El buscavidas del Bochum
Alemania descubre al hispano-dan¨¦s Christiansen, internacional con Clemente y m¨¢ximo goleador ahora en la 'Bundesliga'
'?Hola!', saluda con voz casi pueril Thomas Christiansen; 'ahora voy por la autopista y en 20 minutos tengo que entrar al estudio de la WDF para una emisi¨®n en vivo'. El m¨¢ximo goleador de la Bundesliga, con seis tantos en tres partidos, es, a sus 29 a?os, una ex¨®tica pieza de arqueolog¨ªa futbol¨ªstica para los aficionados espa?oles.
No muchos recuerdan que Javier Clemente le hizo debutar en la selecci¨®n absoluta, junto a Julen Guerrero, hace nueve a?os en un encuentro amistoso contra M¨¦xico. Ni que a Lituania, en otro, le meti¨® un gol de tac¨®n. Pero hoy Christiansen entra un d¨ªa s¨ª y otro tambi¨¦n en los estudios de las cadenas alemanas, nacionales y locales, de Westfalia, Bochum y Dortmund. En Alemania le est¨¢n volviendo a descubrir.
'Muchas mafias'
'Sal¨ª a buscarme la vida; a recuperar el nombre que ten¨ªa en Espa?a', cuenta Christiansen; 'pero las lesiones y las mafias me impidieron mostrar el f¨²tbol que llevo dentro'. Despreciado por Johan Cruyff, Christiansen abandon¨® la cantera del Barcelona para fichar por el Oviedo en 1996. Con el club asturiano s¨®lo registr¨® dos goles, contra el Valladolid, en la Liga. En 1999 marc¨® su ¨²ltimo gol en Primera, esta vez con la camiseta del Villarreal, al Racing.
Del Racing, Christiansen pas¨® al Terrassa y su rastro no tard¨® en perderse en lo que ¨¦l describe como un territorio mafioso. 'Sal¨ª de Espa?a a buscarme la vida', insiste; 'y me contrat¨® el Panionios, un equipo griego. Pero sus directivos no me pagaban o me pagaban en negro. Les denunci¨¦ por impago del sueldo y me dejaron sin ficha. En el f¨²tbol griego hab¨ªa muchas mafias. Lleg¨® el invierno de 2000 y, como me qued¨¦ sin club, me fui a la tierra de mi padre, a Dinamarca. Estuve dos meses entren¨¢ndome con el Herfolge y me fich¨® el Bochum, que estaba a punto de descender a Segunda en Alemania'.
De madre madrile?a y padre dan¨¦s, Christiansen suele pasar sus vacaciones entre Barcelona y Madrid. Mientras circula bajo la lluvia por las autopistas de la cuenca minera del Rhin, sue?a con volver a jugar en nuestra Liga. '?Ojal¨¢ pueda volver a jugar en Espa?a!', dice.
Christiansen, un zurdo rubio, astuto en el ¨¢rea pero no demasiado virtuoso con la pelota, corpulento pero de estatura normal, era uno de esos juveniles de clase media que consideraban el f¨²tbol como un pasatiempo. Ten¨ªa facilidad, pero su vida no depend¨ªa de la pelota ni de lejos cuando iba al colegio en Dinamarca. Lleg¨® al Barcelona de carambola, porque no acept¨® entrar en la Ciudad Deportiva del Madrid. 'Yo jugaba en un equipo de juveniles, en Dinamarca, en 1988, cuando hice una prueba con el Madrid y me admitieron', explica; 'pero, como era demasiado chico, me qued¨¦ un a?o m¨¢s en Dinamarca. Mi padre me dijo que, si era bueno, al a?o siguiente tambi¨¦n lo ser¨ªa. Y al a?o siguiente hice una prueba para el Bar?a en Santpedor, el pueblo de Guardiola. As¨ª entr¨¦ en la Mas¨ªa'.
'Como en el Bar?a'
'En el Barcelona aprend¨ª a jugar en espacios reducidos, a saber qu¨¦ hacer con el bal¨®n antes de recibirlo', contin¨²a; 'de ah¨ª proviene mi forma de ver el juego, muy t¨¦cnica. Y eso es algo que a los alemanes les encanta porque les parece nuevo. ?Se sorprenden con los taconazos!'.
En el Bochum, un equipo que juega 'con un 4-2-3-1', Christiansen comenta que se siente como en casa. 'Como en el Bar?a de Cruyff', dice; 'aqu¨ª jugamos con un media punta y dos extremos bien abiertos y bien adelantados. Yo juego de punta y con los de arriba tenemos bastante libertad para hacer cosas. Hacemos un f¨²tbol que est¨¢ teniendo mucho ¨¦xito. Estamos los primeros en la clasificaci¨®n, por encima del Bayern M¨²nich'.
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