Congo y Ruanda firman la paz tras cuatro a?os de una guerra que caus¨® m¨¢s de dos millones de muertos

El acuerdo de paz firmado ayer por el presidente de la Rep¨²blica Democr¨¢tica de Congo (RDC), Joseph Kabila, y su hom¨®logo ruand¨¦s, Paul Kagame, pone fin oficialmente a cuatro a?os de conflicto. La guerra entre ambos pa¨ªses, que empez¨® con la invasi¨®n del este de Congo por las tropas ruandesas en 1998, ha causado dos millones y medio de muertos, civiles en su mayor¨ªa, y ha desestabilizado el centro del continente africano.

Noventa d¨ªas es el plazo previsto para aplicar los t¨¦rminos de lo que constituye una verdadera transacci¨®n entre ambos pa¨ªses. La RDC se compromete a 'desarmar y entregar a las autoridades ruandesas' las milicias extremistas hutu, interahamwe, y los soldados del antiguo Ej¨¦rcito ruand¨¦s instalados en su territorio. Se trata de m¨¢s de 20.000 milicianos responsables del genocidio en Ruanda en 1994. A cambio, Ruanda retirar¨¢ sus tropas acampadas en Congo, unos 20.000 hombres destinados a proteger el r¨¦gimen de Kigali de los interahamwe, apoyados por la RDC. Ayer mismo entr¨® en vigor el alto el fuego. La verificaci¨®n del proceso, en la que participar¨¢n tropas surafricanas, se efectuar¨¢ en un plazo de 120 d¨ªas.

El armisticio firmado en Pretoria, la capital de Sur¨¢frica, fue anunciado a principios de la semana pasada, el 22 de julio, despu¨¦s de cinco d¨ªas de negociaciones a puerta cerrada bajo la mediaci¨®n del vicepresidente surafricano Jacob Zuma. El acuerdo 'significa que ?frica estar¨¢ en paz', afirm¨® Zuma durante el acto que reuni¨® ayer al presidente surafricano, Thabo Mbeki, a Lena Sumdh, representante del secretario general de la ONU, y Amara Essy, secretario general de la Uni¨®n Africana.

Un acuerdo poco realista

Sin embargo, la complejidad del conflicto, que ha involucrado a los pa¨ªses vecinos a trav¨¦s de un juego de alianzas, y el fracaso de altos el fuego anteriores matizan el optimismo oficial. ?Ha sido restaurada la confianza? 'No quiero juzgar de antemano a nadie antes de que el asunto actual sea puesto en pr¨¢ctica. Esperemos a ver el resultado', afirmaba el propio presidente ruand¨¦s el lunes, aludiendo a su hom¨®logo congol¨¦s.

'Las esperanzas de aplicar ese acuerdo son muy poco realistas', advirti¨® Alison Des Forges, de la organizaci¨®n Human Rights Watch. Primer punto d¨¦bil del acuerdo: el calendario. La misi¨®n de la ONU en la RDC, que podr¨ªa estar encargada del desarme, cuenta con muy pocas tropas en la regi¨®n. Har¨ªan falta seis meses s¨®lo para desplegar una fuerza suficiente, seg¨²n oficiales de la ONU. Segundo punto: las milicias tendr¨¢n que entregar sus armas incluso por la fuerza, al contrario de lo que se pens¨® previamente. Tercer punto: no todos los combatientes actuales de las milicias hutu han participado en el genocidio, algunos son nuevos opositores al r¨¦gimen de Ruanda, seg¨²n Des Forges.

Para John Stremlau, jefe del Departamento de Relaciones Internacionales en una universidad de Johanesburgo, 'entre los conflictos africanos, el de Congo es el m¨¢s dif¨ªcil de solucionar. Es complejo, involucra muchos actores y requiere de otros compromisos diplom¨¢ticos simult¨¢neos para funcionar. Pero tener un marco de paz es un factor clave'.