¡®Eclipse¡¯, de Jo Nesb?: arrastrar al lector con recursos baratos
Plagada de s¨ªmiles efectistas y f¨¢ciles la prosa del ¡®bestseller¡¯ noruego nunca levanta vuelo. Sus tramas, anegadas en sangre, solo importan por la curiosidad que generan, no por las indagaciones en otras profundidades que nunca ejecuta
Mientras le¨ªa Eclipse, la m¨¢s reciente entrega (d¨¦cimotercera) de la serie del personaje de Harry Hole creado por el novelista noruego Jo Nesb?, volv¨ª a preguntarme en la utilidad que podr¨ªa conservar la cr¨ªtica literaria.
El ejercicio de valoraci¨®n de una obra art¨ªstica siempre ha tenido dos prop¨®sitos fundamentales: advertir al creador y, sobre todo, al consumidor. Al exponer su criterio, el especialista (de cuya honestidad no deber¨ªa haber dudas) trata de encontrar las claves de una obra, destacando sus posibles aciertos o desaciertos y, de ese modo, iluminar al lector, en el caso de la literatura, sobre las caracter¨ªsticas del texto que ha le¨ªdo o va a leer. Incluso, intentando la disuaci¨®n.
Sin embargo, en el contexto creado por una cada vez m¨¢s agresiva industria editorial que necesita y crea bestsellers a diestra y siniestra (la civilizaci¨®n del espect¨¢culo), el papel del cr¨ªtico muchas veces queda reducido a un simple lamento (cuando exhibe las miserias de una obra) o, en el peor de los casos, al falaz ejercicio de intentar validar un producto sin otro m¨¦rito que el comercial.
El ¨¦xito econ¨®mico que hoy mismo tienen determinados autores, l¨®gicamente promovidos por sus editores y por los canales de distribuci¨®n (lo hace evidente cualquier escaparate de las cadenas de librer¨ªas que alegremente anuncian a un autor como ¡°el rey del thriller¡±), tal vez har¨ªa m¨¢s necesario un ejercicio serio del criterio sobre las calidades de mucha literatura de notable presencia comercial. Porque creo que todav¨ªa vale la pena intentar ese lamento, como lo hacen algunos cr¨ªticos ante hechos literarios como el que ahora me motiva, pues siempre se pueden encontrar o¨ªdos atentos, inteligencias cuestionadoras que no hagan parecer que solo se trata de arar en el mar.
Si suelto toda esta descarga elemental sobre la necesidad e importancia de la cr¨ªtica, su pertinencia aun en los tiempos tan inciertos que transcurren, es porque mientras avanzaba en la lectura de Eclipse (Reservoir Books, 2024) me costaba trabajo entender c¨®mo una literatura hecha de clich¨¦s, soluciones manidas, burdas pirotecnias controladas y provocaciones espurias casi siempre previsibles, puede convertirse en un paradigma literario con la recompensa no ya de una generosa retribuci¨®n econ¨®mica, sino incluso de la benevolencia de algunos medios y especialistas. Y solo fue por eso que continu¨¦ leyendo lo que ya sabr¨ªa que leer¨ªa.
Con el pedestal que significa estar traducido a m¨¢s de 40 idiomas y haber vendido 25 millones de ejemplares de esta serie, Jo Nesb? regres¨® al ruedo luego de unos a?os de silencio para entregar este Eclipse, una novela en la cual, como siempre, trabaja con un narrador omnisciente que lo sabe todo y va entregando informaci¨®n a conveniencia, esa manera muy elemental de crear expectaci¨®n en el lector. Pero que, seamos justo, consigue hacerlo.
El protagonista Harry Hole, ya lo sabemos, es un hombre con una vida en ruinas, alcoh¨®lico hace mucho, ahora viudo atormentado pues, en una entrega anterior, su esposa ha sido asesinada por su excompa?ero de labor y amigo, suicidado a su vez pues descubri¨® que el entra?able Hole se hab¨ªa acostado con su querida esposa, tambi¨¦n compa?era de trabajo y, lo hizo con tanta punter¨ªa que la embaraz¨® y, claro, es el padre del hijo de su amigo... que casualmente lo descubre de manera irrevocable gracias a una prueba de ADN e, iracundo, comienza su carnicer¨ªa. Creo que ni en El derecho de nacer, la m¨¢s cl¨¢sica de las radionovelas jam¨¢s escritas, a su autor se le hubiera ocurrido una situaci¨®n melodram¨¢tica m¨¢s perversa y sucia.
Retirado de su oficio, atormentado por las culpas y decidido a matarse ahogando sus penas en alcohol (las de Hole saben nadar, por cierto) regresa de modo rocambolesco a la labor policial pues, a pesar de sus m¨¦todos heterodoxos (condimento necesario) es considerado el mejor investigador de asesinos en serie (hay m¨¢s en sus novelas que en toda la historia de Noruega). Resulta importante recordar que Hole se engancha en esta misi¨®n por salvar a una mujer que apenas conoce pero que, cosas de la vida, podr¨ªa parecerse a su madre si esta no estuviera muerta.
Para darle cuerpo a su trama, Nesb? crea personajes que son simp¨¢ticos, a pesar de sus defectos, o antip¨¢ticos, por sus defectos. Sin medias tintas. El argumento, mientras, se desenvuelve gracias a rebuscadas y fortuitas motivaciones y decisiones de esos personajes y a razones que cada vez son m¨¢s inveros¨ªmiles, como la contaminaci¨®n parasitaria que fundamenta el mismo desarrollo de la trama. Par¨¢sitos, por cierto, que en su fase m¨¢s ben¨¦vola provocan un incontrolable deseo de follar (lo cual, la verdad, no deja de provocar envidia).
La galer¨ªa de recursos empleados por el escritor cuenta con viejos trucos como el de escamotear deshonestamente la informaci¨®n al lector; utilizar el sadismo y la crueldad extrema como elementos de atracci¨®n morbosa; remontar a un pasado de abusos sexuales sufridos en la ni?ez las razones del asesino; conducir a los personajes a los m¨¢s bajos fondos morales y, con ese tr¨¢nsito, develar sus debilidades; mostrarnos uno de los rostros del asesino, sin que veamos su verdadera identidad, para as¨ª poder asistir a sus actuaciones m¨¢s escatol¨®gicas, que eso tambi¨¦n es atractivo. Porque lo m¨¢s significativo es que semejantes recursos baratos funcionan: arrastran al lector. De hecho, han arrastrado a m¨¢s de 25 millones de lectores en el caso de Nesb?.
Plagada de s¨ªmiles efectistas y f¨¢ciles (¡°ojos m¨¢s azules que los de Steve McQeen¡±) la prosa del best seller noruego nunca levanta vuelo. Sus tramas, anegadas en sangre, solo importan por la curiosidad que generan, no por las indagaciones en otras profundidades que nunca ejecuta. Su literatura es solo artificio, nunca propuesta art¨ªstica. Y, sin embargo, vende, triunfa, incluso obtiene premios.
Comprobar lo que ocurre con este y otros autores de su categor¨ªa, m¨¢s que indignaci¨®n lectora, provoca angustia ciudadana. Y no es que un fen¨®meno como Nesb? sea algo nuevo. Si no porque crece, como esos par¨¢sitos inoculados en sus personajes y que provocan unos irreprimibles deseos de follar.
Eclipse
Traducida por Lotte Katrine Tollefsen
Reservoir Books, 2024
528 p¨¢ginas. 22,90 euros
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