo que suena lo m¨¢s parecido posible al disco y la pel¨ªcula. Hizo n¨²meros de sus tres ¨²ltimos discos y cont¨® con un espectador ilustre: Maracaibo, hoy en Vieja Trova Santiaguera, y autor del Maracaibo oriental grabado por Beny Mor¨¦. El Cuarteto Patria de blanco impoluto y ¨¦l, de negro, con uno de sus inseparables sombreros de vaquero. Eliades Ochoa tiene un sexto sentido -o quiz¨¢ sea su mujer, Grisel Sande, que bucea en el inabarcable repertorio tradicional cubano- para descubrir canciones con gancho comercial. Hace tres a?os fue P¨ªntate los labios, Mar¨ªa, y ahora, Estoy como nunca, que le viene pintada a un Eliades al que ciertos abusos han tenido contra las cuerdas. No est¨¢ como nunca, y se le not¨® m¨¢s contenido. Aun as¨ª, sigue siendo un m¨²sico valioso. El que canta y toca El carretero como nadie y le da un sabor especial al Saludo compay.