LA 'CARMEN' DE VICENTE ARANDA REVOLUCIONA C?RDOBA

Lo normal es que a las cinco de la tarde de un d¨ªa corriente de agosto no haya un alma en los alrededores de las Caballerizas Reales de C¨®rdoba. S¨®lo alg¨²n turista asoma la cabeza. Sin embargo, ayer se amontonaban m¨¢s de 3.000 personas a la entrada de este antiguo cuartel, ocupando la acera, la calzada, el jard¨ªn y las puertas de las casas vecinas. ?La raz¨®n de tanto entusiasmo? El casting del a?o. Vicente Aranda prepara su versi¨®n de la novela Carmen, de Prosper M¨¦rim¨¦e, con Paz Vega y Leonardo Sbaraglia en los papeles principales. Buena parte del rodaje se desarrollar¨¢ en C¨®rdoba, a partir de octubre. Ayer comenz¨® la selecci¨®n de los 350 extras locales que dar¨¢n ambiente a las calles, las tabernas, los mercados, las iglesias y la f¨¢brica de tabaco.

Los aspirantes iban pasando de 20 en 20. Cruzaban un patio lleno de carruajes polvorientos, jaulas de p¨¢jaros, barricas de vino, cestos de mimbre... Una vez a la sombra, en una sala peque?a y vac¨ªa, Romualdo Soler, auxiliar de casting, les saludaba y les daba explicaciones. 'La pel¨ªcula est¨¢ ambientada en 1830, y eso nos impone ciertos condicionamientos', dec¨ªa. Entonces las mujeres no usaban mechas, ni tintes de colores imposibles, ni rastas. Y los hombres no llevaban la cabeza rapada ni largas melenas. '?Est¨¢is dispuestos a cambiar de look? Digo si os hace mucha ilusi¨®n', preguntaba Soler.

S¨ª que lo estaban. 'Lo que haga falta. A m¨ª me dejas tres d¨ªas en la taberna y aunque no me pagues da igual', dec¨ªa, todo jovialidad, Juan Ruiz, en el m¨¢s puro estilo de Falstaff. Ruiz vino desde La Rambla, un pueblo a 38 kil¨®metros de la capital, a participar en el casting, y en vez de la t¨ªpica foto de carn¨¦ tra¨ªa un retrato suyo con un amigo ante unas monta?as nevadas.

'Necesitamos recrear lo que hab¨ªa en la calle entonces', aclara Soler. 'Hombres, mujeres, ni?os, una diversidad real'. Benjam¨ªn Fern¨¢ndez, director art¨ªstico de la pel¨ªcula, cuenta que para documentarse han empleado cuadros de Gonzalo Bilbao, grabados de Gustavo Dor¨¦ y muchos libros sobre f¨¢bricas de tabaco en toda Espa?a. 'Reproduciremos lo que sea reproducible: muchos lugares conservan el sabor de la ¨¦poca, pero tampoco podemos hacerlo verdad-verdad', confiesa. A dos pasos, un cami¨®n enorme se para en la puerta de las Caballerizas y descarga siete carruajes. La cola, que sigue creciendo hora tras hora, mira encantada el espect¨¢culo.