Los desaparecidos espa?oles
Familiares de republicanos enterrados en fosas comunes recurren a la ONU para que se financie la b¨²squeda de los cad¨¢veres
Un centenar de expedientes llegaron ayer a Ginebra, a la sede del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, que dirige Mary Robinson. Contienen la historia de republicanos desaparecidos, fusilados o asesinados durante la Guerra Civil y la represi¨®n que sigui¨®, cuyos cuerpos nunca han sido encontrados.
El revuelo provocado por la apertura desde hace un mes de algunas fosas en El Bierzo (Le¨®n) ha llegado a o¨ªdos de cientos de familiares de desaparecidos en toda Espa?a. Y algunos de ellos, m¨¢s de mil, seg¨²n la Asociaci¨®n para la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica (ARMH), se han animado a dar el paso de pedir ayuda. La mayor¨ªa son ancianos que llevaban m¨¢s de 60 a?os esperando este momento. Otros son nietos que quieren recuperar la memoria de sus abuelos. Algunos incluso se han presentado en Ponferrada, sede de la asociaci¨®n, desde lugares lejanos.
'Su familiar muri¨® a consecuencia del movimiento nacional contra el marxismo'
Toda Espa?a est¨¢ llena de fosas. Especialmente las cunetas de las carreteras. Y por eso la ARMH, desbordada por tantas peticiones por todo el pa¨ªs, ha recurrido a la ONU. En 1992, la ONU emiti¨® una Declaraci¨®n sobre la protecci¨®n de todas las personas contra las desapariciones forzadas, y Espa?a, como casi todos los pa¨ªses, la firm¨®. La declaraci¨®n obliga a todos los Estados a poner los medios para buscar a los desaparecidos o sus cad¨¢veres. Tienen las m¨¢ximas protecciones porque son delitos que est¨¢n considerados como un 'crimen de lesa humanidad' y un 'ultraje a la dignidad humana'.
El presidente de la ARMH, Emilio Silva, entreg¨® ayer en Ginebra 65 fichas. Otras llegaron por correo. En total son un centenar, las que bastan para que la ONU intervenga. Antes, la asociaci¨®n entreg¨® algunas de ellas al Defensor del Pueblo espa?ol, ya que la ONU exige que se haya hecho alg¨²n tipo de gesti¨®n ante las autoridades del pa¨ªs. La mayor¨ªa de las personas que buscan a desaparecidos de la Guerra Civil no se hab¨ªan atrevido nunca a hacer nada. Esperaban el momento adecuado, que ha llegado ahora.
No es ¨¦ste el caso de Jes¨²s Pueyo, de 81 a?os. En su pueblo, Uncastillo, en Zaragoza, los nacionales fusilaron a 138 personas, que ¨¦l tiene perfectamente identificadas. Siete de ellas eran miembros de su familia. Pueyo ha mandado 100 folios a la asociaci¨®n, entre los que est¨¢n todas las cartas que ha mandado al Rey -y le ha respondido-, y a los distintos presidentes de Gobierno desde 1977, cuando empez¨® su lucha.
Otros s¨®lo tienen un certificado del franquismo que determina que su marido, padre o abuelo muri¨® 'a consecuencia del movimiento nacional contra el marxismo', una especie de garant¨ªa de que su cuerpo est¨¢ enterrado en una cuneta. En estos certificados, en el hueco destinado al lugar de la muerte pone 'despoblado'.
Otras personas tienen m¨¢s localizados a sus familiares. Salvadora Roca, una mujer de Cartagena, sabe que hay al menos 50 personas enterradas en una fosa com¨²n dentro del cementerio de Los Remedios. Y como eran marinos, ahora reclama al ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, cartagenero tambi¨¦n, que le ayude a identificar, honrar y colocar esos cuerpos en un lugar m¨¢s digno.
Otras personas, que prefieren mantener el anonimato, rellenan la ficha de la ONU con detalles sentimentales que recuerdan la tragedia vivida durante los ¨²ltimos 60 a?os. La nieta de un alba?il de San Rom¨¢n de Bembibre (Le¨®n), que fue asesinado mientras trataba de huir a Asturias, recuerda que un falangista de Benllera, el pueblo donde fue muerto, llev¨® durante a?os el reloj del abuelo.
Los familiares de un curtidor de Avil¨¦s, miembro de la CNT -la mayor¨ªa ten¨ªan vinculaciones pol¨ªticas, muchos con el PSOE- sostienen que est¨¢ enterrado con otros en los jardines de una villa -adjuntan la foto- llamada Quinta del Pedregal, que fue utilizada en la guerra, dicen, como 'centro de informaci¨®n'. Otros dan cuenta de fosas comunes mayores, como una en Nerva (Huelva), donde se cree que hay m¨¢s de 500 personas.
Hay casos de desaparecidos muy j¨®venes, como un ni?o de un pueblo de Soria, Pe?alba de San Esteban, que fue a Madrid a hacer de panadero, le toc¨® la guerra con 14 a?os y all¨ª se qued¨®, aunque su cuerpo nunca fue recuperado.
Otros han enviado documentos de los campos de concentraci¨®n que hubo durante y tras la guerra. En el campo de Zald¨ªvar, en Casas de Don Pedro (Badajoz), estaba un republicano que enviaba cartas a su mujer y sus hijos con el encabezamiento de 'Arriba Espa?a. Viva Franco'. 'Pronto espero abrazaros, Petra e hijos', dec¨ªa en la ¨²ltima. Ahora sus restos est¨¢n en una fosa com¨²n. Tarde o temprano la ONU, creen en la asociaci¨®n, obligar¨¢ al Gobierno espa?ol a que los saque. Y a todos los dem¨¢s.
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