La cuarta generaci¨®n
China se dispone a iniciar una transici¨®n pol¨ªtica generacional sin precedentes desde la revoluci¨®n de 1949 con la renovaci¨®n del Partido Comunista Chino (PCCh) que celebrar¨¢ su XVI Congreso a partir del 8 de noviembre. No se trata s¨®lo de que una nueva generaci¨®n asuma el liderazgo del pa¨ªs, sino tambi¨¦n de hacer que entren y participen en estos ¨®rganos centrales del poder en China emprendedores y empresarios de renombre. Pues aunque se mantenga oficialmente la doctrina de la dictadura del proletariado, el PCCh es posiblemente el ¨²nico partido comunista que ve reforzada su legitimidad no s¨®lo con un sostenido crecimiento econ¨®mico del pa¨ªs m¨¢s poblado de la Tierra, sino con el avance hacia una econom¨ªa de mercado.
China, en su v¨ªa particular hacia un capitalismo, que, sin duda, ser¨¢ sui g¨¦neris, sigue avanzando en la l¨ªnea que marcara Deng Xiaoping. Ahora es el l¨ªder Jiang Zemin, de 76 a?os, que deber¨ªa retirarse en noviembre a un segundo plano aunque manteniendo en sus manos importantes palancas de poder, el que quiere que los estatutos del partido incorporen su Doctrina de las Tres Representaciones: de las fuerzas productivas avanzadas, de la cultura avanzada y de los intereses generales de la ciudadan¨ªa. Si lo consigue, y el reciente c¨®nclave de la c¨²spide pol¨ªtica parece haberlo avalado, Jiang Zemin entrar¨¢ en la historia china junto a Deng Xiaoping y el Gran Timonel, Mao Zedong. Ahora bien, m¨¢s all¨¢ de que las actuales riadas lo aconsejen, el retraso en dos meses sobre la fecha inicialmente prevista del congreso del PCCh indica que en la opaca trastienda del sistema se est¨¢ librando una inevitable lucha por el poder.
En principio, el Congreso, la renovaci¨®n de la mitad del Politbur¨® al rebasar la edad l¨ªmite, ahora estatutaria, de 70 a?os, y la sustici¨®n de cargos cruciales como el de presidente, secretario general y otros, indica que est¨¢ a punto de empezar un maremoto pol¨ªtico, si bien controlado, que ha de llevar a la c¨²spide a la llamada cuarta generaci¨®n, nacida en los a?os treinta y cuarenta, bien educada, y que, aunque carece de unidad, est¨¢ representada por el actual vicepresidente Hu Jintao. A la vez, la entrada prevista de empresarios en el Comit¨¦ Central del partido, ya sea como miembros plenos o sustitutos, es un paso sin precedentes: puede llevar a este ¨®rgano a las fuerzas m¨¢s din¨¢micas de la sociedad, pero ser¨ªa tambi¨¦n la primera vez que intereses privados estuvieran representados en la c¨²pula comunista. Las resistencias a dar tal paso se han dejado notar con un incremento de las inspecciones fiscales no s¨®lo de empresarios, sino tambi¨¦n de artistas, algunos encarcelados por evasi¨®n de impuestos.
La gran pregunta es si el partido comunista, que pretende conservar el monopolio de la organizaci¨®n de masas (de ah¨ª la persecuci¨®n de la secta Falun Gong), es compatible con el avance hacia el capitalismo. La respuesta que intenta Jiang Zemin, antes de dar otros pasos hacia el pluralismo o la democracia, es la de incoporar el capitalismo al partido, para que ¨¦ste conserve su poder, en un pa¨ªs de 1.200 millones de habitantes que cuenta ya con una clase media de entre 60 y 100 millones de personas.
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