El Supremo de Venezuela exime del delito de rebeli¨®n a los autores del golpe de abril
Los cuatro militares quedan en libertad porque actuaron "para salvaguardar el orden"
El Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela aprob¨® anoche, por 11 votos contra 8, una ponencia que libera, al eximirlos del delito de rebeli¨®n, y por tanto de juicio, a cuatro jefes militares implicados en el golpe de Estado del 11 de abril en ese pa¨ªs. Actuaron, se?ala el fallo, para salvaguardar el orden. La sentencia enfureci¨® a los manifestantes gubernamentales que la aguardaron durante ocho horas, y los m¨¢s violentos trataron de romper el cord¨®n de la Guardia Nacional que proteg¨ªa la sede del tribunal.
Pruebas silenciadas
"Vamos a desconocer esa decisi¨®n [la exoneraci¨®n] porque ya est¨¢ cocinada", anticipaba de v¨ªsperas Carmelo Gonz¨¢lez, quien dijo pertenecer al Frente de Resistencia Popular, en la constelaci¨®n chavista. Exige la disoluci¨®n del Tribunal Supremo, cuyos miembros "est¨¢n siendo tocados por el imperialismo yanqui y por los poderes econ¨®micos". Ch¨¢vez, acusado de haber amenazado al tribunal cuando el domingo dijo que "el pueblo no se va a calar [tragar]" un fallo eximente, pidi¨® este martes, por la ma?ana, aceptar la decisi¨®n "nos guste o nos guste". Su vicepresidente, Jos¨¦ Vicente Rangel, pidi¨® anoche el acatamiento.
"Ya esto cambi¨®"
La ponencia de Franklin Arrieche, justific¨® a los jefes encausados subrayando que actuaron movidos por el anuncio de la renuncia del presidente, Hugo Ch¨¢vez, por el entonces inspector jefe de las Fuerzas Armadas, general Lucas Rinc¨®n Romero. Lo hizo, por televisi¨®n, flanqueado por el generalato.
Durante su comparecencia ante la Asamblea Nacional, para explicar su comportamiento entre los d¨ªas 11 y 14 de abril, este general dijo que intent¨®, sin ¨¦xito, que la marcha hacia el Palacio de Miraflores desviara su rumbo. Entonces, comunic¨® al presidente su temor a cruentos enfrentamiento.
"El presidente me respondi¨®: 'yo no quiero un derramamiento de sangre, no quiero ni siquiera una gota de sangre, con nadie ni siquiera entre nosotros". Lucas Rinc¨®n, seg¨²n propia confesi¨®n, propuso a Ch¨¢vez anunciar p¨²blicamente que la oficialidad le estaba pidiendo su renuncia para calmar los ¨¢nimos. "El se?or presidente me manifest¨®: 'que estudiar¨ªa esa situaci¨®n, siempre y cuando estuviese apegado a la Constituci¨®n y se cumplieran ciertas garant¨ªas".
"Despu¨¦s de ese momento yo no tuve m¨¢s contacto, se me cay¨® la telefon¨ªa celular y el [aparato de] radio estaba descargado", agreg¨® el general. "Entonces yo me permit¨ª redactar a mano el texto que anunci¨¦ con toda responsabilidad y siempre, repito, orientado a evitar un enfrentamiento entre el sector militar y un enfrentamiento entre la poblaci¨®n civil".
La noche del golpe, el vicealmirante H¨¦ctor Ram¨ªrez P¨¦rez, comunic¨® al inspector jefe que la autoridad del presidente, Hugo Ch¨¢vez, hab¨ªa dejado de ser acatada. "Mire, general, ya esto cambi¨®, yo soy la nueva autoridad militar", subray¨®. "En ese instante, me manifest¨® que ¨¦l estaba desde hac¨ªa seis meses en esto.
Mientras Hugo Ch¨¢vez analizaba la situaci¨®n con sus mandos fieles, el jefe del Estado Mayor de la Aviaci¨®n y otros generales tambi¨¦n desconoc¨ªan su mando. En ese mismo sentido, se pronunciaban jefes de la Infanter¨ªa de Marina y de la Guardia Nacional. "Tecnicismos legales aparte, hubo una rebeli¨®n, insubordinaci¨®n o golpe de Estado. Es como calificar a las arrugas l¨ªneas de expresi¨®n", comentaba ayer un observador extranjero discrepante.
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