Aserej¨¦
1. No hay ninguna duda:
Algunos malintencionados dicen que s¨®lo tendr¨ªan que haber esperado un a?o para que la boda fuera un acto privado
hemos entrado en la era Zapatero. ?C¨®mo explicar, si no, que el ¨¦xito del verano sea una canci¨®n cuya letra no se sabe lo que dice pero que tiene una m¨²sica que da buen rollo? Ya no me lo puedo quitar de la cabeza: cada vez que veo a Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, Jes¨²s Caldera y Pepe Blanco pienso en las Ketchup. Son Los Psoetchup. Se?or Zapatero, ?qu¨¦ le parece la subida del paro en agosto? 'Bueno, eso indica claramente que el Gobierno aserej¨¦ ja dej¨¦ dejebe si dejebe'. ?Y qu¨¦ opina del aumento de los accidentes laborales? 'Sin duda subeinova, sin ninguna duda. Y a¨²n a?ado: an de buididip¨ª'. En fin, parece que a Zapatero le van saliendo bien las cosas, lo cual es rar¨ªsimo, porque durante el ¨²ltimo a?o hab¨ªa unanimidad entre periodistas, comentaristas y opinadores sobre lo fatal que lo estaba haciendo, y todo el mundo sabe que los periodistas siempre damos en el clavo. Seguro que quien est¨¢ equivocada es la realidad.
2. Una idea para los 45.000
clientes de Opening que se han quedado sin clases y con un cr¨¦dito bancario por pagar: que funden un partido pol¨ªtico. Hay en la banca espa?ola una tradici¨®n de generosidad en la condonaci¨®n de las deudas a los partidos pol¨ªticos que deber¨ªa aprovecharse en este caso. Para los particulares, la banca, lo de condonar cr¨¦ditos, no acaba de encontrarle el puntillo.
3. El ministro Eduardo Zaplana
cree que Espa?a tiene el r¨¦cord de Europa de siniestros laborales (547 muertos, seis meses, cero d¨ªas, cero segundos) es porque aqu¨ª contamos como accidentes laborales sucesos que en el resto de Europa no cuentan como tales. Eso es verdad, pero tambi¨¦n es cierto lo contrario: esta semana, ante el bodorrio, tuve un ataque de verg¨¹enza ajena y no me cuenta como accidente laboral. El mismo jueves, ante la contemplaci¨®n del evento, casi la palmo de un ataque de risa, y eso tampoco cuenta como riesgo laboral. Algunos malintencionados dicen que s¨®lo tendr¨ªan que haber esperado un a?o, esperar a la retirada de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, para que la boda fuera un acto estrictamente privado. '?S¨ª, hombre! ?Y que vinieran de invitados y testigos los pelagatos con que nos code¨¢bamos antes de llegar a la Moncloa!'.
4. Debi¨® ser interesante la invitaci¨®n de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar
al Rey: 'Majestad, usted quer¨ªa viajar, ?no? Pues va a hacer usted un viaje'. 'Hombre, Presidente, qu¨¦ bien, ya era hora de que tocara'. 'Va a viajar usted al Escorial, a la boda de la ni?a, ?eh? ?Qu¨¦ le parece?'. 'Hombre, no es el sureste asi¨¢tico, pero vamos, ya es un viaje'. 'Al sureste asi¨¢tico viajar¨¢ cuando toque. Ahora toca El Escorial'.
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