El ministro de Exteriores brit¨¢nico propone una Constituci¨®n escrita para Europa

El ministro de Exteriores brit¨¢nico, Jack Straw, se declar¨® ayer abiertamente partidario de dotar a la Uni¨®n Europea (UE) de una Constituci¨®n escrita en la que se reafirme la legitimidad del poder pol¨ªtico de los gobiernos nacionales. En un discurso ante los miembros de la C¨¢mara de Comercio de Escocia, Straw propuso tambi¨¦n la creaci¨®n de un organismo especial para controlar a la Comisi¨®n Europea, con el fin de garantizar la aplicaci¨®n del principio de subsidiariedad que reserva la toma de decisiones al nivel institucional que se juzgue m¨¢s adecuado.

Straw entr¨® ayer en un terreno conflictivo al defender abiertamente la creaci¨®n de una Constituci¨®n escrita para la UE dentro de los objetivos de la convenci¨®n sobre el futuro de Europa puesta en marcha el a?o pasado. 'Una Constituci¨®n es un marco de normativas b¨¢sicas... No implica autom¨¢ticamente la adopci¨®n de cada punto y coma de un superestado europeo', dijo en respuesta a la oposici¨®n conservadora, que asocia la elaboraci¨®n de un texto constitucional con la integraci¨®n pol¨ªtica de Europa.

La Constituci¨®n que propone Straw contar¨ªa con 'un conjunto simple de principios, definidos en lenguaje claro, que reafirmen el papel de los gobiernos nacionales como fuente primaria del poder pol¨ªtico'. 'El objetivo es dise?ar una Constituci¨®n escrita para el pueblo y las comunidades europeas, no para las ¨¦lites pol¨ªticas', dijo ayer.

El ministro hab¨ªa esbozado la idea de una Carta Magna europea en un discurso anterior -en La Haya, el pasado 21 de febrero-, pero es la primera vez que concreta en p¨²blico el alcance de su propuesta. 'Actualmente, las normativas de la UE no est¨¢n contenidas en un ¨²nico documento, sino esparcidas en una serie de textos. Son bastante oscuros y obtusos, y mucho menos accesibles de lo que deber¨ªan ser. Una Constituci¨®n escrita no s¨®lo mejorar¨¢ la capacidad de actuar de la UE, sino que tambi¨¦n ayudar¨¢ a volver a conectar a los votantes europeos con las instituciones que act¨²an en su nombre', explic¨®.

'Rendici¨®n' a Bruselas

Michael Ancram, portavoz de Exteriores del Partido Conservador, denunci¨® la propuesta constitucionalista de Straw como una 'rendici¨®n ante los integracionistas europeos, ante los que persiguen una uni¨®n pol¨ªtica absoluta'. 'Es un nuevo paso hacia la integraci¨®n europea', advirti¨® ayer. Intentando zanjar la pol¨¦mica, el jefe de la diplomacia brit¨¢nica record¨® poco despu¨¦s que es m¨¢s importante debatir el contenido, no el t¨ªtulo, del futuro tratado europeo.

Adem¨¢s de una Constituci¨®n plurinacional, Straw elev¨® ayer otra conflictiva propuesta relacionada con el principio de subsidiariedad, concepto introducido por el anterior primer ministro conservador, John Major, que reserva la toma de decisiones al nivel institucional que se juzgue m¨¢s adecuado. A los diez a?os de su introducci¨®n, el jefe de la diplomacia brit¨¢nica quiere crear un 'organismo de control de la subsidiariedad' para asegurar que las decisiones se toman al nivel m¨¢s efectivo, ya sea en Bruselas o en las capitales y provincias de los Estados miembros.

Este mecanismo de control estar¨ªa integrado por diputados de los gobiernos nacionales y, seg¨²n propuso el ministro, tendr¨ªa poderes para 'examinar la legislaci¨®n europea injustificada'. 'Este ente', continu¨®, 'ayudar¨ªa a los europeos a abrirse camino entre la maleza de la jurisdicci¨®n local, nacional y supranacional'.

En la pr¨¢ctica, la propuesta de Straw llevar¨ªa a un recorte del monopolio sobre la iniciativa legislativa de la Comisi¨®n Europea. Los eurodiputados no estar¨ªan representados en el nuevo mecanismo de control que defiende el ministro de Tony Blair. Y, para preservar el principio de subsidiariedad, el organismo podr¨ªa incluso paralizar iniciativas de la Comisi¨®n y forzar la marcha atr¨¢s en las reformas legislativas aprobadas por el Consejo de Ministros. Para Straw, su propuesta de control es un ejercicio enfocado a democratizar el proceso europeo de toma de decisiones.

El jefe del Foreign Office mantuvo la tradicional cautela respecto al euro. No aport¨® luz sobre la fecha del prometido refer¨¦ndum y se limit¨® a recordar la l¨ªnea oficial de que el Ejecutivo laborista de Blair tomar¨¢ la decisi¨®n una vez que se haga una valoraci¨®n de los criterios econ¨®micos sobre la moneda ¨²nica fijados por la Uni¨®n en 1997.