Sangre, arte, pasi¨®n y una perla
Tan brutal como irresistiblemente magn¨¦tica, la prosa de Cormac McCarthy encontr¨® en Meridiano de sangre (1985) la veta que ha sabido seguir despu¨¦s en su ya c¨¦lebre Trilog¨ªa de la frontera, de la que forma parte Todos los hermosos caballos, que lo hizo mundialmente conocido. Transcribo un breve destello de ese poder: 'Dos cabos gruesos de sangre oscura y dos m¨¢s delgados se elevaron como serpientes del mu?¨®n de su cuello y describieron una trayectoria curva para aterrizar siseando en el fuego. La cabeza rod¨® hacia la izquierda y qued¨® a los pies del ex cura con los ojos muy abiertos. Tobin apart¨® el pie y se levant¨® y retrocedi¨® unos pasos. El fuego se ennegreci¨® y despidi¨® una nube de humo gris y las columnas curvas de sangre fueron menguando hasta que el cuello burbuje¨® un poco como si fuera un estofado y tambi¨¦n eso ces¨®. Jackson segu¨ªa sentado igual que antes pero sin cabeza, empapado de sangre, todav¨ªa en sus labios el cigarrillo, doblado hacia la oscura gruta humeante de las llamas donde la vida se le hab¨ªa ido'.
Hombre misterioso, reacio a entrevistas o apariciones p¨²blicas, McCarthy (Rhode Island, 1933) es uno de los narradores norteamericanos m¨¢s reconocidos en los ¨²ltimos a?os. Esta primera novela de la serie del Oeste se desarrolla a mediados del XIX en los conflictos fronterizos entre americanos, indios y mexicanos. McCarthy es capaz de describir la m¨¢s horrorosa violencia con una econom¨ªa que lo acerca peligrosamente a la poes¨ªa.
El ingl¨¦s es as¨ª. Un idioma de palabras cortas, directas. Un idioma que ha moldeado de alguna forma la mentalidad del siglo XX. La literatura, por supuesto, es su expresi¨®n m¨¢s libre y siempre hay mucho que descubrir en ella. De un mundo de hombres salvajes se puede pasar a una sociedad futurista dividida en esquem¨¢ticos estratos sociales, en el que un grupo de mujeres quedan reducidas a la actividad de esclavas procreadoras, como sucede en El cuento de la criada, de la canadiense Margaret Atwood (Ottawa, 1939). Una ficci¨®n a lo 1984 o Un mundo feliz, agobiante, triste, desesperanzada.
Joyce Carol Oates (Nueva York, 1938) es otra de las autoras m¨¢s s¨®lidas. En Solsticio hace un dif¨ªcil ejercicio. El nacimiento de la amistad entre dos mujeres, una pintora dominante y temperamental y una joven profesora reci¨¦n divorciada, y la paulatina descripci¨®n de un sentimiento que se va a convertir en una pasi¨®n destructora.
Tambi¨¦n hay pintura detr¨¢s de La joven de la perla, de Tracy Chevalier (Washington, 1962), una novela que se convirti¨® en un instant¨¢neo ¨¦xito de ventas y que la autora escribi¨® a lo largo de los nueve meses de embarazo y termin¨® dos semanas antes de dar a luz. El cuadro hom¨®nimo de Johannes Vermeer inspira esta ficci¨®n que recrea la vida del maestro holand¨¦s del XVII y la relaci¨®n con su modelo, Griet, una adolescente que entra a servir en su casa y que lo atrae irresistiblemente con el poder de su inocente y l¨¢nguida mirada y su jugosa sonrisa. Chevalier recrea la ciudad de Delft, los barrios, la cotidianeidad de la casa del pintor y la vida de la humilde doncella en esta historia que se lee casi de un tir¨®n.
Aunque el rigor en esas descripciones deja bastante que desear comparado con el que alcanza Michael Frayn (Londres, 1933) con La trampa maestra, que se basa en un desconocido cuadro de Peter Brueghel. La obsesionada investigaci¨®n del protagonista deja en el libro cap¨ªtulos de una erudici¨®n subyugante. Donde falla, quiz¨¢, es en la trama. Frayn intercala investigaci¨®n sobre el cuadro con una historia que no sobrepasa el nivel de los enga?os dom¨¦sticos y que se va embrollando hasta extremos poco veros¨ªmiles.
Quien puede llegar a extremos y seguir siendo cre¨ªble es David Leavitt (Pittsburgh, 1961). En Arkansas se re¨²nen tres relatos con bastante carga autobiogr¨¢fica. El m¨¢s divertido es El artista de los trabajos universitarios, en el que el autor se presta a un curiosoo intercambio: sexo a cambio de la redacci¨®n de trabajos universitarios. Las otras dos historias juegan tambi¨¦n con variantes de la seducci¨®n y los desamores en un tono m¨¢s dram¨¢tico.
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