'No hay duda: Eduardo Pavlovsky estar¨¢ encantado'

Cuando les preguntan a B¨¢rbara, Karlos y Juan c¨®mo creen que se tomar¨¢ Eduardo Pavlovsky, autor consagrado internacionalmente, el que hagan una obra suya en medio de la calle, los tres dicen lo mismo, aunque fueron interrogados por separado: 'Le gustar¨¢ y estar¨¢ encantado, al margen de que pueda valorar m¨¢s o menos nuestro trabajo, porque no olvidemos que ¨¦l tambi¨¦n es actor'. De hecho, la obra que representan la estren¨® Pavlovsky como actor en 1962.

Seguramente va a tener la ocasi¨®n de saberlo, ya que el destino, y sobre todo el Festival de Oto?o de la Comunidad de Madrid, han querido que el mism¨ªsimo Pavlovsky est¨¦ en Madrid del 16 al 19 de octubre representando en la Sala Ensayo 100 La muerte de Marguerite Duras, texto escrito e interpretado por el dramaturgo argentino y dirigido por Daniel Veronese.

'Le va a resultar simp¨¢tico que su obra se realice en un lugar tan popular como la calle', dice B¨¢rbara. Karlos se?ala que dada su trayectoria y l¨ªnea ideol¨®gica, le gustar¨¢ que una pieza suya sea vista por la gente com¨²n. Juan, por su parte, comenta: 'Sin duda le va a gustar, adem¨¢s es una pieza muy linda y creo que sobre todo le gustar¨¢ que la hagan argentinos y aqu¨ª'.

Para B¨¢rbara, La espera tr¨¢gica -que por la ¨¦poca en que fue escrita no entra de lleno en el tema preferido de Pavlovsky, que gira en torno a las v¨ªctimas de la dictadura argentina-, es como una premonici¨®n con respecto a lo que ocurri¨® despu¨¦s: 'Habla del miedo generalizado previo a la dictadura argentina y de la incomunicaci¨®n entre los humanos'. La actriz dice que la obra est¨¢ impregnada del teatro del absurdo de Ionesco y del humor de los hermanos Marx.

Las reacciones del p¨²blico al verles son muy diversas. 'A veces nos tiran la copa que tenemos como decorado, incluso alguien se la ha bebido... La gente pasa y no sabe qu¨¦ hacemos, se quedan perplejos hasta que descubren de qu¨¦ va. Finalmente, se les invita a ver el espect¨¢culo', se?alan estos actores, que no han tenido ning¨²n problema con las autoridades, tan s¨®lo con los vigilantes de seguridad del metro, pero sin mayores consecuencias.