'Sin las calzadas, los romanos hubieran necesitado un ej¨¦rcito tres veces m¨¢s numeroso'
Cecilio Sanz (Colmenar Viejo, Madrid, 1946) es un personaje inquieto y curioso, a quien su temprana afici¨®n por la arqueolog¨ªa empuj¨® hace muchos a?os a seguir el rastro de las rutas antiguas en la Comunidad Valenciana para luego plasmar sus investigaciones en diversos libros.
Pregunta. ?C¨®mo le da a un ingeniero naval por la arqueolog¨ªa?
Respuesta. Corre por ah¨ª la teor¨ªa de que los ingenieros hacemos votos perpetuos de ignorancia y torpeza al acabar la carrera. No es cierto. Estoy de acuerdo en que un ingeniero llama la atenci¨®n movi¨¦ndose en ambientes de arte o arqueolog¨ªa.
P. ?Qu¨¦ datos in¨¦ditos aportan sus investigaciones?
R. Con la pregunta planteada en estos t¨¦rminos me siento Severo Ochoa o el profesor Grisol¨ªa. Lo m¨ªo es m¨¢s modesto. La documentaci¨®n mas fiable sobre las calzadas del Imperio Romano es el Itinerario de Antonino (s.III ¨® IV dC.). En ¨¦ste, solo tres calzadas atraviesan la Comunidad Valenciana. Esto supondr¨ªa que los pueblos estar¨ªan aislados. Busqu¨¦ m¨¢s calzadas y las hab¨ªa. Hasta ahora he seguido tres nuevas calzadas romanas y un camino de la Edad de Bronce (la v¨ªa Her¨¢klea). El seguir estos caminos a pie me ha permitido localizar nuevos yacimientos, fondeaderos donde comerciaban, rodadas de carros que identifican a los usuarios del camino.
P. ?Para qu¨¦ se constru¨ªan estas v¨ªas romanas y cu¨¢l fue su utilidad?
R. Las calzadas romanas, o al menos las principales, fueron construidas por los legionarios. Quiere decir esto que las calzadas tuvieron una previsible dedicaci¨®n militar, las hac¨ªan para continuar la conquista. Con el tiempo, tuvieron unos usos similares en todo a los de nuestras actuales carreteras: permitieron desplazamientos de tropa a m¨¢s de cien kil¨®metros por d¨ªa y con ello la presencia de un mismo ej¨¦rcito, en zonas bastante alejadas, en tiempos r¨¦cord. Para haber conseguido los romanos la presencia militar que tuvieron en diferentes escenarios, sin las calzadas, hubieran necesitado un ej¨¦rcito tres veces superior en n¨²mero al que tuvieron. Estos caminos tambi¨¦n fueron empleados por los b¨¢rbaros para conquistar el Imperio Romano. En la zona que hemos visitado, todos los desplazamientos de h¨¦roes y villanos (visigodos, moros y cristianos), se realizaron por calzadas romanas. Hasta el siglo XVIII en que se hacen los Caminos Reales, son los ¨²nicos caminos. En un pueblo al norte de Castell¨®n le dec¨ªa a un lugare?o: 'Oiga no se lo va a creer, pero se me ha perdido la v¨ªa Augusta, ?me podr¨ªa decir por d¨®nde discurre?' Y me contest¨®: 'S¨ª, por debajo de la autopista' . Era cierto.
P. ?Cu¨¢l es el origen de la v¨ªa Her¨¢klea?
R. La v¨ªa Her¨¢klea es una v¨ªa que naci¨® en la Edad de Bronce. Si hacemos caso a la mitolog¨ªa griega, fue construida por el m¨¢s famoso de sus semidioses: Her¨¢kles. Para los romanos era una v¨ªa ind¨ªgena, pr¨®xima y anterior a la v¨ªa Augusta. Estas v¨ªas del Bronce comenzaron siendo, en parte, caminos hechos por los animales, que emplear¨ªan para cambiar de pastos, buscar agua o huir de sus enemigos, entre ellos el hombre. Parece ser que una sequ¨ªa intermitente produjo reducciones en las lluvias y hambre en este periodo. Este hambre debi¨® hacer la vida del Bronce muy inestable. La consecuencia de esto podr¨ªa haber sido la localizaci¨®n de poblados en altos, en sitios de f¨¢cil defensa y unas comunicaciones lo m¨¢s parecidas, en concepto, a los poblados en los que viv¨ªan. Tal vez los caminos ya estaban hechos parcialmente, eran los mismos caminos que los animales empleaban para huir del hombre. Esto, que no es m¨¢s que una teor¨ªa, podr¨ªa justificar la habitaci¨®n y los caminos del hombre de la Edad de Bronce, entre ellos la v¨ªa Heraklea.
P. ?Cu¨¢les han sido las principales dificultades para seguir el rastro de la v¨ªa Her¨¢klea?
R. La v¨ªa Her¨¢klea pasa por los grandes yacimientos de la ¨¦poca. Entre yacimientos la localizaci¨®n no es tan sencilla. Al haber desaparecido a veces el camino por razones diversas (urbanizaciones y otras), los vados de los r¨ªos fuera de uso, las apropiaciones fraudulentas de caminos, las famosas colmenas en caminos que no llevan a ning¨²n sitio, el arreglo de caminos que tapan las conexiones de otros y la perdida de uso de caminos al abrirse otros alternativos m¨¢s c¨®modos, son los mayores problemas que se encuentra uno al seguir esta v¨ªa. La verdad es que todos los d¨ªas encontr¨¢bamos alg¨²n motivo para perdernos. Tambi¨¦n ten¨ªamos como problema a?adido la absoluta soledad en la que nos mov¨ªamos. Eran d¨ªas y d¨ªas en que no ve¨ªamos a nadie a quien preguntar. Nos toc¨® lidiar tan solo con los mapas y la posici¨®n del sol. El resultado es que al final de los recorridos (casi tres a?os) y manejando seis colecciones de planos, se acaba conociendo el camino bien.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.