Esperando 'las otras elecciones'
Los socialistas espa?oles contendr¨¢n este mes el aliento a la espera de los resultados electorales en dos de los cuatro ¨²nicos pa¨ªses de la UE en los que la socialdemocracia sigue en el poder, Suecia y Alemania. Un fracaso electoral en los dos pa¨ªses, y sobre todo en Alemania, caer¨ªa como un jarro de agua fr¨ªa en toda la izquierda europea, PSOE (y socialistas catalanes) incluido. La derrota del SPD alem¨¢n tras un ¨²nico mandato, y despu¨¦s de las estruendosas ca¨ªdas en Francia y en Holanda, ser¨ªa acogida especialmente como un desastre.
Las dos elecciones despiertan adem¨¢s un inter¨¦s especial por el hecho de que los modelos de socialismo sueco y alem¨¢n son bastante distintos y alimentan la pol¨¦mica entre quienes en Espa?a defienden 'la tercera v¨ªa' de Blair como la ¨²nica salida posible de la socialdemocracia europea y quienes aseguran que por el camino del nuevo laborismo brit¨¢nico terminar¨¢n desapareciendo todos los partidos socialistas.
El PSOE, que sigue considerando a Rato como el sucesor m¨¢s probable de Aznar, centrar¨¢ sus cr¨ªticas este trimestre en la actuaci¨®n econ¨®mica del Gobierno
El primer ministro sueco, G?ran Persson, se siente pr¨®ximo al brit¨¢nico Tony Blair y ha basado su campa?a en una oferta 'tercera v¨ªa' matizada. Su lema electoral ha sido Trabajamos juntos por la seguridad y el desarrollo. Por el contrario, el canciller Gerhard Schr?der est¨¢ haciendo frente a la dif¨ªcil situaci¨®n econ¨®mica de Alemania con un discurso nada blairita, destinado a movilizar el coraz¨®n 'duro' del SPD. Incluso est¨¢ marcando diferencias con la pol¨ªtica internacional de EE UU.
Persson ha saneado con medidas de austeridad y control del gasto las finanzas del pa¨ªs, hasta el extremo de disponer ahora de un importante super¨¢vit presupuestario. Pero, de acuerdo con la mejor tradici¨®n de la socialdemocracia sueca, ha sido capaz de combinar este ¨¦xito econ¨®mico, y una decidida pol¨ªtica de apoyo industrial, con un nivel de impuestos que sigue considerado como el m¨¢s alto del mundo y que le permite mantener unos servicios p¨²blicos y un estado de bienestar eficientes.
En Alemania, la situaci¨®n es distinta. El canciller Gerhard Schr?der, que coquete¨® en sus primeras elecciones con Blair, parece haber renunciado al 'Die Neue Mitte' (nuevo centro) del que habl¨® entonces. Los resultados de Schr?der en el plano econ¨®mico no han sido buenos, pero muchos analistas creen que es un excelente comunicador y que puede ser capaz de aprovechar la campa?a electoral para dar la vuelta a los pesimistas sondeos de opini¨®n.
En cualquier caso, la campa?a alemana se convertir¨¢ en un importante elemento para el debate de los socialistas en toda Europa, y muy especialmente en Espa?a. Sobre todo, a la vista de la desastrosa campa?a que hicieron los socialistas franceses y a la escasa capacidad de reacci¨®n que siguen demostrando sus nuevos dirigentes.
Batalla contra Rato
A la espera de los resultados electorales sueco y alem¨¢n, y de su influencia en el d¨¦bil debate ideol¨®gico que se produce dentro del PSOE, la estrategia del partido socialista se basa, por el momento, en profundizar las diferencias con el Gobierno de Aznar en temas sociales y econ¨®micos.
Los expertos del PSOE creen que este trimestre va a proporcionar buenas ocasiones de enfrentamiento, incluida la discusi¨®n de los presupuestos del Estado, a la que piensan conceder gran importancia. Si la tasa de crecimiento de la econom¨ªa espa?ola no consigue mantenerse por encima del 2%, y si la econom¨ªa internacional no se recupera pronto, los analistas del PSOE consideran que es posible un aumento notable del paro, por muy encubierto que quiera dejarlo el Gobierno con la nueva y criticada legislaci¨®n laboral.
Para darle la necesaria trascendencia pol¨ªtica a sus cr¨ªticas, los socialistas piensan adem¨¢s centrar el debate en el vicepresidente segundo y titular de Econom¨ªa, Rodrigo Rato, y no en Crist¨®bal Montoro, el ministro te¨®ricamente encargado de las cuentas del Estado. Los socialistas, aunque bromean frecuentemente con la candidatura de Mariano Rajoy a la presidencia del Gobierno y desconf¨ªan de Jaime Mayor Oreja, siguen considerando en privado a Rato como el m¨¢s probable sucesor de Aznar.
Rato, por su parte, parece haber reiniciado el curso con nuevas fuerzas. Primero reuni¨®, como es habitual en ¨¦l, durante dos d¨ªas en el parador de Chinch¨®n a altos cargos y asesores de su ministerio para analizar la coyuntura econ¨®mica y despu¨¦s acudi¨® a un mitin con cargos y militantes de su partido, a los que dej¨® encantados con sus cr¨ªticas al partido socialista y su potente discurso pol¨ªtico.
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