Pol¨ªticos de ida o vuelta a Madrid
El Club Jaume I de Valencia ha clausurado esta semana su curso moderadamente pantagru¨¦lico y muy parlamentario mediante un fin de fiesta en el que todos sus miembros opinaron, con la liberalidad y desinhibici¨®n habituales, m¨¢s una pincelada de sarcasmo u humorismo, acerca de un asunto que ha venido animando los concili¨¢bulos pol¨ªticos de la capital. Aludo a la marcha o fuga -seg¨²n como se mire- de Eduardo Zaplana sin concluir su ¨²ltimo a?o en la Generalitat. No hubo unanimidad, como est¨¢ mandado, pero a mi entender prim¨® el criterio de quienes comprend¨ªan este aprovechamiento de la oportunidad que le hab¨ªa ca¨ªdo del cielo al hoy ministro. ?Qu¨¦ otra opci¨®n ten¨ªa? ?Diluirse en el ostracismo, esperar un premio de consolaci¨®n, acogerse a la sustanciosa jubilaci¨®n acordada para los ex Molt Honorables, a la que expresamente ha renunciado?
Resulta obvio que Zaplana no pertenece a la saga de los nacionalistas que transitan por la pol¨ªtica con el mismo lema que la Guardia Civil: 'Todo por la Patria'. Su patria, cual pragm¨¢tico de cepa, es ¨¦sta, y la otra, ambas y la que en cada instante convenga. Incluso puede sentirse valedor de quince patrias distintas si prospera su cabeza de puente en Europa. Lo cual, en suma, es una credencial de civilidad en otro tiempo muy valorada y asumida por la izquierda militante. A?¨¢dase a ello sus experiencias en los medios pol¨ªticos madrile?os, en los que ha podido aquilatar su distinta densidad con respecto a los valencianos. Se trata de un reto que, de superarse, vacuna contra el regreso.
Estos d¨ªas, a prop¨®sito del debate de investidura en las Cortes, con el aluvi¨®n de prohombres peperos bien situados en Madrid que nos ha visitado, hemos podido constatar la decepci¨®n y condescendencia de algunos a ra¨ªz del provincianismo que todav¨ªa destila nuestra vida p¨²blica. No se necesita viajar mucho para llegar a tan l¨²cida conclusi¨®n. El mismo presidente de la Generalitat, Jos¨¦ Luis Olivas, que siempre se ha movido en las entretelas del poder ind¨ªgena, tiene anunciado que saltar¨¢ a la pol¨ªtica nacional cuando concluya su actual mandato. Tambi¨¦n el Pa¨ªs Valenciano se le queda peque?o. ?Qui¨¦n lo hubiera dicho! Todos a la Corte, pues.
Bueno, todos no. El candidato a president, Francisco Camps, ha vuelto por donde sol¨ªa, a sus lares, renunciando a muy alta poltrona en el Congreso de los Diputados. De manera provisional y a ratos se ocupa de la Delegaci¨®n del Gobierno en la Comunidad, calent¨¢ndole la silla a su predestinado sucesor, el ex director general de Polic¨ªa Juan Cotino, que tambi¨¦n arde en deseos de incardinarse en esta tierra. Pero en realidad, de lo que se ocupa Camps en estos momentos es en llevar a cabo la visita pastoral por las sedes del PP desplegadas en el ¨¢mbito de la autonom¨ªa. Urge que la feligres¨ªa le conozca y compruebe que no es una foto o titular de peri¨®dico, que tambi¨¦n ¨¦l tiene opiniones propias y que no es vicario de nadie. Tiempo y ocasi¨®n habr¨¢ para valorarle, y eso ser¨¢ cuando gobierne, si es que las urnas as¨ª lo deciden, y tal parece que decidir¨¢n.
Por ahora, como sugerimos, est¨¢ en campa?a electoral y viene a cuento decir que, seg¨²n nuestra modesta encuesta entre empresarios, el aspirante es acogido positivamente. Sembla un xic honrat, nos han dicho y reiterado a falta de otras connotaciones. Un chico honrado y temeroso de Dios, sin duda, lo que no deja de ser una noticia confortante. Otra cosa es que vaya equipado con la entereza y habilidad suficientes para v¨¦rselas con los cet¨¢ceos que rondan el poder y devoran insaciablemente las contratas y prebendas. Pero ¨¦sta es una asignatura en la que, para bien o para mal, tendr¨¢ maestros de muy alta escuela.
Comenz¨¢bamos estas l¨ªneas con una referencia al Club Jaume I, y con ¨¦l las cerramos porque, a la par con las agudezas y maldades dial¨¦cticas que amenizaron la velada, el presidente de la entidad, Vicente Lluch, anunci¨® su deseo de ser relevado, si bien dej¨® dicho que no se marcha a Madrid. Justo y merecido lo tiene, si as¨ª lo quiere. Pero ha de saber que su renuncia es un rej¨®n de muerte a este foro de plurales pareceres, ins¨®lito en una sociedad tan deshilvanada. ?Qui¨¦n como ¨¦l para poner la nota l¨ªrica, garantizar la continuidad y templar con sabia mano -izquierda, claro- las disonancias?
HOMENAJE DEBIDO
Pedro Zaragoza, visionario del actual Benidorm, del que estableci¨® sus fundamentos, no tiene suerte con sus paisanos ideol¨®gicamente m¨¢s afines. Ignoramos por qu¨¦ el PP que gobierna el municipio se muestra tan r¨¢cano a la hora de acometer el homenaje -ya tard¨ªo- que le tiene comprometido. ?Acaso no sabr¨¢ al actual alcalde, Vicente P¨¦rez Devesa, los m¨¦ritos de su convecino? Verg¨¹enza habr¨ªa de darle que el PSPV local sea el impulsor de esta iniciativa que bien podr¨ªa colmarse rebautizando la avenida del Mediterr¨¢neo con el nombre del ilustre edil, que al fin y al cabo fue quien la pari¨® hace medio siglo. Cel¨¦brese de una vez este homenaje y desagravio.
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