Otra ciudad bajo Navalcarnero
El plan urban¨ªstico del municipio proh¨ªbe cegar o tapiar las m¨¢s de mil cuevas que sobreviven en el subsuelo
Bajo el asfalto de Navalcarnero hay otra ciudad, hecha de ladrillo de tejar, arena y arcilla. Dicen los m¨¢s ancianos que hace medio siglo se pod¨ªa cruzar el pueblo de punta a punta a trav¨¦s de las galer¨ªas subterr¨¢neas. Son cuevas tan antiguas como la propia localidad, que ahora el Ayuntamiento pretende conservar y catalogar. Estos t¨²neles fueron construidos para guardar la matanza, el vino, los productos perecederos e incluso para escapar sin ser visto.
All¨ª se dejaron las manos muchos vecinos, porque el m¨¦todo de construcci¨®n era rudimentario. 'Las excavaban a pico y pala y las sujetaban con b¨®vedas y arcos de ladrillo o adobe', ilustra el regidor. Precisamente la precariedad de los materiales, el paso del tiempo y la mano del hombre han mermado el n¨²mero de cuevas de Navalcarnero. 'Algunas se derrumbaron de forma natural y otras fueron destruidas por sus propietarios, que, con la llegada de los tiempos modernos, prefirieron cegarlas o tapiarlas para construir un garaje', afirma Santos.
Una de las galer¨ªas subterr¨¢neas se ha convertido en el Museo del Vino
A partir de ahora, el Ayuntamiento proh¨ªbe la destrucci¨®n de las galer¨ªas subterr¨¢neas y propone alternativas para su conservaci¨®n. Dentro del Plan General de Ordenaci¨®n Urbana del municipio se especifica la necesidad de hacer un recuento de las cuevas de Navalcarnero y 'mantenerlas en el mejor estado posible'. Los responsables municipales estiman que, de los 3.000 corredores subterr¨¢neos que pudieron construirse hace al menos cinco siglos, a¨²n sobrevive una tercera parte. 'Cada casa del caso viejo ten¨ªa su propia cueva y todav¨ªa quedan algunas preciosas, sobre todo las de los mesones, que est¨¢n muy bien cuidadas', se?ala el alcalde de la localidad. 'A trav¨¦s del plan urban¨ªstico prohibimos a los vecinos la destrucci¨®n de estas galer¨ªas y adem¨¢s implicamos al Gobierno regional para que comparta con nosotros la documentaci¨®n de que disponemos', a?ade. Los propietarios que deseen realizar obras en sus viviendas que puedan afectar al subsuelo deber¨¢n informar al Consistorio, que dar¨¢ el visto bueno o denegar¨¢ los trabajos, si estima que lesiona la conservaci¨®n de la cueva. Pero no todo ser¨¢ prohibir, ya que el Ayuntamiento est¨¢ dispuesto a conceder ayudas econ¨®micas para la rehabilitaci¨®n de aquellos corredores que est¨¦n en mal estado.
Jos¨¦ est¨¢ encantado con la noticia. Bajo su casa, en el casco viejo de Navalcarnero, hay una cueva donde sus padres guardaban la matanza. Despu¨¦s lleg¨® el frigor¨ªfico y 'la fresquera que estaba bajo tierra' qued¨® inservible. A sus 70 a?os, este vecino no tiene edad, dinero ni ganas de construir un garaje. Y tampoco fuerzas para borrar las huellas del paso del tiempo en su cueva. 'Si me dan la ayuda, yo no tengo problema en que la pongan bonita y venga la gente a verla', se entusiasma el anciano.
El alcalde reconoce que a los t¨¦cnicos municipales les espera una labor ardua porque tendr¨¢n que utilizar el m¨¦todo del boca a boca para averiguar cu¨¢ntas galer¨ªas hay en el subsuelo navalcarnere?o. 'Habr¨¢ que preguntar a los m¨¢s viejos del pueblo. Pero eso no es todo, porque sabemos que hay conflictos entre propietarios de cuevas que se comunicaban y que las divid¨ªan con tapias; ser¨¢ imposible volver a recorrer sin interrupci¨®n los h¨²medos pasajes del subsuelo de nuestra localidad', se?ala un portavoz municipal.
Una de las cuevas m¨¢s grandes se ha convertido en Museo del Vino. Sesenta alumnos de un taller de alba?iler¨ªa estuvieron un a?o y medio rehabilit¨¢ndola para que pueda acoger visitas.
La idea del Museo del Vino va a continuar porque el Ayuntamiento de Navalcarnero, el quinto municipio en importancia tur¨ªstica de la regi¨®n, pretende comprar al menos 10 galer¨ªas subterr¨¢neas a particulares y convertirlas en lugares de visita. 'De momento hemos alquilado una vivienda con derecho a compra que tiene una cueva, pero el banco que se instal¨® al lado le puso un muro. Nuestro inter¨¦s es recuperar esa joya hist¨®rica', resalta el regidor. Todas las galer¨ªas estar¨¢n reflejadas en una gu¨ªa que especifique su situaci¨®n y extensi¨®n, as¨ª como si es visitable o no. Aquellos vecinos que permitan la entrada de los turistas a sus cuevas podr¨ªan recibir una ayuda econ¨®mica para su mantenimiento o mejora.
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