El Estado bajar¨¢ del 55% al 20% su participaci¨®n en Air France
Los sindicatos se resisten a que el Gobierno privatice la empresa
La sede de Air France se vio invadida ayer por grupos de manifestantes cuando el presidente de la compa?¨ªa, Jean-Cyril Spinetta, explicaba al comit¨¦ un proyecto de privatizaci¨®n que prev¨¦ reducir el capital estatal desde el 55% hasta cerca del 20%. Las tensiones se suceden tras una huelga de cuatro d¨ªas de sus 3.800 pilotos, que cuentan con el 8% del capital y que, sin embargo, han provocado un paro que se ha comido entre 70 y 80 millones de euros, cerca de la mitad del beneficio del ¨²ltimo a?o.
La resistencia sindical acent¨²a la prudencia de la direcci¨®n de la compa?¨ªa, que no ha confirmado el calendario de la operaci¨®n. En todo caso, las decisiones corresponden al Estado como principal accionista. Un portavoz del Ministerio de Econom¨ªa explic¨® a este peri¨®dico que se tramitar¨¢ un proyecto de ley, donde se fijar¨¢n distintas condiciones, antes de la decisi¨®n sobre la cuant¨ªa y la fecha de la venta.
El portavoz de Econom¨ªa no confirm¨® ni desminti¨® que el Estado pueda obtener 1.000 millones de euros con la venta de entre un 30% y un 35%. Hay que tener en cuenta la baja cotizaci¨®n actual del t¨ªtulo de Air France, situado en torno a los 12 euros.
El Gobierno aguardar¨¢ a que 'las condiciones de mercado' sean buenas, pero el mercado no se reduce a la mala coyuntura econ¨®mica, sino al impacto del golpe de fuerza protagonizado por los pilotos entre el viernes 6 y el lunes 9 de septiembre, en reivindicaci¨®n de un incremento del 10% en sus retribuciones. La direcci¨®n de la compa?¨ªa considera imposible acceder a esa petici¨®n, tras el 7% de aumento acordado a fines del a?o precedente. Si hubiera nuevas concesiones a los pilotos, el resto de las categor¨ªas de personal, que deben contentarse con un 1% de mejora, se irritar¨ªan a¨²n m¨¢s.
La extra?a coincidencia de esta huelga de pilotos, justificada con reivindicaciones que parecen imposibles, invitan a pensar en un intento de desestabilizaci¨®n del presidente de Air France, Jean-Cyril Spinetta, que no en vano fue nombrado por el Gobierno socialista y al que de momento mantiene el ejecutivo conservador.
Tr¨¢fico normal
El tr¨¢fico de Air France fue ayer pr¨¢cticamente normal pese a una nueva huelga convocada por otros tres sindicatos, salvo los incidentes provocados por los manifestantes cuando Spinetta explic¨® el proyecto de privatizaci¨®n a los representantes de los 70.000 empleados. 'Las dificultades de las empresas privadas de transporte a¨¦reo demuestran que la privatizaci¨®n no es la soluci¨®n', argument¨® un portavoz de la Confederaci¨®n General del Trabajo (CGT), para quien las acciones de protesta son s¨®lo 'el primer escal¨®n' de una estrategia que desembocar¨¢ en un movimiento m¨¢s fuerte el 3 de octubre.
El movimiento social est¨¢ coordinado con el de las empresas p¨²blicas de electricidad y de gas, EDF y GDF respectivamente, cuyas plantillas temen igualmente la p¨¦rdida de su estatuto de empresas p¨²blicas. La privatizaci¨®n de Air France puede convertirse en una prueba de fuerza entre el Gobierno de Jean-Pierre Raffarin y las centrales sindicales.
Mantenerse bajo el control del Estado 'no ha impedido a Air France convertirse en la primera compa?¨ªa a¨¦rea por sus beneficios en Europa, ni tampoco anudar alianzas contra otras compa?¨ªas en el mundo entero', argument¨® el sindicato CFTC, considerado m¨¢s moderado que la CGT, para el que 'Air France va bien, no tiene grandes deudas, es l¨ªder de su sector y ha creado 17.000 empleos, con lo cual no hay razones econ¨®micas ni estrat¨¦gicas para justificar la privatizaci¨®n'. El presidente justific¨® el proceso emprendido con la necesidad de responder a la intensificaci¨®n de la competencia internacional.
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