Chinatown
En nuestro segundo d¨ªa en San Francisco ten¨ªamos previsto visitar Chinatown. Decidimos ir andando desde el hotel al barrio chino, para poder coger el pulso a la ciudad. Fuimos paseando, sin prisas, siempre atentos a los detalles, ya que solemos decir que pasear es una de las maneras que tenemos de inspirarnos. Durante el paseo vimos un Jamba Juice, que es un fast food especializado en frutas y verduras. Se trata de un concepto interesante que, al igual que otros muchos, se ha lanzado en esta ciudad, debido a la mentalidad abierta de la gente de San Francisco.
Nos fuimos acercando poco a poco a Chinatown y, casi sin darnos cuenta, nos encontramos en una de sus calles m¨¢s importantes. Era un espect¨¢culo visual, con toques claramente orientales y toda llena de tiendas gastron¨®micas. Decidimos empezar el recorrido por una peque?a calle donde estaban las tiendas de utillaje y maquinaria de cocina. Estuvimos mirando y compramos varias cosas, que despu¨¦s probar¨ªamos en El Bulli Taller: una m¨¢quina para hacer leche de soja, diferentes moldes y otros peque?os utensilios que nos pod¨ªan servir para desarrollar alguna nueva idea.
Vimos que mataban las ranas delante del cliente para que se llevara s¨®lo las ancas
Despu¨¦s pasamos a la calle de productos secos, cuya utilizaci¨®n es bastante com¨²n en la cocina china. All¨ª hab¨ªa aletas de tibur¨®n, abalones, medusas, algas y cientos de productos que no hab¨ªamos visto nunca anteriormente. Los precios de algunos de estos productos indicaban que son muy apreciados por los chinos. Un ejemplo, los mejores abalones pod¨ªan llegar a costar 4.000 euros el kilo.
Nuestra siguiente visita fue a las tiendas de pescado. El impacto de ver tortugas y ranas, almejas gigantes y otras especies vivas nos contagi¨® una sensaci¨®n muy especial, y m¨¢s despu¨¦s de ver que mataban las ranas delante del cliente para que se llevara s¨®lo las ancas. A continuaci¨®n visitamos las tiendas de verduras y frutas, donde vimos productos como casta?as de agua, pomelos gigantes, diferentes setas, bamb¨² fresco, verduras similares a las espinacas y muchas m¨¢s hortalizas que convert¨ªan aquel lugar en un fant¨¢stico espect¨¢culo para la vista.
El barrio chino de San Francisco es, sin duda, el mejor de los que hemos visto en lo referente a productos. Ahora s¨®lo nos quedaba empezar a probar la comida. El primer restaurante al que fuimos se llamaba New Asia. All¨ª comimos patas de pollo hervido y salteado, alitas de pollo fritas, verduras al dente y diferentes pastelitos. De nuevo, meses despu¨¦s de nuestro viaje a Australia, est¨¢bamos en contacto con la cocina china, que es para nosotros una de las m¨¢s importantes a la hora de proporcionarnos la chispa necesaria para despertar nuevas ideas.
Por la noche, para variar, decidimos ir a un restaurante griego, el Kokkario. Ninguno de nosotros hab¨ªa estado nunca antes en un restaurante griego y ten¨ªamos curiosidad. Conoc¨ªamos la cocina griega a trav¨¦s de los libros que tenemos en El Bulli Taller, pero no es lo mismo. La decoraci¨®n del restaurante recordaba un pueblo de Grecia. Pedimos diferentes platos, en los que pudimos ver la similitud de la cocina griega con la espa?ola. Entre otras cosas, hac¨ªan fritura de pescado, calamares a la plancha con alcachofas y lim¨®n, pimientos asados con cebolla y tomate (una versi¨®n de la escalibada) y sardinas con tomate y oliva. Es decir, que hab¨ªa muchas t¨¦cnicas y conceptos similares entre la cocina griega y la espa?ola, cosa bastante l¨®gica por la situaci¨®n geogr¨¢fica e hist¨®rica de estos dos pa¨ªses. Aquella comida en San Francisco nos llev¨® de nuevo a los sabores mediterr¨¢neos. (Con la colaboraci¨®n de Xavier Moret).
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