Elvis the pelvis
Cuando vi aparecer a Elvis Presley, Elvis the pelvis, no tuve la sospecha de que el Viejo Mundo se hab¨ªa acabado. Me pareci¨® lo que injustamente se llamaba un hortera; injustamente porque la palabra designaba al mancebo de las peque?as tiendas de ultramarinos (ahora, comestibles: perdimos ultramar) que los domingos iba a lo que la canci¨®n llamaba bailes de criadas y de horteras. Aun as¨ª, los nuestros eran m¨¢s dignos que aquel patillas, aquel mont¨®n de pelo ahuecado y fijo, aquella pelvis y esos ritmos. ?Nada menos que el rock! No comprend¨ª, le desde?¨¦, y ahora veo que s¨ª, el mundo hab¨ªa cambiado. Hacia peor. Un d¨ªa llev¨¦ a Luis Calvo, del que no basta con decir que era director de Abc, que era periodista, y latinista, y fil¨®logo, a que escuchara a Olga Ramos, que cantaba los cupl¨¦s de su ¨¦poca. Hac¨ªamos tiempo para ir a otro sitio donde cantaba Mar¨ªa Dolores Pradera, que fue el ¨²ltimo gran amor de su vida. La verdad es que los cupl¨¦s del viejo Madrid le deslumbraron: no los hab¨ªa o¨ªdo nunca. '?Y qu¨¦ hac¨ªas t¨² entonces?'. 'Estudiaba, le¨ªa, escrib¨ªa...'. Es verdad, los hallazgos del arte menor son dif¨ªciles para los contempor¨¢neos. Yo adoraba los fines de fiesta en los cines cuando cantaba Miguel de Molina: pero a¨²n no comprend¨ª que Ojos verdes y La bien pag¨¢ eran obras maestras, que a Miguel por poco lo matan, y le exiliaron para que las cantara la Piquer, que era del r¨¦gimen, y que Rafael de Le¨®n era un ep¨ªgono de Garc¨ªa Lorca.
No entend¨ª nada: sigo sin entenderlo. Veo conmemorar los 25 a?os de su muerte con entusiasmo y con l¨¢grimas por personas que no le vieron en vida. Pienso que algo se estrope¨® en aquel momento en el mundo y que no se ha vuelto a arreglar. Afortunadamente, coincide con otra fecha de Marilyn, y esa s¨ª dio un sentido a su ¨¦poca que permanece. Algunos de sus contempor¨¢neos tampoco entendieron. Vi Ni¨¢gara en Par¨ªs, y la muchacha que me acompa?aba me dijo: 'Qu¨¦ pena de chica, es culibaja'. Y 'es lo m¨¢s ordinario que he visto'. Hortera. 'Est¨¢ interpretando', dije yo. Bueno, no me exced¨ª: no conviene defender demasiado a una mujer delante de otra que no la entiende. Luego la entendi¨®, y entr¨® en el mito mundial. Yo no he entendido nunca a Elvis Presley. El rock lo encuentro, a veces, muy bien. Claro que yo no he bailado en mi vida. A veces, cuando estoy solo en casa, La muerte del cisne. Y muevo la mano como Pavlova. Y tengo que esperar que regrese alguien para que me levanten. La ca¨ªda en Atocha me fue funesta.
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