Lluvia mansa y paciente de Boh¨®rquez

Cuando Manolo S¨¢nchez se dispon¨ªa a torear con la muleta al primer toro, rompi¨® a llover, para no dejar de hacerlo el resto de la tarde, mansa y pacientemente. Tal fue la corrida de Ferm¨ªn Boh¨®rquez, sosa, bonancible, sin desentonar. Que voy, me quedo un rato y luego vuelvo. T¨®mame y hasta luego. Casquivana, floja, esquiva y manejable. Un temperamento que fue a menos en el ¨²ltimo tercio. Por disfrutar que no quede, aunque no demasiado, que luego te acostumbras. Parec¨ªan decir los toros de Don Ferm¨ªn.

Manolo S¨¢nchez hizo dos faenas similares, en un acuerdo mutuo con sus dos toros. No transcendi¨® mucho su labor. Que fue m¨¢s alegre en el cuarto, en el que consigui¨® alg¨²n muletazo estimable, sin acabar de rematar nada.

Rodolfo N¨²?ez en su primero acompa?¨® la embestida del toro, en unas primeras series de derechazos que tuvieron prestancia, buenas intenciones y temple irregular. Pero se super¨® en el quinte, donde quit¨® por chicuelinas de buena factura, y mont¨® un trasteo de muleta compuesto, a media altura, la que ped¨ªa el toro, que remat¨® con un toreo por alto y bajo acompasado, antes de suministrar una estocada de perfecta ejecuci¨®n.

Alberto Elvira en su primero apenas dej¨® una rese?a de buen estilo, ese que reluci¨® en el sexto. Entonces instrument¨® los mejores muletazos de la tarde, un tanteo a base de pases de la firma y trincheras de gusto, empaque y temple singular. A falta de ligaz¨®n, imprimi¨® sentimiento, en los momentos que cit¨® en la distancia adecuada. Elemental.