LOS MAESTROS Y AMIGOS ESPA?OLES DE PICASSO
Se inaugura en M¨¢laga una exposici¨®n colectiva en la que se muestran las posibles influencias de quienes compartieron amistad y experiencias art¨ªsticas con el genial pintor
Para un artista vital y apasionado como Pablo Ruiz Picasso, el mundo afectivo era una fuente de alimentaci¨®n constante. La poderosa huella de sus relaciones amorosas en su producci¨®n art¨ªstica ha sido objeto de innumerables estudios, al igual que la f¨¦rtil simbiosis creativa que mantuvo con el pintor Georges Braque entre 1909 y 1914. Bastante menos conocidos son sus inspiradores espa?oles, al margen de cl¨¢sicos como Vel¨¢zquez o El Greco.
La exposici¨®n Picasso: maestros y amigos espa?oles, organizada por la Fundaci¨®n Unicaja y comisariada por Fernando Franc¨¦s, ahonda en la influencia de 51 pintores y escultores espa?oles -desde su padre y primer maestro, Jos¨¦ Ruiz Blasco, hasta artistas m¨¢s j¨®venes que ¨¦l, como Salvador Dal¨ª o Joan Mir¨®- en la vida y el arte de Picasso. Unos se consagraron como maestros y otros nunca pasaron del reconocimiento local. Unos alumbraron su b¨²squeda de formas de pintar inexploradas y otros lo acompa?aron en juergas nocturnas de juventud que tambi¨¦n contribuyeron a forjar su ilimitado universo pict¨®rico.
Las 112 obras que componen esta exposici¨®n, recopiladas a lo largo de dos a?os de trabajo en museos, colecciones privadas y edificios p¨²blicos, reflejan estilos y calidades desiguales, pero en todas late algo del universo picassiano: las palomas que pint¨® constantemente, en el ¨®leo Palomar del padre del artista, anclado en el realismo del XIX; la etapa bohemia de principios del siglo XX, evocada en el retrato al pastel de Ram¨®n Pitxot de la inquietante modelo Germaine Gargallo, esposa de Pitxot y excusa para el suicidio del amigo del alma de Picasso en su juventud, Carlos Casagem¨¢s, de quien se exponen tambi¨¦n dos dibujos y un ¨®leo; o el clasicismo de las ¨¦pocas azul y rosa, en los dos lienzos de Jacint Salvad¨®, en El m¨²sico melanc¨®lico, ¨®leo de Daniel V¨¢zquez D¨ªaz, o en la serena Femme rose, de Hernando Vi?es.
Los primeros avances en la descomposici¨®n de las figuras que terminar¨ªan consolidando el cubismo se recogen en dos naturalezas muertas de Juan Gris de 1911, mientras que la culminaci¨®n de esas exploraciones se refleja en la Serie libert¨¦, firmada por Mir¨® en 1970. Obras de Gin¨¦s Parra, Joaqu¨ªn Peinado, Francisco Bores, ?scar Dom¨ªnguez, Rafael Zabaleta o Javier Vilat¨® evocan tambi¨¦n esa faceta picassiana.
Los organizadores de la muestra han tratado de sintetizar las influencias de ida y vuelta que se dieron entre Picasso y los artistas espa?oles que contactaron con ¨¦l en los distintos momentos de su vida, pero no por un mero af¨¢n anal¨ªtico, sino para profundizar en el conocimiento de la personalidad del pintor. 'Hemos querido romper tab¨²es sobre Picasso, como son los relacionados con su car¨¢cter. Picasso no fue un genio inaccesible. Era generoso y ten¨ªa complicidades con gente de dentro y de fuera del mundo del arte, gente a la que ayudaba desinteresadamente, simplemente porque quer¨ªa', explica Franc¨¦s.La muestra incluye tambi¨¦n una docena de obras de Picasso correspondientes a distintos periodos, entre las que destaca un retrato de la hija que tuvo con Teresa Walter; Maya con un barco, de 1938. Tambi¨¦n se expone el emblema del restaurante Els 4 Gats, lugar de reuni¨®n del c¨ªrculo de amigos del pintor en Barcelona, realizado por ¨¦l. Y, como curiosidad, dos pasteles de su hermana menor, Mar¨ªa Dolores Ruiz Picasso, que evocan las pinturas bohemias de juventud de Pablo. La exposici¨®n estar¨¢ hasta el 29 de septiembre en el Palacio Episcopal de M¨¢laga.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.