Pr¨®fugo con su beb¨¦
Un preso de Nanclares (?lava) huye con su hijo de 19 meses durante un permiso penitenciario
'Va a vivir con otra familia'. 'De momento, el que puede mandar dar fuego a vuestra casa, soy yo'. Son s¨®lo dos de los varios mensajes amenazantes que desde hace 10 d¨ªas han recibido en sus tel¨¦fonos m¨®viles Eduard y Olga Belikov. Seg¨²n ambos, se los remite Paulino Enrique G¨®mez, un preso fugado de la c¨¢rcel de Nanclares de la Oca (?lava) que hace 10 d¨ªas se present¨® en la casa del matrimonio y se llev¨® a su hijo legal. El peque?o, S. G. B., de 19 meses, nieto de los Belikov, es hijo de la compa?era sentimental de G¨®mez, quien reconoci¨® en su d¨ªa al beb¨¦.
El recluso huido, de 49 a?os, es un delincuente bien conocido en la localidad vizca¨ªna de Getxo, donde resid¨ªa hasta que fue encarcelado el pasado noviembre, seg¨²n contaron ayer a este peri¨®dico Olga, de 49 a?os, y Eduard, de 61. G¨®mez cumpl¨ªa en Nanclares dos condenas que suman 14 meses de c¨¢rcel por falsificaci¨®n de recetas m¨¦dicas, robo con violencia y tenecia de armas, seg¨²n el peri¨®dico El Correo. Tiene pendiente otra causa que le podr¨ªa suponer una pena de 11 a?os por almacenar 30 kilos de speed y un arsenal de pistolas, escopetas y detonadores en un piso de Bilbao en 1998.
Eduard y Olga Belikov nacieron en Mosc¨², aunque residen en Berango desde hace una d¨¦cada. Ambos denunciaron la desaparici¨®n de su nieto el pasado d¨ªa 18, despu¨¦s de que su padre no le llevase de regreso tras haber dado una vuelta. El peque?o viv¨ªa con sus abuelos maternos desde hac¨ªa varios meses. '?l no quiere a nuestro nieto; s¨®lo quiere vengarse de nuestra hija y de nosotros', dec¨ªa ayer Olga a este peri¨®dico sin soltar su m¨®vil.
Paulino G¨®mez sali¨® de la c¨¢rcel alavesa el d¨ªa 15 con un permiso de tres d¨ªas. Deb¨ªa volver a prisi¨®n a medianoche del d¨ªa 18. Nada m¨¢s abandonar la prisi¨®n, llam¨® a los abuelos maternos exigiendo ver al ni?o, hijo de Elena Belikova, de 24 a?os. Aunque los Belikov se mostraron reticentes, no pudieron negarse, ya que G¨®mez es el padre legal del ni?o, aunque no el biol¨®gico.
Ese mismo d¨ªa 15, el padre se llev¨® al peque?o y le llev¨® de vuelta a la hora fijada. Al d¨ªa siguiente, ocurri¨® lo mismo, por lo que nada hizo sospechar a los abuelos. El d¨ªa 18, Paulino volvi¨® a recoger a S. G. B., pero cuando, pasadas las dos de la tarde, hora fijada para que devolviese al menor, ambos no aparec¨ªan, Olga y Eduard decidieron acudir a la Ertzaintza. La polic¨ªa vasca les dijo que no pod¨ªa hacer nada hasta que finalizase esa medianoche el permiso carcelario. 'Ya nos tem¨ªamos lo peor, as¨ª que en cuando comprobamos que Paulino no regresaba a la c¨¢rcel, decidimos poner la denuncia'.
Desde entonces, los Belikov han recibido una sucesi¨®n de mensajes y llamadas amenazantes. 'Una de las veces nos puso al ni?o al tel¨¦fono, as¨ª que, de momento, sabemos que est¨¢ bien', dice Olga, quien a?ade que ya no sabe qu¨¦ es el miedo. El matrimonio cuenta que sus relaciones con Paulino nunca fueron buenas. 'Es un hombre muy peligroso, adem¨¢s de listo'. Elena, su hija, empez¨® a salir con ¨¦l tres meses antes de tener al peque?o, pero los abuelos cuentan que las relaciones de ambos empezaron pronto a deteriorarse.
Cuando Paulino entr¨® en la c¨¢rcel en noviembre pasado, tras ser detenido en un control rutinario, Elena Belikova decidi¨® marcharse del Pa¨ªs Vasco ante las continuas amenazas de su pareja. Olga cuenta que su hija lleg¨® a ser agredida por unos desconocidos. 'Estamos seguros que fue Paulino, quien, desde la c¨¢rcel, orden¨® que la pegaran', dice. Olga desconoce el paradero de su hija, pero explica que se encuentra al tanto de todo lo que est¨¢ ocurriendo, aunque de momento 'no desea volver, porque tiene p¨¢nico a este hombre'.
No es la primera vez que Paulino se fuga con uno de sus hijos. Olga cuenta que en 1998 la Interpol tambi¨¦n le estuvo buscando porque supuestamente se hab¨ªa llevado a otro hijo a Brasil. Eduard a?ade que un polic¨ªa le cont¨® que otras veces que detuvieron a Paulino, al preguntarle su profesi¨®n, ¨¦l tranquilamente contest¨®: 'Soy ladr¨®n'.
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