Solo ante el peligro
No s¨®lo los acosados padecen la violencia terrorista. En Euskadi la violencia terrorista, el miedo, lo padece toda la sociedad. Es cierto que en unos casos ese padecimiento patol¨®gico vuelve prepotentes, seguros en sus fantas¨ªas pol¨ªticas, a una minor¨ªa. Pero la gran mayor¨ªa, la que mira hacia otra parte, la que se cree vivir en el mejor de los pa¨ªses del mundo anulando el sentimiento de culpa por los que sufren, y la que sobrevive en la indiferencia, est¨¢ m¨¢s condicionada por el terror en sus vidas y en sus decisiones pol¨ªticas que los acosados y las v¨ªctimas.
A la gran mayor¨ªa le parece lo adecuado resolver la violencia y su secuela, el terror, organizando todo tipo de encuentros para dialogar 'hasta el amanecer'. Personas que, si bien no dan por bueno el terrorismo, inciden en la b¨²squeda de concesiones pol¨ªticas para que ¨¦ste acabe. Con la mejor voluntad del mundo, sin ver la trampa de que por ese procedimiento se puede acabar con el ejercicio descarado del terror para constituir a cambio un r¨¦gimen basado en ¨¦l. Todo ese mundo de encuentros y foros a la b¨²squeda de la paz por el di¨¢logo est¨¢ m¨¢s condicionado por el terror que los que llanamente se oponen a ¨¦l.
No es negarle causas a la existencia del terrorismo, las tiene. Pero en tanto foro por el di¨¢logo equivocan las causas y creen que con concesiones de naturaleza nacionalista (lo que es todo un regalo para los nacionalistas no violentos que sin mover un me?ique debido, precisamente, a la acci¨®n de los nacionalistas violentos lo reciben), lo aplaca. La causa del terrorismo, la causa pol¨ªtica del terrorismo, es el ejercicio del poder sin adversario alguno, no esta o aquella reivindicaci¨®n nacionalista. Aunque, en todo nacionalismo en general subyace la base totalitaria, en gran medida, del ejercicio del poder sin adversarios: el nacionalismo lo justifica todo.
Pero, volvamos, los que no padecen el acoso terrorista son capaces, porque tambi¨¦n padecen el terrorismo, de buscar v¨ªctimas propiciatorias en los que claramente lo rechazan. Un ayuntamiento 'buzonea' difamando a un cura que contesta al terrorismo cuando ning¨²n ayuntamiento, que se sepa, en Euskadi ha 'buzoneado' condenando el terrorismo y a ETA, y menos a alg¨²n convicto por ser de ETA. La euskal versi¨®n de Solo Ante el Peligro, que como no pod¨ªa ser menos en este pa¨ªs, es un cura. Abandonado a su suerte, acusado de nost¨¢lgico del franquismo en un lugar, precisamente, no afamado por su resistencia al franquismo.
En la manifestaci¨®n de protesta por el asesinato del ertzaina Totorika en Portugalete los gritos fueron contra los dirigentes del PP y el PSOE que estaban all¨ª, consider¨¢ndoles los culpables de que no haya paz porque se niegan a negociar, ninguno contra ETA. M¨¢s v¨ªctimas propiciatorias elegidas por unos enajenados que si que est¨¢n padeciendo el terrorismo.
El colmo de ese padecimiento pudiera descubrirse en las frases dirigidas a los l¨ªderes y partidos constitucionalistas, especialmente, al PP, de aprovecharse del terrorismo y casi alegrarse cuando padecen un asesinato entre sus filas. Es padecer el terrorismo hasta formar parte de su discurso, el culpabilizar a las v¨ªctimas, lo que nos lleva a pensar que los que m¨¢s padecen el terror son los que acaban dialogando con ¨¦l, buscando sus causas pol¨ªticas, comprendi¨¦ndolo hasta justificarlo, que los que llanamente se oponen a ¨¦l y reclaman el imperio de la ley.
La sociedad vasca, la sociedad enferma por el terror, la que no padece el acoso terrorista, refractaria a la ley, a la ley de partidos, a los autos del juez Garz¨®n, disidente ante la Constituci¨®n, superadora del Estatuto, dialogante hasta el amanecer, padece el terrorismo hasta estar presa de ¨¦l. Por eso, resulta un brindis al sol, que algunos l¨ªderes del socialismo pida al Gobierno nacionalista que proteja a las v¨ªctimas, es como pedir a los enfermos que curen a los sanos. Hasta el siglo XIX un amplio colectivo trasmisor de enfermedades eran los propios m¨¦dicos. Lo que hay que hacer es crear la alternativa pol¨ªtica a tanto falso curandero. Es por otra parte legitimar el discurso moral sobre el pol¨ªtico, dar validez a un discurso reaccionario que disuelve la necesidad del Estado moderno, es, al postre, legitimar a los que a su vez acaban legitimando el terrorismo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.