Ashkenazy se muestra 'preocupado por el destino que le aguarda a la m¨²sica'

Vladimir Ashkenazy, director titular de la Orquesta Filarm¨®nica Checa y una de las batutas m¨¢s reconocidas del momento, no es nada optimista sobre el futuro de la m¨²sica. 'Los gobiernos muestran cada vez menos inter¨¦s por el arte', dijo ayer horas antes de ofrecer su primer concierto en el Kursaal de San Sebasti¨¢n. 'Porque el arte normalmente no trae dinero, sino que se lo lleva', apunt¨®. 'Estoy preocupado por el destino que le aguarda a la m¨²sica'.

Ashkenazy inici¨® su carrera musical como pianista, pero en la actualidad tiene relegada esta faceta a un segundo plano. 'Mi actividad pian¨ªstica est¨¢ pr¨¢cticamente limitada a grabaciones de Mozart y Beethoven', explic¨® ayer. Ahora que est¨¢ volcado en la direcci¨®n de orquestas, s¨®lo accede a ofrecer recitales junto a un clarinetista: su hijo. Ashkenazy no tiene intenci¨®n de retomar su actividad al piano, pero tampoco de permanecer al frente de la Filarm¨®nica Checa durante mucho m¨¢s tiempo.

El jueves anunci¨® en Santander que en 2003 se acaba su contrato con este conjunto tras cinco a?os 'muy gratificantes' y no piensa renovarlo. 'Ser director titular de una orquesta lleva mucho tiempo y energ¨ªa', reiter¨® ayer. 'Ahora quiero ser m¨¢s libre'. ?l se lo puede permitir, su curr¨ªculum, y como record¨®, su buena relaci¨®n con muchas orquestas, entre ellas la Philarmonia, le permiten continuar como batuta invitada de grandes orquestas.

Pero por el momento, contin¨²a al frente de la Filarm¨®nica Checa y con ella se subi¨® ayer al escenario del auditorio del Kursaal donostiarra. All¨ª dirigi¨® al conjunto que interpret¨® En la Naturaleza, de Dvor¨¢k, y la Sinfon¨ªa n? 7, de Mahler, dentro del proyecto de revisi¨®n integral de sus sinfon¨ªas que inici¨® la Quincena en 1998. 'Esta obra quiz¨¢ no es la m¨¢s grande escrita por Mahler', dijo antes del recital, 'pero no deja de ser una gran pieza compuesta por un genio'. De Mahler admira su capacidad de expresi¨®n y comunicaci¨®n, su talento para explorar caminos impredecibles y componer obras raps¨®dicas. 'Mahler busc¨® siempre a Dios, pero nunca lleg¨® a encontrarlo', se?al¨®, citando a uno de sus maestros.

Hoy, Ashkenazy, considerado como uno de los pianistas m¨¢s grandes que ha dado el siglo XX, abordar¨¢ en el Kursaal donostiarra un programa completamente distinto. La Orquesta Filarm¨®nica Checa interpretar¨¢, bajo su direcci¨®n, Mi patria, de B. Smetana, una obra cargada de sentimientos para el pueblo checo. 'La primera parte es inspirada y brillante, luego se vuelve un poco m¨¢s mon¨®tona', dijo sin titubear. 'Pero es muy importante para el p¨²blico checo', que sufre estos d¨ªas las fatales consecuencias de las inundaciones.

En estos momentos, el director, que planea realizar un concierto ben¨¦fico para recaudar fondos para los damnificados, mira con incertidumbre al futuro de la m¨²sica. No s¨®lo le preocupa la situaci¨®n de la Orquesta Filarm¨®nica Checa, donde los artistas 'est¨¢n mal pagados', sino la de la m¨²sica en su sentido m¨¢s amplio. 'Estoy preocupado por el destino que le aguarda a toda la m¨²sica. Y en esto la Rep¨²blica Checa no es una excepci¨®n', lament¨®. Vladimir Ashkenazy incidi¨® en que todas las instituciones, incluidas las alemanas, dan cada vez menos ayudas a la m¨²sica.