?caros en El Perellonet
La amalgama del surf con el vuelo de la cometa cobra protagonismo en una modalidad deportiva que se practica en algunos puntos de la costa valenciana
Los sucesores de ?caro y D¨¦dalo podr¨ªan ser los nuevos kiters, practicantes del flysurf o kitesurf, una mezcla de windsurf y snowboard que suma adeptos deseosos de volar sobre el cielo cabalgando en las olas. Esta derivaci¨®n deportiva consiste en usar una tabla de surf propulsada por una cometa gigante, lo que permite deslizarse por el agua a 80 kil¨®metros por hora e impulsarse por encima de las olas a unos siete metros de altura. Todo depende de la habilidad del piloto y de la velocidad del viento. La playa del Perellonet en Valencia se ha convertido en la Tarifa levantina, el lugar donde la modalidad acu¨¢tica causa furor. Hasta 20 cometas se catapultan por los cielos una ma?ana de s¨¢bado.
Con el m¨®vil en mano, los osados pilotos se comunican y peregrinan en bandada
No hay cifras, pero la mayor¨ªa son hombres de entre 20 y 40 a?os amantes del riesgo
No obstante, cada vez es m¨¢s frecuente ver a los intr¨¦pidos kiters en otros cielos valencianos. Itinerarios que se trazan en funci¨®n del aire: 'Podemos hacernos hasta 100 kil¨®metros al d¨ªa, en busca de casta?a. Del Perellonet a la Patacona. De all¨ª a D¨¦nia para acabar en Canet', dice el kiter Paco Mart¨ªnez, en la jerga com¨²n con la que estos deportistas bautizan el viento. Con el m¨®vil en mano, los osados pilotos se comunican y peregrinan en bandada, en caso de que 'est¨¦ plato' (ni viento, ni olas) o que sople poniente, con el que no navegan por seguridad. El garb¨ª es el id¨®neo para jugar con las olas y realizar todo tipo de prodigios circenses. Adem¨¢s siempre navegan acompa?ados de cautela.
'Un amiguete de D¨¦nia, Quique Gil, nos env¨ªa al m¨®vil, a trav¨¦s de su p¨¢gina web, la previsi¨®n del viento tres veces al d¨ªa. Con nudos, fuerza del viento...', explica Ma?el Rodr¨ªguez-Mi?¨®n, un kiter de 26 a?os al que este deporte le ha cambiado radicalmente la vida. De navegar por Internet, trabajaba como instalador inform¨¢tico, ha pasado a hacerlo sobre las olas, adem¨¢s de vender equipos en Kite Zone, una tienda valenciana especializada exclusivamente en estos equipos n¨¢uticos. Por el flysurf cambi¨® tambi¨¦n de residencia, ahora vive en la playa del Perellonet, donde se ubica la escuela de aprendizaje. Su hermano Carlos, por quien conoci¨® el fly, tambi¨¦n ha quedado totalmente enganchado a esta amalgama de tabla y vela. Desde Lanzarote imparte los cursos de iniciaci¨®n.
Este deporte no es precisamente barato. Un curso de nueve horas cuesta aproximadamente 180 euros. El equipo (tabla, cometa, arn¨¦s, barra de sujeci¨®n, chaleco salvavidas, traje de neopreno) de segunda mano se adquiere a partir de 900 euros y sube a m¨¢s de 2.000 si es de primera. Para transportar el material se necesita adem¨¢s un monovolumen.
Existen cometas de dos tipos: parapentes e hinchables y se controlan a trav¨¦s de unas l¨ªneas o cuerdas, de unos 40 metros de longitud, que se unen a unas botavaras de aluminio o carbono, donde se agarra el kiter. Todo esto queda enganchado al cuerpo del piloto por un arn¨¦s. Los pies van sujetos a la tabla para permitir el control de la direcci¨®n. El tama?o de la cometa, de 11 a 15 metros, y el lugar donde se sit¨²a el viento condicionan el vuelo.
Con una historia muy reciente, el flysurf lleg¨® a la costa valenciana hace escasos tres a?os procedente de Am¨¦rica. No hay cifras, aunque la mayor¨ªa son hombres de entre 20 y 40 a?os amantes del riesgo y del deporte.
Dani y Richard son dos amigos que practican fly, despu¨¦s de acabar las clases diarias de bombero, donde se forman tras aprobar la oposici¨®n. No se conforman con consumir adrenalina laboralmente y aumentan la frecuencia cardiaca tambi¨¦n en su tiempo de ocio. Sara y Jacobo, dos turistas madrile?os, comienzan el deporte este verano con la llegada a la costa.
Para poder iniciarse es conveniente realizar un curso. Tanto por la seguridad propia, ya que se puede volver muy peligroso por la velocidad del viento, como por la de los ba?istas. En Catalu?a, por ejemplo, se ha prohibido la pr¨¢ctica del flysurf en la playa, si no hay acotadas zonas espec¨ªficas. Las primeras horas se aprende a volar la cometa sobre la arena y cuando estos ejercicios se controlan se pasa al agua. Aunque un reci¨¦n nacido, el flysurf cuenta con una asociaci¨®n espa?ola, que organiza campeonatos nacionales y circuitos durante los meses de verano. Estampas que recuerdan al ¨ªmpetu de los dos primeros personajes de la mitolog¨ªa griega que osaron volar.
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