El presidente de Afganist¨¢n se salva de un atentado en Kandahar
El ataque se produjo despu¨¦s de que dos bombas mataran a 15 personas en Kabul
El presidente de Afganist¨¢n, Hamid Karzai, escap¨® ayer a un intento de asesinato en Kandahar, al sur del pa¨ªs, pocas horas despu¨¦s de que un atentado causara 15 muertos en Kabul, la capital. Ambos incidentes, que el Gobierno afgano ha atribuido a Al Qaeda justo en v¨ªsperas del 11-S, pueden tener m¨¢s que ver con la conmemoraci¨®n, el pr¨®ximo d¨ªa 9, del asesinato por los talibanes de Ahmed Shah Masud, el m¨ªtico dirigente de la Alianza del Norte hace un a?o. Los actos organizados en Kabul suscitan enormes recelos entre los pastunes, cuyos elementos m¨¢s extremistas buscan el fracaso de la normalizaci¨®n afgana.
'Lo ocurrido es algo m¨¢s que un signo de la recuperaci¨®n de Al Qaeda y otros extremistas isl¨¢micos ante el aniversario del 11-S', explic¨® a EL PA?S el periodista paquistan¨ª Ahmed Rashid, especialista en Afganist¨¢n. Aunque admite que la presencia de miembros de ese grupo y de talibanes 'contin¨²a siendo una amenaza para el Gobierno de Kabul', Rashid responsabiliza de esa situaci¨®n a la falta de recursos de Karzai m¨¢s que al fracaso de las tropas estadounidenses en su captura. A pesar de las advertencias del presidente, de altos funcionarios de la ONU y otros expertos, EE UU ha centrado su presencia en Afganist¨¢n en perseguir a los terroristas huidos, en vez de extender las fuerzas de paz e invertir en la reconstrucci¨®n del pa¨ªs.
De hecho, una gran parte de la poblaci¨®n afgana, los pastunes (40% de los habitantes), se siente marginada del proceso de cambio que ha emprendido su pa¨ªs tras la derrota de los talibanes. Karzai ha sido incapaz de cumplir sus promesas y los pastunes perciben que el Gobierno est¨¢ en manos del segundo grupo ¨¦tnico, los tayikos (en torno al 20%). La conmemoraci¨®n dentro de tres d¨ªas de la muerte de Masud, un tayik, ha exacerbado esos sentimientos.
Prueba de ello es que el intento de magnicidio ocurri¨® precisamente en Kandahar, la ciudad natal de Karzai, y por parte de miembros de su propia etnia past¨²n. De hecho, la situaci¨®n de desconfianza se ha agravado tanto que, tras el asesinato el pasado 6 de julio del vicepresidente Abdul Qadir, otro past¨²n, Karzai se vio compelido a aceptar que las fuerzas especiales de EE UU se hicieran cargo de su protecci¨®n personal.
Seg¨²n la cadena de televisi¨®n BBC, Karzai sal¨ªa de la casa del gobernador de Kandahar, ciudad en la que asist¨ªa a la boda de su hermano Wali, cuando un joven uniformado se acerc¨® a su coche y dispar¨® varias veces. Sendas balas alcanzaron al gobernador, que viajaba al lado de Karzai en el asiento trasero, y a un soldado estadounidense, que ocupaba el del copiloto. Los guardaespaldas mataron al atacante, seg¨²n reconoci¨® un comunicado militar estadounidense citado por la agencia Reuters. Otras dos personas m¨¢s resultaron muertas durante el intercambio de disparos.
Horas antes, en el coraz¨®n de Kabul, un coche bomba hab¨ªa causado 15 muertos y una veintena de heridos, el atentado m¨¢s mort¨ªfero desde el fin del r¨¦gimen talib¨¢n. El veh¨ªculo estaba aparcado frente al Ministerio de Cultura, muy cerca de una zona de mercado especialmente concurrida los jueves por la tarde, inicio del fin de semana afgano. 'Primero estall¨® una bicicleta bomba a modo de se?uelo', explic¨® por tel¨¦fono una fuente militar europea, 'entonces, cuando la gente se acerc¨® a curiosear, se produjo la explosi¨®n del coche'. El interlocutor no descart¨® que el objetivo de la segunda bomba fuera el equipo de desactivaci¨®n internacional que acude en estos casos. 'Si era as¨ª, estall¨® demasiado pronto', precis¨® la fuente.
'Es obra de extranjeros que carecen de humanidad', declar¨® el jefe de la polic¨ªa de Kabul, Basir Salangi, citado por Reuters. Salangi atribuy¨® el atentado a Al Qaeda. Sin embargo, fuentes diplom¨¢ticas y militares europeas apuntan al se?or de la guerra y ex primer ministro Gulbuddin Hekmatyar, un extremista past¨²n que no acept¨® los acuerdos de Bonn (bases para el nuevo Gobierno afgano establecidas el pasado diciembre) y desde la clandestinidad flirtea con los talibanes. A ¨¦l se le atribuyen un rosario de peque?as explosiones ocurridas en las ¨²ltimas semanas en Kabul.
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