Pr¨¦gardien hace cantar al cisne en Vilabertran
Un intenso y contenido 'Schwanengesang' abre la Schubertiada
Intenso en el qu¨¦ pero contenido en el c¨®mo, con un punto de pudor y recato y jam¨¢s histri¨®nico, que el sentimiento, si es sincero, no es mercader¨ªa que se deba exponer a la vista de todos; m¨¢s sugerido que explicado, sincero y ensimismado, como una buena confesi¨®n; dirigido, imaginariamente, a un peque?o grupo de amigos que conoce y con el que no hay que andar con pre¨¢mbulos. As¨ª manda la vieja tradici¨®n germana que se interprete el lied schubertiano, la m¨¢s delicada herencia del romanticismo alem¨¢n, aut¨¦ntica educaci¨®n del esp¨ªritu. Y as¨ª interpret¨® el tenor alem¨¢n Christoph Pr¨¦gardien anteanoche el ciclo de lieder Schwanengesang (El canto del cisne), de Franz Schubert, en el concierto inaugural de la X Schubertiada de Vilabertran (Girona), la ¨²nica schubertiada europea que ha conseguido sobrevivir al sur del paralelo 43.
Schubertianos de todos los rincones se reunieron en la iglesia de Vilabertran para concelebrar un a?o m¨¢s el gran rito de la Schubertiada, un festival que tambi¨¦n se abre, amigable, a todas aquellas m¨²sicas que se interesan por los sentimientos al detalle y no al por mayor.
Soluci¨®n novedosa
Para inaugurar el evento se escogi¨® Schwanengesang, el falso ciclo de lieder de Schubert perge?ado por el editor tras la muerte del compositor con todo lo que encontr¨® sobre el escritorio y en los armarios. Al no tratarse de una obra concebida unitariamente por el autor, es habitual que los int¨¦rpretes reordenen los poemas seg¨²n su criterio y a?adan al ciclo otras canciones de Schubert. Pr¨¦gardien opt¨® por una soluci¨®n novedosa, elimin¨® las canciones sobre poemas de Seidl y sustituy¨® el hueco por cuatro lieder sobre poemas de R¨¹ckert, Mayrhofer y Collin.
La sesi¨®n se desarroll¨® como prescribe el rito de la Schubertiada, con unas canciones iniciales de compromiso relativo para irse conociendo y el pianista, Michael Gees, tom¨¢ndole las medidas a la fiera de los dientes blancos y negros e intentando convencerla de que obedeciera d¨®cil. Sigui¨® una zona intermedia de temperatura media. Se termin¨® con Schuberts mayores, de alto voltaje, Der Atlas, Die Stadt o el enigm¨¢tico y freudiano Der Doppelg?nger, un aut¨¦ntico cataclismo del esp¨ªritu en donde un hombre ve a su doble haciendo parodia de su dolor. Al terminar Der Doppelg?nger Pr¨¦gardien recibi¨® el mejor premio para un int¨¦rprete de lied, ese sobrecogido segundo de silencio despu¨¦s de que el pianista levantara el pie del pedal en que nadie se atreve a aplaudir. La comuni¨®n de los esp¨ªritus hab¨ªa tenido lugar.
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