Sanci¨®n disciplinaria

Soy un suboficial del Ej¨¦rcito de Tierra que, al igual que el subteniente objeto de noticia estos ¨²ltimos d¨ªas, he convivido con mi pareja 11 a?os sin estar casado (ella es sindicalista, y ambos poco sospechosos de pertenecer al Opus Dei, dada nuestra condici¨®n de agn¨®sticos). Curiosamente, al igual que el subteniente, tenemos un certificado que nos acredita como inscritos en el registro de parejas de hecho del Ayuntamiento de Logro?o, y antes que esto, simplemente un certificado de convivencia del mismo Ayuntamiento. Jam¨¢s se nos ha puesto ning¨²n problema en ninguna residencia militar, si bien es cierto que en el momento de efectuar la reserva o de presentarnos en la recepci¨®n, hemos precisado que no est¨¢bamos casados y que manten¨ªamos una relaci¨®n estable de hecho. Jam¨¢s me he referido a mi pareja como 'mi esposa' o 'mi mujer' -ya que t¨¦cnicamente no era cierto-, y esto en residencias de unidades en las que he sido destinado, en residencias de descanso dependientes de Acci¨®n Social, o en residencias dependientes directamente del ministerio (caso de la residencia militar Don Quijote, en Madrid, donde el ingreso requiere m¨¢s formalidades). Por supuesto, todos mis mandos y mis compa?eros nos han considerado siempre como un matrimonio m¨¢s.

Estimo, por las informaciones recibidas en su medio, que la sanci¨®n se debe ¨²nica y exclusivamente al hecho de haber faltado a la verdad, agravado por el tono y las palabras empleadas por este subteniente en sus posteriores manifestaciones, no como se nos est¨¢ presentando el caso, como represalia por no estar legalmente casado.