Tierras adentro
Los vecinos de las zonas del interior sufren a diario las limitaciones de servicios y de infraestructuras
Grupos de vecinos sacan las sillas a la puerta de la calle cuando el sol baja. Es el final de la jornada en un punto del interior de la Comunidad Valenciana, donde como en tantos otros el ritmo de vida puede parecer ralentizado para los que viven al comp¨¢s del cambio de los sem¨¢foros. Ropa tendida en la calle, un ganadero que recoge a sus cabras, alg¨²n gato que cruza de una acera a otra y una partida de cartas en la v¨ªa p¨²blica forman parte de la estampa que ofrece las Cuevas de Utiel un atardecer cualquiera de verano. La tranquilidad marca el d¨ªa a d¨ªa de los vecinos de esta aldea de Utiel, militantes de una opci¨®n de vida refrendada conscientemente cada vez que algunas situaciones cotidianas les recuerdan las limitaciones de su elecci¨®n.
'Para pagar me considero ciudadana de primera, pero para recibir una de tercera'
'La mayor¨ªa de los j¨®venes que estudian no vuelven y se quedan en la ciudad'
Pilar Latorre (Las Cuevas de Utiel, 1956) vive en esta aldea de alrededor de 700 habitantes desde que naci¨®. Es agricultora y ama de casa. Y aunque tiene menos vecinos que hace a?os, asegura que nunca se ha planteado dejar la localidad. Tiene claro, sin embargo, que deber¨ªan tener servicios de los que ahora carecen.
Pilar explica, por ejemplo, que la oferta educativa en Cuevas alcanza hasta los doce a?os. Superada esta edad, los estudiantes deben desplazarse hasta Utiel (a 9 kil¨®metros) o Requena (a unos 20 kil¨®metros) en funci¨®n de su elecci¨®n. Recuerda que cuando sus dos hijas, que ahora estudian en Valencia en la universidad, empezaron el instituto dispon¨ªan de un autob¨²s durante los dos primeros cursos y en el tercero 'te lo ten¨ªas que ventilar como pudieras. Una chica de 17 a?os no tiene carn¨¦ y yo no tengo porqu¨¦ tener ni uno, ni dos, ni tres coches', argumenta. La soluci¨®n pas¨® por un acuerdo por turnos entre progenitores para llevar a los estudiantes a clase. El coche es fundamental en estas zonas.
Ahora, explica, le han comentado que la situaci¨®n 'sigue igual o peor'. En muchos casos, las familias acaban por trasladarse a los n¨²cleos pr¨®ximos de mayor tama?o para evitar trastornos, aunque eso es una opci¨®n cuando cerca hay una localidad de dimensiones como las de Utiel (12.000 habitantes) o Requena (19.000), que no es siempre el caso. 'Todas las aldeas y todos los pueblos van envejeciendo, la gente joven se va y los agricultores se van muriendo. La mayor¨ªa de los j¨®venes que estudian no vuelven y se quedan en la ciudad y hay muchas fincas que ya no se trabajan', asegura Pilar.
Las comarcas del interior ocupan dos terceras partes del territorio valenciano, pero el 77% de la poblaci¨®n de la Comunidad se concentra en las zonas costeras. Este porcentaje, adem¨¢s, va en aumento y se ha incrementado en casi medio punto desde 1996, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE).
La densidad de poblaci¨®n refuerza estas cifras. La plana de Utiel-Requena, por ejemplo, tiene una densidad de casi 22 habitantes por kil¨®metro cuadrado, 9,2 habitantes en la comarca del Valle de Cofrentes-Ayora, 7,9 en el Rinc¨®n de Ademuz o 12, 3 habitantes por kil¨®metro cuadrado en Los Serranos, seg¨²n recoge el Instituto Valenciano de Estad¨ªstica (Ive). Por el contrario una comarca costera como la de Camp de Morvedre, situada en la parte media de esta tabla, tiene una densidad de casi 272 habitantes por kil¨®metro cuadrado. Pese a todo, las comarcas del litoral concentran el 83% de las inversiones territorializadas previstas en los presupuestos de la Generalitat para este a?o. Esto supone que cada habitante de una de las 19 comarcas del interior recibir¨¢ 89 euros mientras que los de la costa elevar¨¢n esta cantidad en un 44%.
A los problemas educativos se unen los sanitarios, los de infraestructuras viarias o los de servicios. Sobre los primeros, Pilar explica que un m¨¦dico visita en Cuevas dos o tres horas diarias. A partir de ah¨ª, nuevamente Utiel y Requena son la referencia. O X¨¤tiva, en el caso de un vecino de Ayora, hasta donde una ambulancia lo traslada tres veces a la semana para que reciba di¨¢lisis. Su familia no se queja y s¨®lo tiene buenas palabras para los m¨¦dicos del pueblo, pero lamenta los 80 kil¨®metros de distancia que separan su vida del tratamiento m¨¦dico que recibe en la capital de La Costera.
La falta de residencias p¨²blicas para ancianos, de guarder¨ªas o de sitios de ocio para los j¨®venes se incluyen en una larga lista de agravios que contin¨²a con el deficiente alumbrado en algunos puntos de Las Cuevas o con la petici¨®n de que vuelvan a asfaltar muchas de sus parcheadas calles.
Un concejal socialista del Ayuntamiento de Ayora explica que en muchos casos las inversiones sirven para concretar proyectos que 'venden m¨¢s' que, por ejemplo, la mejora de la red del alcantarillado o la construcci¨®n de una depuradora, 'que no se ven'. No es el caso, contin¨²a, de Ayora, que mantiene su poblaci¨®n en 5.500 habitantes desde hace a?os, y donde asegura que el esfuerzo del consistorio se dirige a mejorar las infraestructuras. Aunque al ritmo que le permiten llevar las subvenciones, explica que har¨¢n falta 30 ¨® 40 a?os para completar, por ejemplo, la renovaci¨®n del alcantarillado y del assfaltado de calles.
Lo que no falta en Las Cuevas de Utiel son antenas de telefon¨ªa m¨®vil. Hay dos y est¨¢ proyectada una tercera ante el disgusto de los vecinos. 'No sabemos si es bueno o malo, todos tenemos m¨®viles y todos queremos cobertura, pero no quiero que en la aldea pongan m¨¢s antenas. Si no nos quieren para otras cosas que no nos vayan poniendo antenas cuando los de la capital no las quieren', defiende Pilar. Est¨¢ convencida de que para la administraci¨®n son n¨²meros y de que aunque no son 'rentables' para algunas cosas, s¨ª cuentan para otras como las antenas parab¨®licas o los basureros. 'Para pagar impuestos me considero una ciudadana de primera pero para recibir una de tercera', comenta.
'El Gobierno nos est¨¢ ignorando. No le importamos nada y cada d¨ªa est¨¢ m¨¢s patente', resume. 'Tanto hablar de lo rural y se est¨¢n olvidando de todo. Los agricultores estamos haciendo de guardianes de lo rural y se nos est¨¢ tirando por el suelo. Nos llevamos las migajas de las subvenciones que se llevan otros se?ores que no son agricultores, que no han podido invertir el dinero en otra cosa y que han visto unos a?os que iba bien el vino y han invertido en tierras para vi?as'.
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