C?MO VIVIR 200 A?OS
Nadie sabe a¨²n si una dieta restringida en calor¨ªas retrasa el envejecimiento en la especie humana, pero eso es exactamente lo que pasa en levaduras, gusanos, moscas, ara?as, peces, ratas, ratones, hamsters y macacos, que se sepa hasta ahora, con lo que m¨¢s vale asumir nuestra vulgaridad biol¨®gica y ponerse en lo peor. Nadie confunda la restricci¨®n cal¨®rica con la anorexia. Si los resultados del mundo animal resultan ser extrapolables a nuestra especie, la receta para mantenerse joven, y tal vez para alargar la vida, ser¨ªa seguir una dieta sensata y equilibrada, pero con las calor¨ªas recortadas en un 30% respecto a lo normal. Si la ingesta diaria normal para una persona (de tal sexo y cual complexi¨®n) es de 2.500 calor¨ªas, habr¨ªa que reducirla a unas 1.700 calor¨ªas para retrasar el envejecimiento, y con un exquisito cuidado en la composici¨®n de la dieta, para evitar nefastas deficiencias nutricionales. Pero ?qui¨¦n quiere vivir as¨ª, pasando hambre y penalidad durante toda la vida (la vida normal m¨¢s la pr¨®rroga)?
Si la especie humana tiene unos 100.000 a?os, la b¨²squeda de la inmortalidad debe tener exactamente la misma edad: hay pocas cosas que le gusten menos al ser humano que morirse. Las artima?as para aliviar el v¨¦rtigo metaf¨ªsico de la muerte -vidas eternas, reencarnaciones del cuerpo, transmigraci¨®n de las almas, glorias literarias, obras completas- han sido ciertamente numerosas, pero nunca han acabado de convencer a la mente fr¨ªa y depresiva. Forzado en cierta ocasi¨®n a reflexionar sobre la inmortalidad conferida al autor por su obra, Woody Allen zanj¨® el asunto al se?alar: 'Yo no quiero ser inmortal a trav¨¦s de mi obra; yo quiero ser inmortal a trav¨¦s de no morirme'.
La muerte no es m¨¢s que una estrategia de la evoluci¨®n biol¨®gica. Algunos animales, como las moscas, han optado por vivir s¨®lo un par de semanas y tener mil hijos en ese exiguo periodo. Las tareas de mantenimiento de las c¨¦lulas son muy costosas, y todo lo que la mosca se ahorra en ellas al vivir tan poco puede dedicarlo a fabricar ¨®vulos, copular, traer otras moscas al mundo y morirse tranquila. Otras especies, como la nuestra, han optado por dedicar m¨¢s recursos al mantenimiento y menos a la reproducci¨®n. El envejecimiento y la muerte no son un mero deterioro inevitable. Toda c¨¦lula sabe c¨®mo reparar los da?os, corregir las aver¨ªas, sustituir las piezas defectuosas, y podr¨ªa ser inmortal si quisiera. Pero, en seg¨²n qu¨¦ especie, quiere m¨¢s o menos. Por eso, aunque los perros, los humanos y las tortugas estamos hechos de las mismas sustancias, y sometidos a las mismas agresiones ambientales, un perro vive 10 a?os (bueno, el suyo 15) y una tortuga vive 100.
Si quisi¨¦ramos vivir 200 a?os, la biolog¨ªa nunca vendr¨ªa en nuestra ayuda. A la evoluci¨®n le basta con que vivamos 40: el tiempo suficiente para tener unos cuantos hijos y dejarlos criados. Por eso es tan f¨¢cil vivir saludablemente 40 a?os, por muchos excesos que cometa uno. Vivir hasta los 80 requiere m¨¢s cuidado, a menos que uno tenga mucha suerte con sus genes. En nuestras sociedades occidentales, elevar la esperanza media de vida hasta los 80 a?os ha requerido potabilizar aguas, mejorar dietas, inventar antibi¨®ticos. Los genes no han ayudado.
Tres de los cient¨ªficos que est¨¢n intentando ser m¨¢s listos que la evoluci¨®n, Mark Lane, Donald Ingram y George Roth (www.sciam.com, 16 de julio), creen que la v¨ªa m¨¢s prometedora es explorar los efectos de la restricci¨®n cal¨®rica. Saben que muy poca gente ser¨ªa capaz de llevar toda su vida una dieta de 1.700 calor¨ªas s¨®lo para vivir m¨¢s a?os, pero tienen esperanzas fundadas de hallar una forma de imitar los efectos de esa dieta sin necesidad de morirse de hambre (que es mucho peor que morirse de viejo).
La idea es la siguiente: comer mucho activa ciertas enzimas (catalizadores biol¨®gicos) que generan mol¨¦culas da?inas para los componentes de la c¨¦lula. Si uno come poco, activa menos esas enzimas, genera menos de esas sustancias y por tanto vive m¨¢s a?os. Pero aun cuando uno coma lo normal, siempre ser¨¢ posible dise?ar un f¨¢rmaco que inhiba a esas enzimas: un imitador de la dieta baja en calor¨ªas. De hecho, Lane, Ingram y Roth ya han encontrado un f¨¢rmaco de ese tipo (se llama 2-desoxiglucosa, o 2DG). Por desgracia, adem¨¢s de retrasar el envejecimiento, la 2DG es muy t¨®xica a ciertas dosis, y acaba siendo peor que la enfermedad (si podemos considerar la vejez una enfermedad).
En fin, que es posible que comer un 30% menos nos permita vivir un 30% m¨¢s, pero ?qu¨¦ sacamos con ello? ?No ven que la cantidad total de comida ingerida durante la vida va a ser la misma de todos modos? Disculpen, que voy a sacar el cocido de la olla expr¨¦s.
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