El S¨¢hara

La pretendida anexi¨®n del S¨¢hara por Marruecos tiene ya el apoyo de Estados Unidos, Reino Unido y Francia. Algunos piden tambi¨¦n el apoyo de Espa?a, para as¨ª mejorar nuestras relaciones con Marruecos, pero hay que negarlo por los siguientes motivos: porque los saharauis no son marroqu¨ªes; porque el pueblo saharaui, tras 26 a?os de terribles sufrimientos, tiene pleno derecho a decidir su futuro; porque sigue en vigor el llamado Plan de Arreglo, auspiciado por la ONU, que establece la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n; porque la dignidad de Espa?a no puede admitir que se pisotee a¨²n m¨¢s a un pueblo que era tenido por espa?ol no hace tanto tiempo; porque esa misma dignidad nos impide entrar en los apa?os econ¨®micos de otros: nosotros no podemos vender a los saharauis por contratos petrol¨ªferos, porque las presiones marroqu¨ªes sobre Ceuta y Melilla, lejos de disminuir, se incrementar¨ªan ante la debilidad espa?ola; porque la anexi¨®n obligar¨ªa a los saharauis a volver a una sangrienta, desigual e interminable guerra; porque la pretendida y, al parecer, necesaria estabilidad del r¨¦gimen marroqu¨ª, lejos de asegurarse, se tambalear¨ªa con esa guerra; porque ser¨ªa seguir los bochornosos pasos de Felipe Gonz¨¢lez, que, tras sus promesas de apoyo incondicional en Tinduf, se ha hecho asiduo hu¨¦sped del rey de Marruecos; porque ya est¨¢ bien de chantajes marroqu¨ªes; porque no se puede ceder ante una dictadura que usa el enga?o y la mentira como argumentos pol¨ªticos; porque debemos tratar de arreglar las consecuencias del vergonzoso abandono del S¨¢hara espa?ol de 1976; porque no podemos defraudar a un pueblo tan unido a nosotros, que conf¨ªa tan ciegamente en Espa?a y que nos necesita ahora m¨¢s que nunca.