Excesos
El t¨ªtulo de la exposici¨®n que tiene lugar en el Museo de Arte Contempor¨¢neo es Los excesos de la mente. Un tema tan atractivo como dif¨ªcil. Me lleva a pensar en algo as¨ª como atrapar ese exceso medio enajenado que todos llevamos dentro, reconocerlo como propio y ser capaz de expresarlo en im¨¢genes. Es convertir una sensaci¨®n tan profunda como compleja en otra sensaci¨®n que es la que recibe el espectador. Algo as¨ª como convertir lo imposible en posible.
La recorr¨ª dos veces para conseguir mi sensaci¨®n y porque me pareci¨® de mucho inter¨¦s. Probablemente la percepci¨®n de los visitantes ser¨¢ tan diversa como nuestras propias vidas. Yo vi muchas v¨ªsceras, a vista de p¨¢jaro, cercanas en primer plano o apareciendo rebosantes por las grietas de una historia dram¨¢tica detalladamente pintada. Hay cr¨¢neos desvanecidos, apenas asomando en la claridad y pinturas de colores fuertes y potentes, de gran potencia pesimista o alegre a pesar del motivo serio; hay un agujero negro y restos ¨ªntimos sugeridos, obsesiones enormes con colores de luz tan intensa que obligan a alejarse, la realidad de formas geom¨¦tricas sobre manchas enigm¨¢ticas, algodones rellenos de algod¨®n, y tambi¨¦n hay diversiones, sonrisas que aplacan la inquietud de los dibujos en un espacio cerrado o historias salpicadas con sentido del humor.
Algunas obras se apoyan en t¨ªtulos literarios, otras parecen surgidas de un esp¨ªritu encogido o escondido, otras est¨¢n realizadas con ira y otras porque s¨ª. Las mujeres suelen ser m¨¢s indescifrables no s¨¦ bien por qu¨¦, como si hubieran buscado una sensaci¨®n muy lejana y profunda. En cualquier caso se trata de una exposici¨®n de gran nivel, que refleja una gran cultura pict¨®rica y que merece la pena visitar. Las obras est¨¢n bien escogidas: impactan y funcionan. Eso ya es como un milagro.
En esto del arte parece que no hay m¨¢s remedio que ser exigente porque todo importa y todo cuenta. En realidad, lo l¨®gico ser¨ªa que as¨ª ocurriera con cualquier otra cosa, con todo lo que solucionamos en un periquete. El problema es que hace falta mucha energ¨ªa para dedicarle a todo el mismo detalle y mimo. Lo olvido. Debe tratarse de un exceso que me ha cruzado la mente.
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