La agricultura de los ricos

Por una vez, el Banco Mundial, las ONG y los pa¨ªses pobres han hecho frente com¨²n y en Johanesburgo coinciden en el diagn¨®stico: las reglas del comercio son un obst¨¢culo para el desarrollo de los pa¨ªses pobres, no por culpa del libre comercio, sino parad¨®jicamente por su ausencia en sectores tan sensibles para el Tercer Mundo como la agricultura. Mientras que ¨¦stos abren sus fronteras y reducen aranceles, los pa¨ªses ricos incrementan las subvenciones a los agricultores, que han podido exportar sus productos a precios muy por debajo del coste de producci¨®n.

'Lo que hace falta es crear condiciones que permitan un reparto ¨ªntegro y m¨¢s justo de los enormes beneficios del comercio', escribe el laureado economista indio Amartya Sen en el pr¨®logo del exhaustivo informe elaborado por Oxfam, en el que esta red internacional de ONG denuncia las 'injusticias' del comercio internacional y sus repercusiones para los pa¨ªses pobres. Sin embargo, Oxfam no culpa de ello al libre comercio ni al sistema de mercado, sino a la 'hipocres¨ªa' de los pa¨ªses ricos, lo que le ha costado agrias cr¨ªticas por parte de los sectores glofob¨®bicos del movimiento antiglobalizaci¨®n.

Los pa¨ªses de la OCDE gastan 311.000 millones de d¨®lares en ayudas para sus agricultores

En cierta forma, Oxfam ha seguido la estela del fil¨®sofo Carlos Marx cuando, en 1848, en un c¨¦lebre discurso en Bruselas critic¨® con severidad el libre comercio pero subray¨® que, entre el proteccionismo y el libre comercio, ¨¦l apoyaba sin dudarlo este ¨²ltimo porque romp¨ªa con el statu quo y no era conservador.

Proyecto en Hait¨ª

Seg¨²n los c¨¢lculos de Oxfam, el coste para los pa¨ªses pobres de las barreras comerciales en los pa¨ªses ricos asciende anualmente a 100.000 millones de d¨®lares, el doble de lo que ¨¦stos destinan en ayuda al Tercer Mundo. Y el Banco Mundial cifra en 311.000 millones de d¨®lares las subvenciones a la agricultura en pa¨ªses de la OCDE, con lo que estos productos penetran en condiciones muy ventajosas en los mercados de los pa¨ªses pobres. Varias ONG espa?olas financian proyectos de desarrollo para mitigar los efectos de estas pol¨ªticas en pa¨ªses del Sur, donde la mayor parte de la econom¨ªa depende de la agricultura.

Interm¨®n Oxfam lleva dos a?os colaborando con dos cooperativas de producci¨®n de arroz del valle de Artibonite, en Hait¨ª, cuyas condiciones de vida cambiaron bruscamente en 1995 cuando el Gobierno acept¨® las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y rebaj¨® dr¨¢sticamente los aranceles. La tasa para la importaci¨®n de arroz pas¨® del 35% al 3% y en pocos a?os el pa¨ªs qued¨® inundado de arroz procedente de EE UU. En los a?os ochenta, Hait¨ª importaba anualmente 15.000 toneladas de arroz, cifra que en la actualidad asciende hasta 220.000 toneladas, lo que supone que dos tercios del arroz que se consume en el pa¨ªs es importado.

La tendencia no es una consecuencia del libre comercio porque el arroz procedente de EE UU sigue fuertemente subvencionado. Este producto es uno de los cinco m¨¢s subvencionados por el Gobierno estadounidense, que en 2001 multiplic¨® por tres las ayudas a los agricultores que conced¨ªa en 1996, seg¨²n datos del Instituto Cato, un centro de investigaci¨®n estadounidense.

Interm¨®n presta ayuda econ¨®mica a las cooperativas locales Modeps y Sofa para mejorar las t¨¦cnicas de cultivo y dotar a los agricultores de mejores herramientas, por ejemplo a trav¨¦s de la puesta en marcha de un molino. Los proyectos prestan una atenci¨®n especial a la integraci¨®n de las mujeres en el mercado laboral del pa¨ªs m¨¢s pobre del hemisferio norte, donde el 70% de la poblaci¨®n tiene unos ingresos por debajo del nivel de pobreza, dos d¨®lares diarios. El proyecto de las cooperativas se ha fijado el objetivo de aumentar en un 20% la media de ingresos de los agricultores.

Emigraci¨®n o tala

La escasa competitividad de la agricultura arrojaba hasta hace poco a los habitantes del valle de Mandurriacos, en Intag, en la zona subtropical de Ecuador, a afrontar un peliagudo dilema: o la emigraci¨®n o la tala de ¨¢rboles. Lo primero no supon¨ªa ninguna garant¨ªa para dejar atr¨¢s la pobreza. Lo segundo era pan para hoy y hambre para ma?ana y una colaboraci¨®n involuntaria a agudizar la desforestaci¨®n.

Hoy, la situaci¨®n dista mucho de ser id¨ªlica, pero como m¨ªnimo el dilema se plantea con menos intensidad gracias a los proyectos que contribuye a financiar la Xarxa de Consum Solidari -que agrupa a un centenar de asociaciones catalanas-. Esta red promueve el comercio justo; es decir, impulsa circuitos alternativos que eliminen las ganancias de los intermediarios -normalmente vinculados a pa¨ªses ricos- y se garantice el pago de salarios justos a los agricultores, as¨ª como el respeto al medio ambiente.

La Xarxa apoya a la cooperativa local Corporaci¨®n de Talleres Gran Valle con varias iniciativas: financiando la creaci¨®n de talleres y la compra de semillas que mejoren la productividad de los cultivos, comprando a un precio justo parte de la producci¨®n -el caf¨¦ se ha pagado este a?o 12 veces m¨¢s caro de lo que ofrece el mercado internacional- y facilitando su exportaci¨®n a los pa¨ªses occidentales: el caf¨¦, por ejemplo se destina fundamentalmente al Jap¨®n, la manteca de cacahuete a los pa¨ªses anglosajones, mientras que al mercado espa?ol llegan esponjas elaboradas con lufa y pr¨®ximamente cacahuetes envasados al vac¨ªo.