Nuestros m¨¢s y nuestros menos
Si los art¨ªculos tuvieran banda sonora, ahora mismo estar¨ªan oyendo las carcajadas de mi santo, que ha tenido que sentarse en el m¨ªtico poyete para re¨ªrse a gusto porque, como lleva la mochila de fumigaci¨®n a la espalda, ha estado a punto de perder el equilibrio. Lo que le hace tanta gracia es que hace un ratillo entra a la cocina y me pilla masticando sonoramente mi All-Bran regulador, que, por cierto, me escribe un lector concienciado para decirme, 'anda que no deben untarle a usted las marcas porque sus art¨ªculos parecen un cat¨¢logo de El Corte Ingl¨¦s'. Abro un par¨¦ntesis para decirle a este simp¨¢tico lector que ya me gustar¨ªa a m¨ª que esas marcas tuvieran un detalle, pero qu¨¦ va, lo hago de gratis, por amor al consumo. Del All-Bran s¨®lo se lo llev¨® crudo Elsa Anka que lo anunciaba en la tele, y lo hac¨ªa bien pero sin ilusi¨®n, igual que Coronado con el Bio, no crean ustedes que Coronado sale comi¨¦ndose un Bio porque se pasa el d¨ªa comiendo Bio, no seamos ingenuos, ¨¦l lo hace por dinero; en cambio, cuando yo hablo del All-Bran pongo el coraz¨®n en el asador, comparto con ustedes c¨®mo regula mis funciones intestinales, y eso no lo hace ninguna otra escritora en Espa?a, y si lo hago no es porque sea una ordinaria como se comenta en c¨ªrculos de poder, lo hago porque pienso que mi experiencia, aunque sea a nivel intestinal, puede ser ¨²til. Honradamente, creo que el pr¨®ximo anuncio de All-Bran lo deb¨ªa hacer yo y el de Bio, mi santo, que come Bio en la intimidad porque el B¨ªfidus Activo le pone como un torete. No somos Coronado y Anka, de acuerdo, pero tenemos nuestro p¨²blico.
Honradamente, creo que el pr¨®ximo anuncio de All-Bran lo deb¨ªa hacer yo
Perdonen este pedazo de digresi¨®n, lo que yo quer¨ªa contar es que mi santo entr¨® en la cocina y me vio rellenando un cup¨®n que viene en los cereales y que tienes que rellenar y mandarlo y si sales ganadora te mandan un pareo y mola porque en la caja de cereales vienen distintas formas de coloc¨¢rtelo. Mi santo dice que soy una persona sin coherencia ideol¨®gica y que, porque en Espa?a no hay memoria hist¨®rica pero si la hubiera, muchos lectores me reprochar¨ªan que hace dos a?os (v¨¦ase Tinto de verano) yo hice un art¨ªculo sobre las tontas del pareo cachonde¨¢ndome de las que se tapaban el culete con el trapillo, y ahora, me dice, te pones a concursar por un pareo. Total, que me dio la charla. Es lo que pasa cuando tenemos a los ni?os en adopci¨®n, que no se puede desahogar con nadie y me da la charla a m¨ª. Ah, pero yo no me callo. Tampoco ¨¦l es un ejemplo de coherencia. Yo podr¨ªa contar muchas cosas, por ejemplo: mi santo se ha pasado la vida cachonde¨¢ndose de los t¨ªos que llevan cadenilla en las gafas, cuando ve¨ªa a un intelectual con cadenilla, dec¨ªa: pero c¨®mo te vas a fiar de un memo que lleva cadenilla. Todos los intelectuales que durante los ¨²ltimos 10 a?os han aparecido en la tele con cadenilla eran denominados en mi casa: los gilipollas de la cadenilla. Muy bien, pues hace un mes mi santo se puso gafas de cerca, porque es un hombre que va teniendo una edad, y se iba dejando las gafas, como dir¨ªa Evelio, en los sitios m¨¢s inh¨®spitos: en el poyete, dentro del libro de Simone Ortega, y otros sitios que no voy a nombrar. Total, antes de que ocurriera una tragedia, le compr¨¦ en el Hiperchollo una cadenilla. Una cinta con caritas de Bustamante. No hab¨ªa de Vero, que es la que le gusta a mi santo. Tambi¨¦n le compr¨¦ a Chiquit¨ªn un jersey con motivos tiroleses dado que hace un bris que corta el pis. Mi santo primero me dijo que se la pon¨ªa para no hacerme un feo. Tendr¨ªan que verlo ahora: est¨¢ con su cadenilla que no mea. Dice que para cuando volvamos a Madrid le tengo que comprar una cadenilla de vestir. Ah¨ª est¨¢ en su (m¨ªtico) poyete burl¨¢ndose de mi pareo, y yo aqu¨ª de su cadenilla y cont¨¢ndolo p¨²blicamente. A ver si vuelven los ni?os porque tenemos un pique, nos estamos poniendo m¨¢s pesaos que las moscas.
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