Hechiceros, funcionarios y prostitutas
Despu¨¦s del ¨¦xito alcanzado con Tierra son¨¢mbula, la novela con la que alcanz¨® un importante reconocimiento internacional, Mia Couto prosigue con El vuelo del ¨²ltimo flamenco -excelentemente traducida por Mario Merlino- su indagaci¨®n acerca de las realidades africanas.
El engarce con la tradici¨®n oral mozambique?a que la cr¨ªtica destac¨® en aquel primer relato es sustituido ahora por la presencia de un mundo m¨¢gico y mitol¨®gico, utilizado en todo momento como contrapunto de la visi¨®n racionalista que exhiben los personajes europeos, pero tambi¨¦n los africanos instalados en el poder.
A partir de una an¨¦cdota de imposible resoluci¨®n narrativa -algunos de los cascos azules destacados por Naciones Unidas en Mozambique estallan en extra?as circunstancias, sin dejar otra huella que sus penes intactos-, Couto hace un recorrido por los habitantes del poblado de Tizangara, una especie de microcosmos en el que coexisten los principales tipos humanos del pa¨ªs, desde el funcionario internacional hasta el hechicero, la prostituta y el c¨ªnico y corrupto delegado gubernativo.
EL ?LTIMO VUELO DEL FLAMENCO
Mia Couto Traducci¨®n de Mario Merlino Alfaguara Madrid, 2002 248 p¨¢ginas. 16,25 euros
La ambici¨®n de las ideas que
Couto pretende ejemplificar a trav¨¦s de una trama en verdad tan inmanejable -la complejidad del universo africano, la coexistencia de la realidad con la leyenda, el choque entre mentalidades- acaba convirtiendo El ¨²ltimo vuelo del flamenco en una infrecuente variante de la novela de tesis, pero novela de tesis al fin y al cabo. Como en las m¨¢s cl¨¢sicas manifestaciones de ¨¦sta, los personajes parecen ideados para cumplir una funci¨®n y el desenlace se resuelve m¨¢s en el plano simb¨®lico que en el estrictamente narrativo.
Como han se?alado no pocos escritores y cr¨ªticos del ?frica lus¨®fona, la gran aportaci¨®n de Mia Couto a la literatura en portugu¨¦s radica en su original empleo de la lengua.
En El ¨²ltimo vuelo del flamenco incluso la lengua ha cedido protagonismo a favor de la alegor¨ªa, y ello en detrimento de los mejores logros del autor.
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