Sobre el Serantes las nubes
Definitivamente, Fritz Schumacher no era de Bilbao, pero puedo imaginar al eminente economista en las laderas del Serantes, junto a las hermosas ruinas carlistas que all¨ª se conservan, contemplando el puerto del Abra, el conglomerado urbano-energ¨¦tico-industrial de la Margen Izquierda, la zona minera de Trapagar¨¢n-Gallarta y acu?ando, en medio del pasmo, esa idea tan profunda de lo peque?o es hermoso. Quiz¨¢ fue ante un paisaje igual de deshumanizado donde el autor concibi¨® su libro Small is beautiful: economics as if people mattered, que tanto influy¨® en sucesivas generaciones de ecologistas.
La panor¨¢mica ofrece una impagable lecci¨®n de econom¨ªa, historia, sociolog¨ªa, urbanismo y ecolog¨ªa. No estar¨ªa de m¨¢s que los profesores de la UPV de esas disciplinas impartiesen algunas de sus clases al viejo estilo peripat¨¦tico caminando con sus alumnos por las suaves laderas del Serantes. Los economistas podr¨ªan se?alar a las monta?as desvencijadas de la zona de Trapagar¨¢n y Abanto-Gallarta, mientras explican a sus alumnos que de ellas sali¨® el hierro sobre el que se edific¨® la Revoluci¨®n Industrial de esta tierra. Los historiadores, que justo all¨ª, en la segunda mitad del siglo XIX, se produjo la transici¨®n de la sociedad rural vasca a la moderna sociedad industrial.
Nuestra sociedad sigue siendo heredera de una forma de pensar en la que lo grande se identifica con lo bueno
Los estudiosos de lo social tendr¨ªan un fil¨®n did¨¢ctico a sus pies. ?En qu¨¦ otro lugar de Europa apenas cien metros -el ancho de la R¨ªa- separaron dos mundos sociales tan desiguales como ocurri¨® aqu¨ª, con la Margen Derecha y sus mansiones se?oriales a un lado y la Margen Izquierda proletaria de ciudades hacinadas, insalubres e inhumanas, al otro? Los urbanistas, se?alando el continuum urbano de Santurtzi, Portugalete, Barakaldo, Sestao, con sus densidades de poblaci¨®n m¨¢s propias del Asia de Hong Kong que de Europa, podr¨ªan explicar la teor¨ªa del caos aplicada al urbanismo. Y las profesoras y profesores de medio ambiente, los expertos y expertas en ecolog¨ªa y desarrollo sostenible... posiblemente se quedar¨¢n en silencio recordando las palabras de aquel profesor que de visita por estas tierras en los a?os setenta dijo aquello de 'la R¨ªa de Bilbao es como un museo de los horrores ambientales'.
A las orillas de la R¨ªa de Bilbao tuvo lugar un modelo de desarrollo econ¨®mico, ambiental y social que deber¨ªa ser estudiado en los libros de texto como paradigma del desarrollo no sostenible. Aquel modelo econ¨®mico basado en una intervenci¨®n salvaje del territorio y de sus recursos naturales y orientado hacia el gigantismo industrial fue, sin duda, excelente para la acumulaci¨®n de capital en un pu?ado de familias que se hicieron inmensamente ricas. Pero, desde el punto de vista social y ambiental fue sencillamente depredador, explotador, insolidario y salvaje. Y a la postre, insostenible.
Cuando los conglomerados industriales cayeron uno tras otro dejaron tras de s¨ª un reguero de decenas de miles de trabajadores en el paro, ciudades convertidas en guetos sociales, miles de hect¨¢reas de suelos qu¨ªmicamente envenenados, un paisaje urbano de ruinas industriales y hacinamiento, una R¨ªa en estado biol¨®gico letal. Cuando todo eso ocurri¨®, me temo que esta sociedad no se hizo las preguntas adecuadas y, en consecuencia, no sac¨® las lecciones oportunas. Las preguntas bien pod¨ªan haber sido: ?Es ¨¦ste el modelo de desarrollo que queremos para nosotros y nuestros hijos?; ?son ¨¦stas las ciudades y entornos donde queremos vivir?; ?son ¨¦stos los paisajes que queremos compartir con nuestras familias cuando salimos de paseo?; ?qu¨¦ lugar ocupan las personas en el desarrollo econ¨®mico de nuestra tierra?
La lecci¨®n que quiz¨¢s pod¨ªamos haber aprendido de aquella debacle es tan sencilla como el t¨ªtulo del libro de Schumacher. Lo peque?o es hermoso y en la econom¨ªa lo m¨¢s importante ha de ser la gente. No se trata, obviamente, de juzgar con mentalidad del presente los acontecimientos y decisiones del pasado, pero s¨ª se trata de aprender de c¨®mo ese pasado fue construido. Los pueblos que no aprenden de sus errores est¨¢n condenados a repetirlos. Me temo que la mayor dificultad que nuestra sociedad tiene para avanzar hacia un modelo de desarrollo sostenible es que sigue siendo heredera de una forma de pensar en la que lo grande se identifica invariablemente con lo bueno y lo gigantesco con lo mejor.
Y as¨ª, como si nada se hubiese aprendido del pasado, vemos c¨®mo los prohombres de esta tierra preparan lo que quiz¨¢s en el futuro se conocer¨¢ como la ruta de las centrales o el paseo por las t¨¦rmicas. Las dos inmensas chimeneas de Iberdrola en Santurtzi se multiplicar¨¢n para generar m¨¢s megavatios de electricidad. Un poco m¨¢s adelante, otra gruesa chimenea anuncia el complejo gas¨ªstico-energ¨¦tico de Bah¨ªa Bizkaia, a donde llegar¨¢n seis billones de metros c¨²bicos de gas cada a?o procedente del subsuelo africano y que alimentar¨¢n otra enorme central t¨¦rmica de ciclo combinado. Pasado el Abra, el paseante se encontrar¨¢ con el imponente complejo petroqu¨ªmico de Petronor, donde Repsol se dispone a levantar una nueva central t¨¦rmica basada en la combusti¨®n de residuos del petr¨®leo. Es decir, en una peque?a superficie de terreno tendremos una de las mayores concentraciones qu¨ªmico-energ¨¦ticas de Europa, en la mejor tradici¨®n local del culto al gigantismo y a la intervenci¨®n del territorio a gran escala.
En los a?os de la transici¨®n Imanol cantaba a capella aqu¨¦lla poderosa canci¨®n que dec¨ªa 'sobre el Serantes las nubes, son peces contaminados... para qu¨¦ co?o sin vida queremos un mes de mayo'. Hoy, 25 a?os despu¨¦s, me temo que las nubes de la codicia y la insolidaridad siguen empa?ando las laderas del Serantes y seguimos sin poder celebrar en la naturaleza y con la naturaleza la llegada del mes de mayo.
Antxon Olabe es economista y consultor ambiental.
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