Homenajes al compositor Tom¨¢s Marco
El Festival de Santander se acerca a su obra pian¨ªstica
Es verdaderamente reconfortante asistir al Festival de Santander en sus actividades en las villas y rincones hist¨®ricos. ?Bueno, rincones! Ya dec¨ªa Ortega y Gasset en sus andanzas espa?olas al llegar a estas tierras aquello de '?Cantabria o venga escudos!'. Lo que quiere decir palacios y casonas, nobleza adquirida en las Indias o conservada desde antiguo. As¨ª, Cig¨¹enza, en la costa occidental, en donde el primer conde de la Casa de Trasierra mand¨® erigir la hermosa iglesia de San Mart¨ªn, monumento barroco cruzado por influencias coloniales.
En este entorno, un d¨ªa, y en la iglesia de San Juli¨¢n y Santa Basilisa de Isla, el admirable Cuarteto Parisii ha dictado lecciones supremas de bien hacer, de responsabilidad profesional y de apertura de criterio. Y por si fuera poco, ha rendido homenaje a nuestra m¨²sica con obras de autores contempor¨¢neos. Los violinistas Arnaud Vall¨ªn y Jean Michel Berette, el viola Dominique Lobeet y el cellista Jean-Philippe Martignoni sirven con pasi¨®n y maestr¨ªa consumada los pentagramas de Beethoven o C¨¦sar Franck junto a los del leon¨¦s Evaristo Fern¨¢ndez Blanco (1902-1993), Tom¨¢s Marco (Madrid, 1942), Francisco Novel S¨¢mano (de origen c¨¢ntabro, 1969) y la representante femenina del Grupo de los Seis de Par¨ªs, Germaine Tailleferre (1892-1983).
Tom¨¢s Marco recibe este a?o multitud de homenajes, en Espa?a y fuera de ella, pues celebra su 60? aniversario, una cima de madurez serenada, que m¨¢s que disminuir su impulso creativo lo muestra d¨ªa a d¨ªa en mayor medida de saber, invenci¨®n, vitalidad y atractivo. Como tanto compositor significativo, Marco se hizo, junto a un grupo de definidores de la modernidad, pero tambi¨¦n y sobre todo a trav¨¦s de un autodidactismo culto e inteligente. Sabe lo que quiere y domina las perspectivas y el camino para conseguirlo. Ejemplo excelente es su cuarteto Los desastres de la guerra, desentra?ado por los instrumentistas del Parisii con una claridad y un vigor capaces de provocar la acogida entusiasta de un p¨²blico desprejuiciado.
En el Palacio de Sobrellano, de Comillas, el pianista santanderino Luis Aracama prest¨® atenci¨®n a la obra pian¨ªstica de Marco con sus dos p¨¢ginas de raro atractivo por la idea y, m¨¢s a¨²n, por su plasmaci¨®n sonora: Fetiches y Sole¨¢, formas m¨¢gicas para acercarse a otras tantas realidades hechas mito: el misterio de lo desconocido y el del primitivo cante popular andaluz, 'jondo' y de 'sonidos negros'. Pero todo ello, en Tom¨¢s Marco se convierte en otra cosa y alcanza nueva y sugestiva proyecci¨®n.
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