Sin se?alizaci¨®n ni protecci¨®n

El paso entre andenes de la estaci¨®n de tren de cercan¨ªas de Santa Mar¨ªa de la Alameda (Madrid) no tiene actualmente ning¨²n tipo de se?alizaci¨®n ni protecci¨®n.

Asimismo, el and¨¦n nuevo en direcci¨®n ?vila es extremadamente corto (ocupa s¨®lo el largo de dos vagones, cuando el tren lleva siempre, por lo menos, seis o siete coches), por lo que es imprescindible que se alargue tanto como el tren para que los que llegan de Madrid, sobre todo los mayores, puedan subir -y, sobre todo, bajar- sin grave riesgo de ca¨ªdas. Y ello porque hay una altura m¨¢s que considerable desde el ¨²ltimo escal¨®n del tren al suelo. Hace unos d¨ªas tuve que bajar a una se?ora mayor pr¨¢cticamente en brazos porque ella sola no pod¨ªa.

Es imprescindible que Renfe se?alice el paso entre andenes con alg¨²n medio eficaz (sonoro, visual) que avise de la llegada del tren y ponga alguna barrera que impida el cruce cuando aqu¨¦l vaya a pasar (cruzan muchas personas mayores con problemas de vista, o¨ªdo y movilidad).

Es igualmente importante que el and¨¦n nuevo m¨¢s alto se alargue tanto como mide el tren para que cualquiera, sobre todo los mayores, pueda subir y bajar desde cualquier puerta del vag¨®n sin peligro.- Mar¨ªa de la Victoria Herranz Contreras. Madrid.

Servicio de autobuses

Soy usuaria de la l¨ªnea de autobuses que cubre Cevesa entre San Mart¨ªn de Valdeiglesias y Madrid. Todos los d¨ªas cojo el autob¨²s de las seis de la ma?ana y vuelvo en el de las 15.30 (horario de verano).

Esta ma?ana, como muchas otras, varios de los usuarios que suben en la localidad de Chapiner¨ªa han tenido que hacer todo el recorrido de pie; lo mismo ocurre en la vuelta, cuando ponen un autob¨²s peque?o.

A pesar de las protestas reiteradas de estos usuarios y de la incomodidad del resto, parece que la compa?¨ªa no pone los medios para cubrir esta precariedad, y no s¨¦ si las quejas continuas a los conductores llegan a la compa?¨ªa, ya que ¨¦sta no parece tomar medidas.

Por otro lado, estamos absolutamente desinformados y hay bastante descontrol en los cambios que se producen en este trayecto.

Nunca llego a M¨¦ndez ?lvaro, ni a la ida ni a la vuelta. Cuando cambiaron la parada de sitio (Hipercas) me enter¨¦ gracias a otra usuaria, porque no hab¨ªan tenido a bien poner una nota informativa en la marquesina.

Se lo indiqu¨¦ al conductor y me dijo que en la estaci¨®n Sur lo hab¨ªan puesto, que fuera all¨ª a leerlo.

Para m¨¢s inri, en la glorieta adonde han trasladado la parada, por llamarla de alguna manera, no hay ning¨²n elemento en el que resguardarse del sol, que, como comprender¨¢n, a las 15.50, hora aproximada a la que para el autob¨²s, es bastante fuerte.

El suelo est¨¢ sin pavimentar, ayer hab¨ªa charcos y era un completo barrizal, no hay ni un banco donde sentarse y siempre hay gente mayor que viene del hospital de Alcorc¨®n.

Espero que no lleguemos al invierno en esta situaci¨®n.

Hay otra cosa que no entendemos los usuarios que tenemos el abono transporte de la Comunidad de Madrid, y a los que no se nos da billete cuando venimos de San Mart¨ªn o a la vuelta. Si cogemos el autob¨²s en cualquiera de las paradas que no sea la primera, el conductor lo teclea en una maquinita; entonces, ?por qu¨¦ en la estaci¨®n Sur hay que ir a la ventanilla a por el billete, con la consiguiente p¨¦rdida de tiempo y de autob¨²s, en muchos casos, y la espera del pr¨®ximo una hora m¨¢s tarde?

Ya que no hay medio p¨²blico alternativo para ir a Chapiner¨ªa, Las Navas del Rey, Pelayos de la Presa y San Mart¨ªn de Valdeigleisias y, al parecer, no van a ponerlo, ni a mejorar el estado de la carretera prolongando la autov¨ªa de Quijorna a San Mart¨ªn -supongo que por el inter¨¦s de la 'defensa de los linces, ¨¢guilas y toda esa reserva natural tan interesante'-, podr¨ªan hacer el favor de aportar su granito de arena y mejorar la calidad del servicio de su l¨ªnea de autobuses.

Porque, al parecer, para los responsables de la Comunidad de Madrid el ¨¢rea suroeste de la regi¨®n no forma parte de sus competencias, y las personas que vivimos en ella somos ciudadanos poco menos que tercermundistas.