Por bosques, crestas y glaciares

El silbido de la marmota vig¨ªa retumba entre los riscos mientras los rebecos resoplan y trepan por laderas inveros¨ªmiles; en el bosque, los lirios, rododendros, gencianas y rosas pendulinas forman bell¨ªsimos jardines naturales al pie de los pinos negros; de cuando en cuando, un enorme tronco retorcido y seco recuerda una terrible noche de tormenta, y en los ibones, el agua destilada por los glaciares se embalsa formando lagunas que, en algunos casos, todav¨ªa est¨¢n parcialmente heladas.

Parece un paisaje de cuento, pero es real; es, simplemente, el aspecto que en el ecuador del verano presenta el parque natural Posets-Maladeta, 33.267 hect¨¢reas de terreno protegido en pleno Pirineo aragon¨¦s, dentro de los t¨¦rminos municipales de Benasque, Gistain, Montanuy, Sah¨²n y San Juan de Plan. Uno de los ecosistemas de alta monta?a m¨¢s valiosos de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, coronado por el Aneto (3.404 metros de altitud), la cumbre m¨¢s alta del Pirineo.

El llamado Circuito de los 4 Refugios, reci¨¦n estrenado, permite recorrer en cuatro jornadas de caminata los m¨¢s bellos rincones de este parque con la condici¨®n de ser buen andar¨ªn, llevar un equipo adecuado y proveerse de los mapas y de la informaci¨®n necesaria para seguir la ruta.

1? ETAPA Espigantosa-refugio de ?ngel Or¨²s

Hasta el aparcamiento de Espigantosa, a seis kil¨®metros de Eriste, se puede llegar en coche. Desde all¨ª, un sendero empinado remonta entre pinos el curso de la Aig¨¹eta de Grist, un torrente de aguas bravas que en varios lugares forma llamativas cascadas. En el ¨²ltimo tramo, el camino se empina para superar una fuerte pendiente sobre la que est¨¢ emplazado el refugio, a 2.148 metros, justo en el l¨ªmite superior del bosque.

1 hora y 30 minutos de marcha

El edificio actual fue inaugurado hace dos a?os y es el m¨¢s c¨®modo y moderno del circuito. Hay habitaciones para seis personas con ducha y lavabo en su interior, taquillas para el equipo, un comedor amplio y una terraza con vistas fascinantes sobre el valle. Es punto de partida para atacar por su ruta m¨¢s f¨¢cil el Posets (segunda cima del Pirineo) y otras 25 cumbres, la mayor¨ªa de m¨¢s de 3.000 mil metros. No es necesario llevar saco de dormir: las mantas son gratuitas y se venden s¨¢banas de papel al precio de 1,80 euros.

2? ETAPA ?ngel Or¨²s-refugio de Viad¨®s 5 horas de marcha

Siguiendo las marcas blancas y rojas sobre las piedras, se abandona el refugio ladera arriba en direcci¨®n al collado de Eriste y sin dejar el curso del torrente que baja por el barranco; ¨¦sta es la mejor indicaci¨®n para no perderse, pues el camino principal, y m¨¢s frecuentado, vira a la derecha rumbo al Posets. Pronto se llega al ib¨®n de Llardaneta, en el fondo de una cuenca de aspecto lunar; se bordea el agua por la derecha y un poco m¨¢s all¨¢ se emprende fuerte subida, sin sendero, hasta el Cuello de la Forqueta o de Eriste, 2.890 metros, el punto m¨¢s elevado de toda la excursi¨®n.

En la bajada hacia el valle de Gista¨ªn reaparecen las marcas blancas y rojas, que ya no nos abandonar¨¢n hasta el final de la etapa. Aun as¨ª, el descenso de los primeros 200 metros es fuerte, por laderas destrozadas por la erosi¨®n. Hacia los 2.500 se puede hacer un ligero desv¨ªo para ver uno de los ibones m¨¢s grandes del parque, el de Millares.

M¨¢s abajo, el sendero se adentra en el bosque y una vegetaci¨®n multicolor nos redime de tanta aridez. Aqu¨ª y all¨¢, los macizos de flores alegran la vista y un manantial de aguas fuertemente ferruginosas nos invita a beber. Bordeando acantilados vertiginosos se llega a Viad¨®s, en una de cuyas lomas est¨¢ el refugio; comida casera y acogida hospitalaria del propietario, Joaqu¨ªn, cuya familia levant¨® en 1953 el edificio. Una foto muestra aquel momento y c¨®mo, curiosamente, el bosque estaba menos extendido que en la actualidad.

3? ETAPA Viad¨®s-refugio de Est¨®s 5 horas de marcha

?sta es, sin duda, la jornada m¨¢s bonita. Mientras las piernas trabajan, los ojos no encuentran momento para el descanso. Primero, las bordas, construcciones tradicionales para guardar la hierba y el ganado, que a¨²n se utilizan; despu¨¦s, laderas incre¨ªblemente verdes por donde el camino se desliza como una serpiente. Al otro lado del torrente, el bosque del Clot re¨²ne buenos ejemplares de pinos negros, y enseguida la pleta de A?es Cruces, lugar de pastoreo y sitio adecuado para un tentempi¨¦ antes de afrontar la subida al puerto de Gista¨ªn.

Tampoco aqu¨ª vamos a aburrirnos; la marmota, el roedor m¨¢s grande de la fauna ib¨¦rica, nos alegrar¨¢ el camino con su silbido de alerta. As¨ª se llega al puerto, tradicional lugar de paso de pastores, viajeros y contrabandistas; lo m¨¢s probable, sin embargo, es que s¨®lo encontremos sarrios, rebecos en la terminolog¨ªa vern¨¢cula.

El descenso hacia Est¨®s nos introduce en uno de los valles m¨¢s hermosos del Pirineo. Primero, a trav¨¦s de gigantescos canchales de piedra formados por la erosi¨®n del hielo y los desprendimientos; despu¨¦s, por praderas feraces y bosques de pino. El refugio, en un alto, es lugar magn¨ªfico para disfrutar del panorama. El guarda, Turm¨¦, buen conocedor de la zona, puede asesorarnos sobre la ruta o sobre las ascensiones posibles: Gourgs Blancs, Clarabide, Perdiguero o Posets, entre otros picos.

?LTIMA ETAPA Est¨®s-refugio de la Renclusa 9 horas de marcha

Para ir al ¨²ltimo de los cuatro refugios, el de la Renclusa, al pie del glaciar y el pico Aneto, el circuito propone una ruta excesivamente larga y complicada a trav¨¦s del collado Ubago y el valle de Remu?e. Un paliz¨®n cuya mayor recompensa es la vista sobre los montes Malditos y el lago Blanco de Literola, parcialmente helado.

Para quien no est¨¦ muy entrenado, es mejor y m¨¢s corto descender el valle de Est¨®s, hasta la carretera que sube de Benasque, e ir en autob¨²s o en taxi hasta La Besurta, a media hora del refugio por buen sendero. En Est¨®s, un camino alternativo permite, empleando un poco m¨¢s de tiempo, conocer los lagos de Batisielles y uno de los tres hayedos del parque.

El refugio de la Renclusa no est¨¢, por ahora, a la altura de los otros tres; la remodelaci¨®n del viejo edificio, antiguamente propiedad del Centro Excursionista de Catalu?a, est¨¢ todav¨ªa en marcha. Sin embargo, permite acceder al mayor glaciar de los Pirineos, el de Aneto. El enorme campo de nieve y hielo eternos fue durante mucho tiempo el m¨¢s temido de la cordillera despu¨¦s de que en 1824 un famoso gu¨ªa, Barrau, cayera en una de sus grietas. Su cuerpo fue devuelto por el glaciar cien a?os m¨¢s tarde. El equipo de aquel aventurero puede contemplarse hoy en un museo de la localidad francesa de Luchon.