El Gobierno de Arag¨®n reconsidera el Pacto del Agua

El Gobierno de Arag¨®n negocia un replanteamiento del denominado Pacto del Agua, un acuerdo adoptado en 1992 por unanimidad de los grupos parlamentarios regionales en el que se detalla un exhaustivo listado de obras hidr¨¢ulicas en la regi¨®n, muchas de las cuales est¨¢n prometidas desde principios del siglo pasado.

Todos los Gobiernos centrales lo han asumido. El PP lo incluy¨® en la Ley del Plan Hidrol¨®gico con la garant¨ªa de que no puede ponerse en marcha el trasvase del Ebro sin que se hayan iniciado las obras del Pacto.

La fragilidad del Ejecutivo aragon¨¦s, del PSOE con apoyo del Par, partidario de sacar adelante el Pacto, est¨¢ chocando con movimientos sociales contrarios al trasvase del Ebro y a la construcci¨®n de varios embalses en las faldas de los Pirineos, reivindicados hist¨®ricamente por la regi¨®n.

Esta oposici¨®n se ha visto respaldada por declaraciones de impacto negativas y procedimientos judiciales, como en los casos de J¨¢novas, Santa Liestra o el recrecimiento de Yesa. Aunque la iniciativa de este rechazo parte de alcaldes de municipios afectados y de colectivos decididamente opuestos a estas infraestructuras, como Coagret, es la Chunta Aragonesista quien lo rentabiliza pol¨ªticamente.

El calendario no se ha cumplido. 'Han pasado 10 a?os y no hemos adelantado nada', dice un diputado socialista.

Sin voz ni voto

Ante el temor a que esa par¨¢lisis contin¨²e, el Parlamento regional decidi¨® en diciembre pasado crear una comisi¨®n de estudio sobre el Pacto que intenta servir de foro a quienes la Ley de Aguas o las confederaciones hidrogr¨¢ficas no les da ni voz ni voto: los ayuntamientos. Se da el caso de que los usuarios o demandantes de embalses (regantes en su mayor¨ªa) tienen m¨¢s representaci¨®n en los ¨®rganos de decisi¨®n sobre el agua que los municipios donde se construyen. Sus habitantes se ven forzados a abandonar sus tierras inundadas, se les expropia y no tienen d¨®nde defender sus intereses o negociar compensaciones con quienes se benefician de su desalojo.

La comisi¨®n ha establecido una ronda de encuentros con estos colectivos con la idea de replantear las obras del Pacto.Todos los grupos, salvo la Chunta e Izquierda Unida (que firm¨® el pacto) las consideran todas necesarias. El PP no participa en la comisi¨®n. Atribuye su creaci¨®n a una argucia del PSOE para sortear su debilidad en el Ejecutivo aragon¨¦s.

De lo hablado hasta ahora, una conclusi¨®n parece decantarse: limitar el recrecimiento de Yesa a una cota que no inunde el Camino de Santiago. Desde el Ministerio de Medio Ambiente se contraargumenta que ser¨ªa malgastar un dinero en recrecer una embalse que nunca se va a llenar.