El hombre que ha declarado la 'yihad' al Gobierno afgano
Gulbuddin Hekmatyar ha negado esta semana su relaci¨®n con Al Qaeda o los talibanes, una acusaci¨®n que parti¨® no de sus muchos rivales pol¨ªticos sino del jefe de la ISAF, el general turco Hilmi Akin Zorlu. A¨²n as¨ª, en una entrevista con un peri¨®dico paquistan¨ª, reitera su llamada a la yihad contra el Gobierno de Hamid Karzai. A sus 55 a?os, Hekmatyar, past¨²n, islamista desde su juventud, se?or de la guerra y ex primer ministro afgano, tiene un historial digno de que se le tenga en cuenta. Desde el principio se opuso a los acuerdos de Bonn del pasado diciembre.
El ingeniero Gulbuddin, como sus seguidores se refieren respetuosamente a ¨¦l, nunca acab¨® sus estudios de ingenier¨ªa en la Universidad de Kabul. Tampoco su facci¨®n de Hezb-i-Islami, era el m¨¢s representativo de los siete grupos de la resistencia a los sovi¨¦ticos que hallaron refugio en Peshawar. No import¨®. El astuto Hekmatyar logr¨® el mayor apoyo de los servicios secretos paquistan¨ªes y de la CIA. As¨ª que era dif¨ªcil saber cu¨¢ntos de sus comandantes le apoyaban por su fervor religioso y cu¨¢ntos por el dinero y las armas de que dispon¨ªa.
De lo que s¨ª hay pruebas es de su ambici¨®n sin l¨ªmites y de sus cambios de socios al margen de la ideolog¨ªa. Decidido a convertirse en l¨ªder de una rep¨²blica isl¨¢mica afgana gobernada por la sharia, se ali¨® sucesivamente con un general comunista para dar un golpe de Estado contra Najibullah (agosto 1989), con el general Dostum frente a Burhanuddin Rabbani y Ahmed Shah Masud (entre 1992 y 1994), y con Rabbani frente a los talibanes (en 1996), lo que le permiti¨® ser primer ministro en dos ocasiones. De ah¨ª que Edward Girardet, en su Gu¨ªa de Afganist¨¢n, le califique de 'oportunista con pocos escr¨²pulos'.
La mayor¨ªa de los afganos estar¨ªan de acuerdo. Fueron sus tropas las que, en la primavera de 1992, bombardearon indiscriminadamente Kabul dejando las enormes cicatrices que la capital exhibe hasta hoy. Se le acusa de haber matado a m¨¢s civiles afganos que los sovi¨¦ticos. Con la llegada de los talibanes, se refugi¨® en Ir¨¢n hasta su regreso el pasado febrero. Vive en la clandestinidad desde que Karzai ordenara detenerle.
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