La investigaci¨®n revela numerosas irregularidades en el funcionamiento de los juzgados
El agente judicial Francisco Calero fue se?alado de inmediato como el principal sospechoso de ser el autor material del robo y borrado inform¨¢tico de sumarios. Varios compa?eros declararon ante la juez que lo hab¨ªan visto sentado ante ordenadores ajenos, precisamente las m¨¢quinas desde las que se realizaron los borrados. Los vigilantes manifestaron que Calero iba habitualmente al juzgado fuera de su horario de trabajo, y que recib¨ªa a personas que se presentaban preguntando por 'el secretario [judicial] Calero'.
Pero el agente no fue el ¨²nico investigado. La UDYCO tambi¨¦n hizo averiguaciones sobre otro funcionario adscrito al Juzgado n¨²mero 2 que a?os atr¨¢s hab¨ªa sido investigado por pasar bajo precio informaci¨®n confidencial a los imputados en una causa. La implicaci¨®n de este empleado en el robo, descartada posteriormente, fue la causa de que la primera juez encargada de investigar el caso, Blanca Esther D¨ªez, lo abandonase, ya que el funcionario trabajaba en su juzgado.
Las pesquisas se extendieron tambi¨¦n a otro funcionario sospechoso por su elevado tren de vida de mantener actividades il¨ªcitas. Una carta an¨®nima dirigida al fiscal jefe de M¨¢laga, Manuel Vill¨¦n, y adjuntada al sumario, acusaba a este trabajador de estar implicado en el robo y se?alaba su relaci¨®n con Calero y con el que fue responsable de la empresa municipal Contratas 2000, Jos¨¦ Luis Jim¨¦nez -imputado en el caso de la estatua rusa, uno de los sustra¨ªdos-. El denunciante an¨®nimo manifestaba en su carta que actuaba por 'odio y venganza' ya que, dec¨ªa, hab¨ªa pagado al funcionario al que implicaba dinero para que influyera sobre un juez en un caso y lo hab¨ªa perdido. La implicaci¨®n de este trabajador en el robo tampoco qued¨® probada, y su testimonio fue uno de los que sirvi¨® para inculpar a Calero.
Otro asunto turbio destapado durante la investigaci¨®n, y que ahora sigue la Fiscal¨ªa de M¨¢laga, es el de los coches y motos de lujo intervenidos en operaciones policiales que Calero guardaba en su garaje. Los veh¨ªculos deb¨ªan haber sido almacenados en un dep¨®sito judicial, pero Calero ten¨ªa autorizaciones firmadas por varios jueces de Marbella que le permit¨ªan no s¨®lo guardarlos, sino utilizarlos. La UDYCO cuestiona en su informe la autenticidad de la mayor¨ªa de estas ¨®rdenes judiciales.
El revuelo provocado por el robo de sumarios y la muerte de Calero provoc¨® situaciones verdaderamente cr¨ªticas entre el personal de los Juzgados de Marbella: tensiones, desconfianza, bajas por depresi¨®n y peticiones de traslado -hasta un 30% de los funcionarios solicit¨® el pasado mes de diciembre otro destino, seg¨²n el sindicato UGT-. La prometida limpieza en los juzgados qued¨® en un cuestionado expediente disciplinario a tres secretarios judiciales, y la v¨ªa muerta en que se encuentra el caso no disipa la sombra de la sospecha que se cierne sobre esta sede judicial.
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