Las mil danzas
La tercera jornada del festival donostiarra ten¨ªa quiz¨¢ la mejor relaci¨®n horas de ritmo-precio de todo el cartel, circunstancia que provoc¨® un lleno casi asfixiante, m¨¢s que justificado para ver a un miembro original de los Rolling Stones y a Maceo Parker, vigente patriarca del funk, en una sola sesi¨®n.
Sea por modestia o por comodidad, Bill Wyman ha conseguido reunir una banda estupenda y trabajadora que repasa ¨¦xitos del ayer con fresca fidelidad, principalmente del blues en diferentes formas y densidades, y del rock & roll con cierto aroma a Nueva Orle¨¢ns: t¨ªtulos indelebles (Hit the road Jack, Lights out, Jump, jive and wail) que jam¨¢s representar¨¢n la edad que tienen.
El peso del concierto recay¨® sobre Mike S¨¢nchez, un teclista y cantante de padres espa?oles que se comport¨® como una lagartija hiperactiva. Por su envidiable tup¨¦ y por su forma de mover la pelvis result¨® evidente que es un devoto de Elvis, pero se defendi¨® francamente bien en territorios alejados de ese molde. El resto del trabajo duro se lo repartieron la cantante Beverley Skeete y el canoso guitarrista Albert Lee, icono menor del blues-rock brit¨¢nico. Georgie Fame tambi¨¦n tuvo sus oportunidades, pero el organista y cantante prefiri¨® mantenerse a la sombra. Al final, Wyman asumi¨® su papel de patr¨®n y se encarg¨® de las presentaciones, todas saludadas con estruendo por el p¨²blico.
Maceo Parker no se arredr¨® por estos precedentes. En los ¨²ltimos a?os se le ha visto mucho por Espa?a, de modo que se sabe que hace funk, a palo seco o ilustrado, pero funk. Se sabe tambi¨¦n que toca muy bien el saxo alto y que sus actuaciones pueden, a veces, las tres horas de duraci¨®n. Pasada la medianoche, se cumpl¨ªa el programa y no se esperaban sorpresas, as¨ª que no result¨® mala idea ir a buscarlas al Kursaal con Vibes.
El tr¨ªo toma el nombre del instrumento, el vibr¨¢fono, que toca su l¨ªder nominal, Bill Ware, pero el t¨¦rmino parece describir tambi¨¦n una vibraci¨®n general y colectiva que otorg¨® a su m¨²sica un aura particular. El contrabajista Brad Jones, y en mayor medida, el excepcional bater¨ªa Jim Black, formaron, junto a Ware, un tr¨ªo a la moderna usanza, enfrascado de igual a igual en una forma de jazz juiciosamente creativa.
La tercera jornada hab¨ªa comenzado con la tercera y ¨²ltima aparici¨®n de Dave Douglas, esta vez con su propio quinteto. La actuaci¨®n result¨® algo lineal y fr¨ªa, en parte porque los solos se antojaron demasiado largos y en parte porque Douglas tendi¨® a la exhibici¨®n de facultades t¨¦cnicas m¨¢s que a la condensaci¨®n de sustancias expresivas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.