'Ahora soy m¨¢s respetuosa, pero en el escenario mi energ¨ªa agresiva se expande'
Su pelo lacio, cuajado de canas, parece de lejos un estropajo que remata un tronco breve con brazos de chimpanc¨¦ y piernas de garza. Patti Smith (Chicago, 1946), la llamada madrina del punk, cantautora, poeta, artista, una de las personas m¨¢s intensamente adoradas de la Tierra por unos pocos, se acerca con andar vacilante y mirada desviada (concretamente, su ojo izquierdo). 'Necesito un trozo de pan', le dice con suavidad a su asistente, 'o un zumo, algo que me haga revivir'. La niebla que ha cerrado el aeropuerto de Heathrow, en Londres, ha provocado que todos los periodistas que iba a recibir Patti a lo largo de la ma?ana para hablar de su reci¨¦n editado disco recopilatorio Land 1975-2002 llegaran tarde y en tropel. La mujer-garza ha tenido que atenderles a todos juntos. Ha sido una suerte pillarla a solas a¨²n m¨¢s tarde, unos pocos minutos, antes de marcharse a Par¨ªs.
'Me preocup¨® c¨®mo nos ¨ªbamos a vengar tras el 11-S. Mis miedos ocurrieron. Bombardeamos Afganist¨¢n y otros siguieron el ejemplo'
PREGUNTA. Recita sus Notas para el futuro. Se revela como una profeta, animando a que se observe el 'amaos los unos a los otros'. La espiritualidad siempre la ha acompa?ado.
RESPUESTA. Me atraen dos cosas: el arte y la religi¨®n. Pero la religi¨®n organizada no me sirve. Y he sentido una relaci¨®n con... puede que le llames Dios, o conciencia colectiva. He deseado entender qu¨¦ es eso y adem¨¢s explorar el arte. Trato de equilibrar las dos cosas y crear mi propio paisaje, que posee sus aspectos revolucionarios, pero tambi¨¦n sus caras espirituales. Es como una naturaleza dual pero... as¨ª soy yo.
P. Se ha dulcificado. La Patti de hace 27 a?os era insolente...
R. Probablemente ahora soy m¨¢s respetuosa con la gente, pero cuando me subo a un escenario puedo resultar tan peleona como antes. Mi energ¨ªa m¨¢s agresiva se expande all¨ª y as¨ª encauzo a trav¨¦s m¨ªo un mont¨®n de cosas que me crispan o por las que estoy preocupada. Por otro lado, ahora tambi¨¦n soy madre. Tengo dos hijos y he de darles ejemplo.
?Qui¨¦n no tiene en la retina la imagen de aquella poeta de ojos interminables que vomitaba versos junto a un guitarrista de rock, en la cabecera de la vanguardia punk de mediados de los setenta en Nueva York? Tal y como la retrat¨®, huesuda, desafiante, su amigo Robert Mapplethorpe. Y la de la joven rockera tan arrebatada por el trance que se me¨® en los tejanos durante un concierto en Badalona. Eran los tiempos de su m¨ªtico primer disco, Horses (1975). Tras el concierto m¨¢s populoso de su carrera (85.000 personas en un estadio de f¨²tbol en Italia en 1979), Patti se retir¨® a un oscuro suburbio de Detroit junto al guitarrista de MC5, Fred (Sonic) Smith. De d¨ªa hac¨ªa la colada y cambiaba pa?ales. De noche, escrib¨ªa. Poco despu¨¦s, la muerte comenz¨® a rondarle: Mapplethorpe falleci¨® en 1989; en 1994 perdi¨®, con un mes de diferencia, a Fred, su marido, a resultas del alcoholismo, y a su hermano Todd, compa?ero de giras; tambi¨¦n fueron muriendo otros amigos, como su pianista Richard Sohl, William Burroughs, Allen Ginsberg; y su padre... A los 55 a?os, tuvo que suspender sus conciertos del pasado julio en Barcelona por la enfermedad de la madre. Parece un sino.
P. ?Qu¨¦ impacto tuvo para usted esa 'muerte gemela', como le ha llamado, la desaparici¨®n del World Trade Center el 11 de septiembre en Nueva York?
R. Vivo en el centro de la ciudad y cada vez que sal¨ªa a la puerta de mi casa, ve¨ªa las torres gemelas. Eran tan grandes y tan toscas, sabe, tan americanas, tan presuntuosas... ten¨ªan que estar por encima de todo y todos. S¨ª, me hab¨ªa acostumbrado a ellas. El 11-S fue aterrador. Esa sensaci¨®n de estar pr¨®xima a tantas muertes y claro, mi hija va al colegio muy cerca... Cuando ya la tuve a mi lado, mi siguiente preocupaci¨®n fue c¨®mo nos ¨ªbamos a vengar. Y todos mis miedos ocurrieron. Tem¨ªa que bombarde¨¢ramos Afganist¨¢n y lo hicimos, invadimos el pa¨ªs. Me aterraba que otros gobiernos siguieran nuestro ejemplo, y ah¨ª tienes las tremendas agresiones contra el pueblo palestino. Y todo en el nombre de pulverizar al terrorismo, lo cual es imposible. Opino que no podemos aislarlo. El terrorismo es un estado de ¨¢nimo. Son seres humanos tan frustrados, tan privados de sus derechos civiles, que dan su propia vida y, por supuesto, la de otras personas, porque no poseen otros recursos. Por tanto son sus propios soldados, no unos maniacos ni unos cobardes, aunque lo que hagan sea terrible. Deber¨ªamos incluirlos en una discusi¨®n acerca de c¨®mo podemos coexistir. Esa gente tiene que estar representada, deben ser escuchados. Es mi opini¨®n, s¨¦ que escandaliza a algunos, a los americanos. Tengo fuertes sentimientos contra la pol¨ªtica de nuestro Gobierno. Pienso que debemos ser muy cuidadosos. ?ste es un momento muy delicado para el planeta. Espero que los m¨¢s j¨®venes encuentren una manera de comunicarse globalmente y no dividirse o bloquearse bas¨¢ndose en razas, religiones o pa¨ªses.
P. Ha sentido la presencia de Jim Morrison, de Jimi Hendrix... Ha sido pose¨ªda por otros...
R. No s¨¦ de donde viene, pero es real. Una vez, en Salzburgo, est¨¢bamos al raso y yo ve¨ªa las nubes negras acerc¨¢ndose entre las monta?as que rodean la ciudad. Estall¨® una tormenta. Era sobrecogedor. Y s¨²bitamente comenc¨¦ a vociferar con una voz extra?a: 'Te dediqu¨¦ mi vida, te ense?¨¦ todo lo que sabes, te ofrec¨ª tantas oportunidades y t¨² las desperdiciaste'. Me di cuenta que escuchaba en m¨ª al padre de Mozart. Salzsburgo es el sitio donde ¨¦l vivi¨® y muri¨®.
P. Y usted no lo sab¨ªa.
R. No. Y eso pas¨® otra vez con esa misma canci¨®n.
P. Es About a boy, dedicada a Kurt Cobain, el l¨ªder de Nirvana.
R. S¨ª, pero realmente fue escrita para j¨®venes que poseen dones, grandes posibilidades en su vida, pero debido al dolor, o a su vulnerabilidad o a lo que sea, arruinan su vida. En su letra tambi¨¦n hay referencias a mi hermano [Todd], que muri¨® a los 43 a?os porque no tomaba su medicaci¨®n para el coraz¨®n, lo olvidaba. En Dubl¨ªn est¨¢bamos interpretando el tema y me vino a la cabeza la imagen de un chico que se estaba hundiendo bajo el mar. El joven mor¨ªa y la madre le tomaba en sus brazos y dec¨ªa: 'Te llevar¨¦ con los ¨¢ngeles'. La mujer me resultaba muy familiar. Despu¨¦s, en las noticias, contaron que el hijo del presidente Kennedy, John John, hab¨ªa desaparecido en el mar, que su avi¨®n se hab¨ªa perdido. Sent¨ª que la mujer era Jackie Kennedy. Yo lo sab¨ªa, aunque no hab¨ªa escuchado las noticias. Poseo cierta capacidad y eso es real y tambi¨¦n es dif¨ªcil, porque algunas veces, despu¨¦s de eso tengo una jaqueca terrible.
En la furgoneta espera un joven guapo y desma?ado llamado Oliver Ray. Lo conoci¨® en 1995 cuando era un chaval despistado, pose¨ªdo por una espiritualidad especial. Se ha convertido en su guitarrista y amante. Tiene 26 a?os menos que ella.
Land 1975-2002 est¨¢ editado en Arista/BMG.
![La cantante Patti Smith, en Venecia en 1999.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/PW2DM6IYGXLD23X4BY7WVKXSB4.jpg?auth=cce9547ae28f3fb1a3f34e020fefc9a807bbad45add5105f5d58995ef78d1c5d&width=414)
El equilibrio de una mit¨®mana
PATITO FEO presa de visiones, Patti Smith se excitaba sexualmente viendo a los Rolling en la tele de su casa en Nueva Jersey y le¨ªa a Rimbaud y a Genet. A los 16, un tipo la pre?¨® y ella entreg¨® al beb¨¦ en adopci¨®n. Luego huy¨® a Nueva York a volcar su mitoman¨ªa y sus versos alucin¨®genos en la escena punk. El resto es historia: pintura, libros de poemas, 8 discos y el acoso de la muerte. Sin ella, probablemente, Michael Stipe, el l¨ªder de REM, ahora su amigo y mentor, no se hubiera dedicado a la m¨²sica. Ni Jeff Buckley. Casi cada d¨ªa alguien la aborda y le dice: 'Usted ha cambiado mi vida'. Conserva su orgulloso bigote. En el escenario la puede montar, pose¨ªda por el rock and roll y el chamanismo. Sentada en este sof¨¢, ofrece consejos de matrona: 'Trato de permanecer equilibrada. He visto morir a muchos amigos y gente que he amado porque no han logrado el equilibrio. Tengo muchas razones para vivir, unos hijos maravillosos, talento, gente que cree en m¨ª. Una vez anot¨¦: 'En la vida, act¨²a con equilibrio y cautela; en el arte, con desenfado'. En los sesenta no me hice hippy, no estaba interesada en tomar toneladas de drogas. Siempre las he considerado sagradas. Siento que se deben usar para rituales, para sanar o como herramienta de inspiraci¨®n, no para divertirse'.
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