Como los grandes
Alberto Garc¨ªa se impone en los 5.000m con un ataque demoledor a falta de 250 metros
No se oy¨® ning¨²n disparo. Lo m¨¢s probable es que no hubiera ninguno porque el ruido seco, la explosi¨®n, se tendr¨ªa que haber o¨ªdo por encima de los alaridos, el griter¨ªo, la lluvia y los latidos del coraz¨®n acelerados. No, no hubo disparo en realidad, aunque muchos jurar¨¢n, y seguir¨¢n jurando hasta la muerte, que, si no hubo disparo, algo parecido a una detonaci¨®n debi¨® de ocurrir a 250 metros de la l¨ªnea de llegada porque fue entonces cuando Alberto Garc¨ªa sali¨® impulsado como por una fuerza absurda y terrible.
Sali¨® disparado el atleta madrile?o, de Vallecas, y el estadio muniqu¨¦s se qued¨® at¨®nito. 'Siempre he tenido un cambio seco, muy brusco, y m¨¢s este a?o, que me he entrenado en velocidad', declar¨® despu¨¦s, modesto y orgulloso a la vez, Garc¨ªa, que hab¨ªa ganado el 5.000, que hab¨ªa completado la concienzuda faena del fondo espa?ol, el masculino y el femenino, que no dej¨® apenas ni un rinc¨®n sin barrer desde el 800 femenino hasta el marat¨®n.
'Antes sal¨ªa muy fuerte, pero en la recta final me pillaban. Por eso me he entrenado en velocidad'
Se fue Garc¨ªa y se fue con miedo, sin atreverse a mirar hacia atr¨¢s, pensando en Marta Dom¨ªnguez, en c¨®mo la palentina super¨® a la irlandesa en la ¨²ltima recta del 5.000 femenino, y temiendo que el ucranio Lebed, un eslavo con alma marroqu¨ª que disfruta en el campo a trav¨¦s y entren¨¢ndose en Ifrane con El Guerruj, o el franc¨¦s-marroqu¨ª Sghyr estuvieran al lado, detr¨¢s de ¨¦l, comi¨¦ndole metros con cada zancada.
'Corr¨ª agarrotado y, al final, casi no pod¨ªa ni moverme', explic¨® Garc¨ªa. Y s¨®lo se atrevi¨® a mirar atr¨¢s cuando cruz¨® la l¨ªnea y se volvi¨®: 'Y yo no sab¨ªa que los hab¨ªa dejado tan lejos'.
Antes, cuando se bregaba por las pistas de medio mundo, sin t¨ªtulos, sin grandes marcas, Garc¨ªa cambiaba de ritmo, su cambio seco y brusco, m¨¢s lejos del final: 'Y sal¨ªa muy fuerte, pero en la recta final me pillaban todos y me pasaban. Por eso me he entrenado fuerte y he mejorado mis cualidades'.
Garc¨ªa ha mejorado la velocidad, pero tambi¨¦n la resistencia y la fuerza. Y tambi¨¦n la percepci¨®n de s¨ª mismo, la confianza y la fe. Sale a competir y logra nada m¨¢s desplegar su zancada que toda la carrera gire en torno a ¨¦l. 'Alberto estuvo bestial', dijo su compa?ero Jes¨²s Espa?a; 'cuando uno est¨¢ bien, todo parece f¨¢cil'.
Fue una carrera lenta y peligrosa, a ritmo no mantenido, tirones y contratirones, el ucranio y el holand¨¦s, y tambi¨¦n la pareja francesa, y luego nada, de 2m 50s el kil¨®metro. De tirones y emboscadas. De saber estar y tener piernas.
'Yo, un momento iba bien, el tercero detr¨¢s de uno, y de repente el de delante se me para', relat¨® Espa?a; 'entonces voy a adelantarle y veo que por la derecha est¨¢n subiendo media docena y tengo que esperar a que pasen, a que suban todos, y ponerme a cola. Sin darme cuenta ya estaba atr¨¢s'.
Una carrera perra, que se dice en el argot; de vaiv¨¦n. Y, dentro de esa marea, si alguien hubiera cogido los prism¨¢ticos y se hubiese centrado en el vallecano t¨ªmido, se habr¨ªa dado cuenta de que no se mov¨ªa; de que, pasara lo que pasara, que tirara Maase, gigantesco holand¨¦s, o Lebed, el ucranio del bosque, o Sghyr y Lahssini, los franceses que se mov¨ªan juntos, Garc¨ªa segu¨ªa all¨ª, pegado a la cuerda, siempre segundo, siempre a una zancada del primero.
Espa?a, desgastado, nervioso, sin piernas, se qued¨® cortado en el 4.000; Roberto Garc¨ªa, el tercer espa?ol -de Zaragoza, no es pariente de Alberto-, sub¨ªa y bajaba, se desgastaba. Garc¨ªa, fr¨ªo y tranquilo, calculaba.
Antes, su zancada, sus largas piernas..., su estilo no era muy efectivo, m¨¢s apariencia que realidad, pero ayer, ahora, los ¨²ltimos a?os, desde su cuarto puesto en Edmonton 2001 tras los africanos, su zancada es, fue, eficiencia. Sin esfuerzo, estaba donde quer¨ªa. Desde enero hab¨ªa estado prepar¨¢ndose para este momento, para el t¨ªtulo al aire libre, 'que es el que vale de verdad', dice ¨¦l, y todo le sal¨ªa perfecto. En el camino hab¨ªan quedado los Europeos en pista cubierta, s¨ªntoma de que la cosa iba bien, y muchas horas de entrenamiento. Pol¨ªgono Industrial de Vallecas, parques, pista de Moratalaz, comidas en el INEF... Vida de atleta de fondo.
Todo pegaba en el momento justo. 'A cuatro vueltas del final sab¨ªa que, si no pasaba nada raro, ten¨ªa la victoria asegurada', confes¨® Garc¨ªa. Con su entrenador, Arturo Mart¨ªn, el alma de Moratalaz, hab¨ªa estado estudiando esta semana, en Madrid, en los ratos libres, los Europeos, las pruebas de fondo. 'Vimos que en casi todas las carreras, el golpe ganador llegaba a 300 metros de la meta. Era el ataque t¨ªpico. Decidimos concentrarnos en este punto', dijo; 'decidimos que el ataque deber¨ªa hacerse a 250 metros y que tendr¨ªa que llegar hasta el final'.
Y all¨ª estaba, a 250 metros, cuando vio por el rabillo del ojo que Lebed se abr¨ªa cuando ¨¦l pensaba atacar. Sab¨ªa que, si cambiaba de ritmo entonces, ser¨ªa todav¨ªa m¨¢s efectivo. As¨ª lo hizo. Sali¨® como un tiro, aunque nadie, o casi, oy¨® el disparo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.