La deuda agobia a las firmas argentinas

La devaluaci¨®n del peso ha dejado a las empresas argentinas con graves dificultades en su pasivo, ya que deber¨¢n hacer frente a unos pagos por valor de 3.043 millones de d¨®lares de aqu¨ª a diciembre. Los empresarios reclaman medidas de apoyo por parte del Gobierno de Eduardo Duhalde para salvar el pellejo. Pero, mientras tanto, la calificadora de riesgo Fitch considera en suspensi¨®n de pagos a 24 de las grandes firmas del pa¨ªs.

Algunas empresas ya han reestructurado su pasivo, como Telef¨®nica de Argentina, filial de la operadora espa?ola, o Astra, de Repsol YPF

Si los argentinos cobijaban el sambenito de presumidos, los cuatro a?os de crisis los han llevado a considerarse los m¨¢s infelices del mundo. Las ¨²ltimas heridas al orgullo nacional se registraron en los ¨²ltimos meses, cuando la selecci¨®n de f¨²tbol result¨® eliminada en la primera fase del Mundial y dos empresas brasile?as, la cervecera Ambev y la petrolera Petrobras, se quedaron con dos grandes compa?¨ªas de capital argentino: la primera con el 37% de Quilmes y la segunda con el 68% de P¨¦rez Companc.

La crisis argentina, pero sobre todo la devaluaci¨®n del 72% del peso desde enero, abarat¨® incluso hasta la mitad el valor a las grandes compa?¨ªas de la tercera econom¨ªa latinoamericana. No obstante, el mayor problema que enfrentan radica en la deuda en d¨®lares que contrajeron en el exterior. Entre 1991 y 2001, cuando el peso cotizaba a un d¨®lar, las corporaciones nacionales y las filiales de firmas extranjeras prefer¨ªan tomar cr¨¦dito afuera porque all¨ª obten¨ªan tipos de inter¨¦s m¨¢s bajos que en Argentina.

La devaluaci¨®n de la moneda dej¨® a todas las grandes compa?¨ªas en graves dificultades con su pasivo. Entre agosto y diciembre, deber¨¢n afrontar pagos por 3.043 millones de d¨®lares, aunque se calcula que la deuda externa privada de Argentina supone una cifra 10 veces superior. De ah¨ª que un grupo de empresarios locales, entre los que figura el constructor Aldo Roggio, est¨¦n presionando entre bambalinas para que el Gobierno del peronista Eduardo Duhalde les eche una mano. La prensa argentina mencion¨® a otros interesados: Amalia Lacroze de Fortabat y H¨¦ctor Magnetto. Sus empresas, la cementera Loma Negra y el conglomerado de medios Clar¨ªn, respectivamente, est¨¢n fuertemente endeudadas y fueron defensoras de la abolida ley de quiebras, que elevaba la protecci¨®n judicial de los deudores en detrimento de los acreedores. Este grupo de ejecutivos argentinos advierte de que sin ayuda desaparecer¨¢n empresas y empleos, en tiempos en que el paro asciende al 21%.

En 1982, cuando estall¨® la crisis de la deuda en Latinoam¨¦rica, el entonces presidente del Banco Central argentino, Domingo Cavallo, rescat¨® a las empresas de una situaci¨®n similar mediante el llamado seguro de cambio, es decir, permiti¨¦ndoles comprar divisas para pagar sus obligaciones a un precio de rebajas. El coste de la ayuda recay¨® sobre las arcas p¨²blicas. As¨ª se produjo la estatizaci¨®n de la deuda privada. Veinte a?os despu¨¦s, Argentina est¨¢ en suspensi¨®n de pagos y el ministro de Econom¨ªa, Roberto Lavagna, ya ha declarado que carece de recursos para recrear el seguro de cambio. El Gobierno de Duhalde, preocupado por la extranjerizaci¨®n de empresas argentinas, busca otras f¨®rmulas de ayuda sin costes fiscales. El analista Jorge ?vila, del Centro de Estudios Macroecon¨®micos de Argentina (CEMA), se opone a cualquier asistencia que suponga aumentar la deuda p¨²blica de 142.000 millones de d¨®lares: 'El seguro de cambio s¨®lo defiende la continuidad de los accionistas. Las empresas endeudadas no van a cerrar porque son viables, tal vez seguir¨¢n vivas en manos de otros due?os'.

Las corporaciones con mayores dificultades para asumir sus deudas son aquellas que generan sus recursos en el mercado interno, donde prevalece la recesi¨®n y el ¨ªndice de precios en pesos aument¨® el 34%, frente a la apreciaci¨®n del 262% del d¨®lar. En este colectivo figuran las empresas de servicios p¨²blicos privatizados, cuyas tarifas fueron congeladas por el Gobierno en enero, cuando se inici¨® la devaluaci¨®n. Las operadoras todav¨ªa est¨¢n negociando aumentos de entre el 3% y el 10% en la electricidad y el gas. El Ejecutivo teme la reacci¨®n negativa de una sociedad ya muy castigada y el efecto en la inflaci¨®n, pero aprueba incrementos en las tarifas para industrias y comercios.

Algunas compa?¨ªas de servicios p¨²blicos suspendieron pagos este a?o, entre ellas algunas de capital espa?ol. Tales son los casos de Autopistas del Sol (45% de Aurea y 6,5% de Dragados), Metrogas (26,67% de Repsol YPF) y Aguas Argentinas (25% de Aguas de Barcelona). Metrogas, no obstante, pag¨® el mes pasado intereses de sus obligaciones negociables. En cambio, Autopistas del Sol incumpli¨® en agosto con el pago de 18,7 millones de d¨®lares.

Las 24 grandes

La calificadora de riesgo crediticio Fitch considera en suspensi¨®n de pagos a 24 grandes empresas argentinas, de capitales nacionales y for¨¢neos. En esa lista figuran compa?¨ªas sider¨²rgicas (Acindar, subsidiaria de Arbed), textiles, editoriales de peri¨®dicos y revistas, operadores y productoras de televisi¨®n, alimentarias, el¨¦ctricas, gas¨ªferas, constructoras, servicios postales, parques de diversiones, telef¨®nicas y petroleras. Tambi¨¦n suspendieron pagos los bancos de Galicia (con una participaci¨®n minoritaria de SCH) y Scotiabank (filial del canadiense Bank of Nova Scotia).

Algunas compa?¨ªas ya han reestructurado su pasivo. Entre ellas figura Telef¨®nica de Argentina (filial de Telef¨®nica), que canje¨® t¨ªtulos de deuda por 100 millones de d¨®lares que venc¨ªan el mes pasado por otros bonos que deber¨¢n saldarse en julio de 2006. Banco Galicia reestructur¨® los bonos por 380 millones que deb¨ªa pagar en agosto. Mientras tanto, siguen venciendo las amortizaciones de obligaciones negociables: Astra (filial de Repsol YPF) deber¨¢ abonar 50 millones de d¨®lares en septiembre; BBVA Banco Franc¨¦s, 150 millones en octubre; Metrogas, 97,13 millones en septiembre; e YPF (filial de Repsol YPF), 25,99 millones entre agosto y diciembre. La incertidumbre en las variables econ¨®micas (tarifas y contratos de servicios p¨²blicos, inflaci¨®n, devaluaci¨®n, eventual ayuda del FMI) y pol¨ªticas (qui¨¦n ganar¨¢ las elecciones presidenciales de marzo pr¨®ximo) est¨¢ retrasando las negociaciones entre deudores y acreedores.