EL REENCUENTRO DE LOLITA Y ALBADALEJO
La cantante y el director ruedan en Madrid el 'videoclip' de 'Para pap¨¢', nuevo sencillo de la artista. As¨ª, el d¨²o que triunf¨® con 'Rencor' se suma a la lista de directores y m¨²sicos que unen sus fuerzas para contar y cantar historias de pocos minutos.
Lolita no es supersticiosa. Su nuevo amigo del alma, el director de cine Miguel Albadalejo, tampoco. Han elegido un martes y 13 para grabar el primer v¨ªdeo del nuevo trabajo discogr¨¢fico de la hija mayor de Lola Flores, que se titular¨¢ Lola, Lolita, Dolores y que saldr¨¢ a la venta el pr¨®ximo 23 de septiembre.
La simbiosis entre el autor de El cielo abierto y la cantante comenz¨® el a?o pasado durante la filmaci¨®n de Rencor, la ¨²ltima pel¨ªcula de Albadalejo, que le ha valido a Lolita unas inmejorables cr¨ªticas. 'Cuando est¨¢bamos en pleno rodaje fui yo el que le ped¨ª que me dejase realizar el v¨ªdeo de su siguiente disco', dice el director en la discoteca madrile?a Empire, rodeado del humo que despiden unos fuelles en los que arde incienso. Y Lolita, que considera a Albadalejo como 'un artista de los pies a la cabeza que cuando tiene algo muy asumido no se arriesga', no dud¨® ni un momento al pedirle a su compa?¨ªa discogr¨¢fica que fuera ¨¦l quien creara la imagen del primer single.
Dentro de la discoteca se agolpan unas 200 personas entre figuraci¨®n, t¨¦cnicos y bailarines. 'Esto es como un juego, estoy disfrutando much¨ªsimo porque aqu¨ª no he de contar una historia, ni me tengo que preocupar del raccord y estoy rodeado de m¨²sicos y bailarines. Es la primera vez que hago un v¨ªdeo y estoy encantado', asegura el director. Pero, a la hora de la verdad, mientras Lolita est¨¢ subida en el escenario de la discoteca y los figurantes deben llenar la pista de baile, algo no funciona. '?C¨®mo pueden verse huecos vac¨ªos con el mogoll¨®n de gente que hay ah¨ª abajo?', pregunta Albadalejo a su ayudante de direcci¨®n frente a los monitores situados junto a la cabina del pinchadiscos del local. Acto seguido se desga?ita para colocar adecuadamente a toda esa turba formada por una batucada, unos bailarines brasile?os, unos palmeros gitanos, varias parejas de baile profesional y figurantes. Tiene que hablar a gritos, pero su voz siempre mantiene un tono cari?oso. La toma es un travelling desde el fondo de la discoteca. La c¨¢mara debe sobrevolar las cabezas del supuesto p¨²blico hasta llegar a un primer plano de Lolita.
'La trama de este v¨ªdeo es yo, mi, me y conmigo misma', afirma la cantante. 'Es Lolita cantando y bailando con sus amigos gitanos y de Brasil. El tema se titula Para pap¨¢ y es un popurr¨ª de canciones que cantaba mi padre, pero con una mezcla de los ritmos brasile?os, la rumba y el flamenco'.
El director s¨®lo cuenta con un d¨ªa para terminar el rodaje de este v¨ªdeo, pero tambi¨¦n tiene una ventaja: que este formato le permite repetir tomas sin preocuparse por otra cosa que no sea el tiempo. De hecho, ese travelling, que probablemente sea el principio del clip, le lleva al director al menos cinco tomas. 'Hasta hoy he tenido mucho susto por hacer por primera vez una cosa que hay otra gente muy acostumbrada a hacer. Pero me siento muy arropado por los profesionales de la productora CINyC.O, que me est¨¢n ayudando much¨ªsimo', confiesa Albadalejo, quien dice no tener ni la m¨¢s remota idea de c¨®mo funciona la industria del v¨ªdeo musical en Espa?a. 'Lo que est¨¢ claro es que con Lolita todo es f¨¢cil porque ella es una mujer que sabe interpretar. Interpreta siempre, desde cuando canta hasta cuando se pone delante de una c¨¢mara a presentar un programa'. En el v¨ªdeo habr¨¢ sorpresas, como ver a la cantante volando por encima del p¨²blico. Este efecto lo conseguir¨¢ el director subiendo a Lolita a la gr¨²a Chatmman y transport¨¢ndola por los aires con la c¨¢mara mirando hacia ella. Adem¨¢s, Albadalejo le pidi¨® hace un par de d¨ªas a varios de sus actores-fetiche y amigos que se pasaran por la discoteca para hacer cameos en ¨¦ste su primer trabajo musical. A las tres de la tarde s¨®lo le hab¨ªa respondido Juanjo Mart¨ªnez, el actor de La primera noche de mi vida. 'Quiero que Juanjo, que es muy guapete, le ofrezca a Lolita la r¨¦plica con la mirada', concluye Albadalejo, que en enero comenzar¨¢ a rodar su pr¨®xima pel¨ªcula, 'una cinta eminentemente masculina'.
Ponerle imagen a una canci¨®n en Espa?a suele costar entre 18.030 y 48.080 euros (entre tres y ocho millones de pesetas). Todo depende del autor de la m¨²sica que acompa?e a la imagen. Si hablamos de Alejandro Sanz o Miguel Bos¨¦, los presupuestos, seg¨²n varios expertos del sector, pueden dispararse hasta los 120.000 euros (20 millones de pesetas). Pero si hay algo que tienen claro los profesionales de la industria del videoclip en Espa?a es que la libertad creativa que ofrece este formato se paga con dinero. 'Las tarifas que se cobran por un v¨ªdeo son bastante m¨¢s bajas que las de publicidad, por ejemplo. Los que nos dedicamos a esto sabemos que las discogr¨¢ficas normalmente no manejan grandes presupuestos para v¨ªdeos, pero compensa trabajar por menos dinero porque se gana en prestigio y sobre todo en libertad'. Lo cuenta Joan Riedweg, un realizador y productor que el a?o pasado consigui¨® el premio de la SGAE al mejor videoclip por su trabajo con el grupo Estopa, titulado Cacho a cacho.
Riedweg Produccions tiene su sede en Barcelona y ha realizado v¨ªdeos de artistas como Manolo Garc¨ªa, Carlos N¨²?ez, Jos¨¦ El Franc¨¦s, Ni?a Pastori y Joaqu¨ªn Sabina. 'Es muy dif¨ªcil saber cu¨¢ntos v¨ªdeos se graban en Espa?a al a?o. Los hay de muy bajo presupuesto que llegan a costar entre 1.200 y 3.000 euros , hechos en formatos digitales y por realizadores noveles que curiosamente acaban teniendo ¨¦xito y pas¨¢ndose en las cadenas de televisi¨®n. Nuestra productora rueda una media de 25 o 30 v¨ªdeos al a?o, pero todo depende tambi¨¦n de los medios que pida la discogr¨¢fica. Si trabajara en Estados Unidos s¨®lo podr¨ªa hacer unos 12 o 15, puesto que son producciones mucho m¨¢s complicadas', explica Riedweg.
Diego Tor¨¢n realiza las labores de direcci¨®n art¨ªstica en la discogr¨¢fica Capitol Records. Entre las responsabilidades de su puesto se encuentran los videoclips. 'Que se realice un v¨ªdeo de un artista depende de muchos factores. Para empezar, en Espa?a hay pocos programas de televisi¨®n dedicados a ellos y, a veces, con un simple spot publicitario es suficiente. Todo est¨¢ sujeto al tir¨®n del artista. Los hay que simplemente con las galas de televisi¨®n ya tienen cubierto el expediente, pero otros como Carlos Jean o Bunbury, que no hacen televisiones, necesitan del soporte audiovisual para dar a conocer sus trabajos', dice Tor¨¢n.
Una vez que se ha decidido qu¨¦ artista tendr¨¢ v¨ªdeo, y dependiendo de las cifras de ventas y del ¨¦xito que coseche en el extranjero, se opta por el sistema que se utilizar¨¢ para grabar la cinta; bien en formato digital, el m¨¢s barato; bien en celuloide de 16 o 35 mil¨ªmetros, lo que encarece notablemente la producci¨®n. Si adem¨¢s se incluyen efectos digitales o infograf¨ªa 3D en la posproducci¨®n, el precio puede dispararse. 'Normalmente la decisi¨®n es de los jefes de producto de las compa?¨ªas'. El tiempo de rodaje tambi¨¦n est¨¢ sujeto al artista en cuesti¨®n. 'Hay v¨ªdeos que se filman en un solo d¨ªa. Pero la media oscila entre un d¨ªa y una semana', dice Riedweg.
'No es lo normal, pero, en ocasiones mezclar dos nombres, el de un director de cine y un cantante, resulta m¨¢s comercial, as¨ª la promoci¨®n se multiplica por dos', afirma Tor¨¢n. Por ejemplo, Julio Medem grab¨® un clip de Bunbury. Para el anterior trabajo de la cantante Luz, la discogr¨¢fica tent¨® al director Benito Zambrano (Solas). No pudo ser porque el realizador no ten¨ªa fechas al encontrarse inmerso en el rodaje de Padre Coraje. El director vasco Juanma Bajo Ulloa se puso detr¨¢s de las c¨¢maras para contar la historia de Carlos Jean en Give me the seventies, una bola de espejos m¨¢gica que hac¨ªa bailar hasta a las monjas y a los perros al ritmo de rithm and bass del m¨²sico gallego.
'Sea como sea, la industria del v¨ªdeo en Espa?a se basa en las buenas ideas y no en el dinero. Los realizadores tenemos que dar con ese esbozo de genialidad que convenza a discogr¨¢ficas y artistas', concluye Riedweg.
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