El laberinto de la conferencia
Cuatro mil voluntarios, la inmensa mayor¨ªa j¨®venes estudiantes, vestidos con un uniforme negro ribeteado con los colores de Sur¨¢frica (los siete colores del arco iris) asisten a los miles de delegados que van llegando a la cumbre. Su labor comienza en el aeropuerto, donde los aviones internacionales llegan desde hace dos d¨ªas llenos de viajeros con destino a la reuni¨®n.
No es f¨¢cil en una ciudad de ocho millones de habitantes y muy extendida, encontrar el camino hacia el centro de convenciones Sandton, donde se celebra la cumbre, que est¨¢ situado en el norte de la ciudad, en una barriada rica y predominantemente blanca. Decenas de autobuses transportan a los delegados a los centros escenario del acontecimiento, que no se reduce a la conferencia oficial, sino que comprende numerosos actos paralelos en sedes distribuidas en seis puntos de la ciudad y ayer se dieron casos de conductores de autobuses que se perdieron en algunos trayectos con el veh¨ªculo lleno de alarmados participantes reci¨¦n llegados.
Seg¨²n fuentes de Naciones Unidas, en la ma?ana de ayer ya hab¨ªan llegado a Johanesburgo 9.344 participantes, incluidos delegados de Gobiernos, representantes de organismos no gubernamentales y una muy nutrida representaci¨®n de la prensa de todo el mundo. Tambi¨¦n se confirm¨® ayer que 104 jefes de Estado han anunciado su asistencia a la conferencia.
El Pueblo Ubuntu
El llamado Pueblo Ubuntu es como el coraz¨®n de la cumbre y, adem¨¢s, la zona abierta al p¨²blico general. Una gran exposici¨®n sobre temas de desarrollo sostenible protagonizada fundamentalmente por las ONG y los organismos espec¨ªficos de Naciones Unidas, da la bienvenida a los visitantes. Diferentes grupos interpretan danzas tradicionales africanas, desde los bailes de los zul¨²s a las que m¨¢s recientemente idearon los mineros surafricanos y que se ejecutan con botas de lluvia. Tambi¨¦n se ha instalado all¨ª una feria de artesan¨ªa.
Para la cumbre oficial se ha preparado el laber¨ªntico centro Sandton, donde los participantes tienen que pasar infinidad de puestos de control para acceder a cada sala. La seguridad, junto con la log¨ªstica para organizar el trabajo de tanta gente, es una de las pesadillas de los organizadores de la reuni¨®n. M¨¢s de 20.000 agentes de polic¨ªa han sido movilizados desde toda Sur¨¢frica a Johanesburgo para la ocasi¨®n.
Algunos problemas y quejas no se han hecho esperar. Por ejemplo, el foro de las organizaciones no gubernamentales est¨¢ en Soweto, la famosa y combativa barriada negra de esta ciudad. Soweto se encuentra en el sur, demasiado lejos, para muchos, del centro Sandton, lo que favorece la indeseable incomunicaci¨®n entre las sesiones oficiales y las de la cumbre alternativa.
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